domingo, 11 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 10 - SANDY BLAIR

CAPITULO 10


Un paso adelante de Claire, Cameron abrió la puerta para que ella entrase. Había un cartel luminoso en lo alto del establecimiento.
- Qué es "comidas rápidas"? - Cameron preguntó.
- Es un lugar donde se comen hamburguesas y papas fritas, básicamente. Comida chatarra que se cocina rápidamente - Claire explicó al notar la mirada interrogativa -, pero la preparan de una manera que vos nunca antes probaste. Te juro que son para morirse.
- Espero que no.
- Es un modo de decir. Quise decir que...
- No necesitas explicarme. Entiendo. Quiero decir, te entiendo a vos. Ya me di cuenta que el modo de hablar cambió mucho enel transcurso de los siglos.
La camarera los condujo a una mesa para dos. Claire ya había decidido que pedir y aprovechó la oportunidad para observarlo. Cameron estudiaba el menú como una persona común y corriente, no como el hombre increíble que ella estaba empezando a conocer. Jamás había conocido a alguien que gobernase de esa manera sus emociones. Nadie podría imaginar por todo lo que había pasado Cameron desde que se había despertado en otro mundo, menos de veinticuatro horas antes. El viaje a Salem había sido la mejor idea que podría habérsele ocurrido. Había colaborado a cambiar el foco de la atención de Cameron. El no cabía en sí de asombro y de admiración por la velocidad desarrollada por el ómnibus . Más todavía por el tamaño del camino, asfaltado e uniforme, no de tierra y lleno de pozos como en el pasado.
Cameron dejó la elección de la comida a criterio de Claire, quien no vaciló en pedir dos hamburguesas completas con papas fritas, una copa de vino tinto para ella y una lata de cerveza para él.
Uno de los innumerables detalles que intrigaban a Cameron era la nueva costumbre de hombres y mujeres de pintarse los cabellos y hacerse dibujos en la piel . El joven con quien había discutido por la mañana tenía extrañas figuras pintadas en los brazos. Incluso la muchacha que los había atendido en el restaurant tenía toda la cara pintada.
- Por qué las personas se hacen dibujo en el cuerpo o se pintan la cara?
- Para quedar mas bonitas.
- Bien, tal vez logran lo contrario.
Claire dio una sonrisa. Mensaje registrado.
- Espero que nuestro viaje haya valido la pena.
- Yo también.
Con ese comentario , Cameron sacó un retrato de su bolsillo. Otra invención que él consideraba increíble. Claire había encontrado en la computadora el nombre de la sacerdotisa de más alta jerarquia de Salem y había podido copiar la imagen de ella en una hoja de papel.


