viernes, 2 de octubre de 2009

LOCURA DE VERANO - CAPITULO 29 - TORI PHILLIPS

CAPITULO 29


El día del solsticio de verano amaneció bañado por un sol radiante. En lo alto de la torre norte, donde se habían escondido John, Katherine y Miranda observaban los últimos preparativos el banquete de bodas, organizados por Montjoy, Philippe y los criados de las cocinas.
Habiendo comido solamente unos pocos pedazos de pan y queso que Jess les había traído, Miranda suspiró y preguntó :
- Vamos a poder disfrutar todo eso?
A Kat no le importaba, pues todavía estaba embriagada por la noche maravillosa que había pasado en los brazos de Brandon. Hacia menos de una hora que había retornado a su aposento para ponerse rápidamente el vestido sencillo que usaba ahora, mientras él trataba de vestirse otra vez con sus ropas de seda azul. Después de una leve golpe en la puerta, Jess había entrado al cuarto seguido por Mark, Christopher y Sondra. Los escuderos no parecían nada satisfechos; el ama de llaves , por su lado, se mostraba feliz de la vida.
- No se hablará de otra cosa en el condado durante toda una década! - había exclamado Sondra, disponiendo los dos vestidos de novia idénticos sobre la cama. - Ahora apresúrate, lady Kat!
Brandon le había dado un beso más, acompañado por su malicioso guiño de ojo .
- Ten cuidado, mi amor - le había dicho Katherine preocupada, evitando mirara los bellos trajes que ella y Miranda jamás iban a usar.
- Por supuesto - había respondido él, colocándose una capa gris sobre los hombros. - Mi amor por vos es más importante que cualquier otra cosa, esposa.
Jess lo había ayudado a cubrirse la cabeza con la capa y, alzándola al hombro como un saco de granos, la había cargado afuera de los aposentos. Aunque no pudiese ver el camino, Kat sabía que el cazador la llevaba a la torre norte del castillo. Era allí donde ella y Miranda deberían permanecer hasta que Fenton fuese capturado.

- Que tu casamiento sea muy feliz - le había dicho Katherine a Jess, cuando él la había colocado en el piso. - Y no te olvides de decirle a Sondra que la amas.
- Oh, si, lady Cavendish. - él le había sonreído antes de alejarse. - Sondra no me deja olvidar eso ni por un solo instante.
Lady Cavendish! ese tratamiento le provocaba escalofríos .
Miranda, también cubierta con una amplia capa, se había unido a su prima diez minutos más tarde.

Ahora, viendo el movimiento de los aldeanos que se agrupaban en el pasto junto al foso limpio, Katherine suspiraba al comentar:
- Es extraño ser una espectadora de tu propio casamiento.
Aproximándose a la ventana, Miranda concordó :
- Es verdad. También me siento extraña, prima.
Escrutando la multitud, Kat sintió un cierto alivio al reconocer a una buena cantidad de soldados, vestidos con ropas de aldeanos, entremezclados con ellos. Entonces se preguntó si Fenton realmente estaría allá abajo. Le había dolido mucho saber que él había atacado a Brandon y que también había sido el responsable de la herida casi fatal de Tod Wormsley. Gracias a los cielos, el muchacho había sobrevivido a la noche, y Sondra le había asegurado que él iba a recuperarse.
Un cuerno de caza sonó más allá de los bosques. Miranda clavó las uñas en el brazo de su prima, preguntando:
- Será el rey? Yo nunca lo vi.
- Yo tampoco.
Ambas se quedaron observando la cresta de la colina. El cuerno sonó nuevamente y, poco después, el más espléndido grupo de forajidos cabalgaba en dirección a Bodian.
- Es él , en carne y hueso! - Kat apretó entre los dedos el broche de oro clavado en su vestido sin adornos.
Un hombre de grande tamaño, encima de un espectacular caballo de batalla castaño, se detuvo delante de los portones. Estaba vestido de verde, desde las plumas del sombrero de fieltro hasta las botas, y usaba una máscara negra sobre los ojos. Aún así , su barba pelirroja y su porte real eran inconfundibles. Los anillos en sus dedos brillaban con la luz del sol.
Lady Alicia, haciendo las honras de la casa