Sandra Mariah Power. El artículo también decía que esa mujer era la más respetada representante de la comunidad de las brujas. Ella tendría el poder de desatar los lazos que lo estaban atando al tiempo presente?
- Al menos a esa mujer que estamos buscando no le falta coraje . Cómo ella pudo divulgar al mundo su condición ? En Escocia ella habría sido apresada y juzgada por herejía.
- No tenemos una religión oficial en los Estados Unidos de América. Nuestra Constitución permite la libertad de credo.
Cameron pareció impresionado con a declaración.
- Tal vez Escocia deba seguir ese ejemplo. Dios es testigo que la lucha de la Iglesia por la supremacía responde en grande parte a los conflictos que atribulan a mi nación. Pero , volviendo al asunto que nos interesa, dónde crees que encontraremos a la señora Power?
Claire abrió el mapa de la ciudad y le mostró la localización del restaurant.
- Esta marca roja apunta a la Casa de los Siete Espigones, uno de los puntos históricos de la ciudad. Podemos informarnos allá. Si no fuese posible, iremos a la Sociedad Histórica de Salem. La ciudad es pequeña. La facilidad de acceso es grande.
- Y si ellos no supiesen donde encontrarla?
- No te preocupes. Hay tiendas que venden pociones mágicas y bolas de cristal esparcidas por toda la ciudad.
- No estás hablando en serio, verdad?
- Oh, si, es en serio - Claire afirmó muy divertida. - También se venden escobas voladoras de todos tipo y tamaño.
- Estoy pasmado - Cameron confesó.
- Perfecto. Así no corres el riesgo de sentir aburrimiento.
- Aburrimiento no debería formar parte del vocabulario de ustedes - Cameron concordó. - Yo nunca me aburriría aquí, en caso que tuviese que quedarme apresado en esta era. Pero lucharé hasta mi último suspiro para que eso no suceda.
Claire desvió la mirada. Extrañaría a su visitante escocés a pesar de todas las tribulaciones que él venía causando desde que había llegado . Cameron le había devuelto la vida que ella no se había dado cuenta haber perdido. Tracy tenía razón respecto a que ella se había olvidado del placer para solamente dedicar al trabajo.
- Qué piensas de Tracy?
Claire le había presentado a su amiga a Cameron, quien había venido a verla sin avisar, y después había tenido que dejarlos a solas por algunos minutos mientras subía al apartamento para imprimir el articulo sobre Sandra Power, que se había olvidado en la mesa de la sala.
- Disculpe mi franqueza. La muchacha es tu amiga, pero ella no parece saber lo que quiere. Está demasiado centrada en si misma. Por otro lado, parece muy insatisfecha con su apariencia.
Oh, mi Dios!
- Por qué dices eso ? - Tracy era rubia y sensual. Los hombres solían girar sus cabezas para mirarla cuando ella pasaba.
- Ella no puede ver un espejo sin mirarse para controlar su reflejo - Cameron respondió y cambió de tema . - Cuéntame sobre tu familia.
- Mi madre se suicidó.
- Lo siento mucho .
- La depresión la llevó a ese fin trágico. Mi padre fue el culpable. El la mató del disgusto. Vivía del robo y del tráfico de drogas.
Claire interrumpió su deshago. Qué estaba sucediendo? Siempre se había negado a contar sobre su trauma. Ni siquiera Tracy sabía de sus problemas familiares. No le gustaba sentir la piedad de los demás. No sería por compasión que Cameron súbitamente había cubierto su mano con la de él ?
Avergonzada, ella retiró la mano, sólo para arrepentirse un segundo después. Fue con alivio que vio a la camarera aproximarse con una bandeja antes que Cameron pudiese cuestionar su gesto.
- Estás segura que me va a gustar esta comida? - él vaciló en tocar el plato.
- Si no te gusta, yo me quedo con todo. Es un pacto?
Diez minutos después, ni siquiera había una migaja en el plato de Cameron.
- Entonces, te decepcioné ? - Claire lo provocó.
- No, muchacha. Lo que dijiste fue la más pura verdad.
- La próxima vez te llevaré a comer una pizza. Hay una simpática cantina italiana cerca de nuestra casa.
Nuestra casa ? En qué diablos estaba pensando? Si ese día la bruja de Salem lograse deshacer el hechizo, Cameron la dejaría. Necesitaba usar su inteligencia y controlar sus emociones. Estaba entregándose a fantasías peligrosas que nunca se volverían realidad.
Pequeñas manchas negras, como mosquitos, comenzaron a parpadear delante de los ojos de Claire. Pronto ellas se hicieron acompañar por latidos erráticos entre sus costillas.
No entres en pánico, Claire. Relájate. Sabes qué hacer. Respira profundamente como el médico te enseñó. Es solamente una arritmia, sin gravedad, causada por stress. El malestar pasará pronto, como siempre sucede, si sabes conservar la calma.
- Estás muy callada - Cameron comentó después de algunos minutos de silencio. - Algo está mal ?
- No - ella mintió. O tal vez estuviese diciendo la verdad. En su primer ataque de pánico , Tracy y Victor tuvieron que llevarla a una sala de emergencia.
La camarera estaba sirviendo la mesa vecina. Claire la llamó y pidió el postre. Cameron no podría irse sin antes probar la delicia de preferencia americana: brownies con helado.
- Sos tan notable!
Claire pestañeó. Cameron estaba sonriendo, con el codo apoyado en la mesa y el mentón en su mano. Su corazón amenazó con perder nuevamente el compás .
- Por qué ?
- Un hombre aparece de la nada en tus aposentos, un hombre completamente desnudo , y en vez de echarlo apatadas, lo aceptas en tu hogar, y te ocupas de sus necesidades más urgentes.
- No fue una cuestión de elección propia - Claire recordó, sin disimular la satisfacción que el reconocimiento de Cameron le causaba.
- Podrías haberme denunciado a la policía o algo así.
- Para ser sincera, estaba demasiado asustada como para reaccionar de otra manera.
- Asustada? De mí?
Claire se rió del modo en que él la miró.
- Detestaría tener un enemigo con una espada en la mano.
-Soy inofensivo 0para mujeres con un cuerpo como el tuyo. Pero tus atacantes se arrepentirán del daño que te están causando en el instante en que caigan en mis manos. Espero retribuir tus valiosos favores antes de volver a Escocia.
El rubor que había subido por las mejillas de Claire se transformó en palidez ante la reiterada mención de la partida. Más todavía porque Cameron no lamentaba el hecho que ellos tuviesen que separarse . Su única preocupación residía en su sentido del deber y de la gratitud.
- Estaré bien - Claire se obligó a responder con fingida naturalidad. - El doctor Brindle hablará con la policía y pedirá refuerzos en la vigilancia del área.
- Pero y se ellos no estuviesen ahí cerca en ocasión de un nuevo ataque? Deberías comprarte un arma para defenderte.
Claire hizo un movimiento negativo con la cabeza y cambió de tema .
- Qué harás al llegar?
- Buscaré a mi padre y lo convenceré de desistir de la causa Jacobita que resultó se desastrosa. Después llevaré a las mujeres y los niños a las montañas y sólo entonces tomaré medidas para fortalecer la guardia de Rubha.

La camarera, que se había presentado como Tammy, les trajo los helados y le dirigió una sonrisa de indisimulable interés femenino a Cameron.
- Sos escocés?
- Puedes apostarlo - él respondió orgulloso.
- Estás en la ciudad para la feria de psíquicos? El evento realmente promete. Todas las brujas estarán ofreciendo sus dones y talentos en consultas gratis al público.
Cameron y Claire se enderezaron en sus sillas.
- Dónde se realiza la feria?
- En el museo del Shopping , en el centro.
Entusiasmados, Claire y Cameron terminaron el postre con calma. Ahora ya sabían a donde ir. Las brumas parecían estar disipándose.
- Nunca comí nada tan delicioso - Cameron confesó. - Me estoy refiriendo a la hamburguesa con esa salsa que ustedes llaman ketchup, y las papas fritas.
Claire se dio cuenta de que se sentía viva como nunca al lado de ese hombre que jamás se habría cruzado en su camino, si no fuese por arte de magia . Qué había de malo en dejarse embarcar en el sueño de que todo podría resultar bien ? El vacío y la desesperanza que tendría que enfrentar en caso una bruja del presente lograse deshacer el hechizo creado por una bruja del pasado?
Finalmente ella pagó la cuenta y ellos se prepararon para salir. Pero al aproximarse a la puerta fueron bloqueados por una turba de jóvenes que acababan de bajar de un ómnibus de excursión. Sin tener por donde pasar, los dos se quedaron parados. Como si ellos, de repente, fuesen invisibles, los jóvenes continuaron entrando, haciendo que Claire perdiese el equilibrio. Cameron la empujó a un rincón.
- Me salvaste de ser pisoteada - ella bromeó, pero la sonrisa se desvaneció al darse cuenta del modo intenso en que él la miraba.
-Te voy a extrañar - Cameron murmuró al oído de Claire para hacerse escuchar por encima del barullo.
Al apartarse, le tocó la cara y tomó una mecha de sus cabellos que se puso a mirar y a acariciar, en la palma de su mano, como si fuesen hilos de la más delicada seda.
Una oleada de calor la inundó cuando esa mano se posó en su cintura para deslizarse, junto con la otra, por debajo de la chaqueta. Un chico los empujó uno en contra del otro y sus cuerpos se encontraron moldeándose perfectamente . Las piernas separadas de Cameron le ofrecieron el calor de una cápsula.
- Yo también te voy a. extrañar - Claire necesitó forzar la voz que parecía querer quedarse atragantada en la garganta. - No puedo creer que solamente nos conocimos hace pocos días.
- Las experiencias que compartimos en esos pocos días, Claire, pocas personas las comparten en un año. O en toda una vida .
- Me dan ganas de reírme cada vez que me acuerdo de vos deslizándote por el la baranda de la escalera mecánica.
- Vives en un mundo atemorizantemente maravilloso. Me prometes que tendrás cuidado?
Al hacerle esa pregunta, Cameron la sujetó por el mentón. ella pestañeó ante la intimidad de ese contacto. El corazón le latía tan rápido que tuvo la sensación de levitar. Y antes que ella adivinase la intención de Cameron, él rozó su labio inferior con el pulgar, después inclinó la cabeza y la besó , como ella tanto quería.
Por Dios! No debería entregarse al calor y a la dulzura que Claire lo hacía sentir, por dentro y por fuera. Pero era tan bueno estrecharla en sus brazos. No la culparía si lo maldijese después, por haber cedido al impulso de abrazarla y besarla, aún sabiendo que el destino los había colocado a siglos de distancia uno del otro.
Las risas los trajeron de vuelta al hall del restaurant .
- Ey, ustedes no precisaban esconderse - dijo una chica con aire de malicia. - Después de todo los viejos también tienen derecho a besarse.
Viejos?
A Cameron no le importó esa provocación, pero al notar el color escarlata de Claire, resolvió sacarla de ese lugar, forzando el pasaje entre la multitud que continuaba aguardando las mesas.
- Lo siento mucho - Cameron se disculpó finalmente al encontrarse afuera. - No debería...
- No te disculpes. - Claire lo hizo callarse colocando las puntas de los dedos sobre los labios todavía calientes por el beso.
Cameron sujetó su mano.
- Lo que hice no fue correcto. Una doncella tiene una reputación que cuidar.
Claire sonrió y sacudió la cabeza. Ya no existían hombres galantes como sir Cameron MacLeod. Ella podría perderse en esos brazos fuertes, en esos ojos sinceros, en esa boca que la había besado como nunca había sido besada antes.
- Me gustó - ella admitió bajito.

Tan bajito que Cameron tal vez no la hubiese oído. Y antes que ella pudiese aclarar esa duda, comenzó a caminar de modo que él tuvo que acelerar el paso para alcanzarla. No debía ceder a los impulsos de su corazón. En pocas horas, tal vez minutos, Cameron desaparecería de su vida con la misma rapidez con que había aparecido . Pero por más que la razón la alertase ella no podía evitar que su alma soñase con una casa con un pequeño jardín lleno de flores y una cerca blanca alrededor, donde viviría con su marido y sus hijos.
Cameron estaba mirándola como si hubiese leído su mente. Al volver en sí, Claire pestañeó. Ellos estaban delante de una linda casita. Como si su sueño se hubiese realizado. Claire forzó una sonrisa y siguió adelante. Había mucho que hacer.

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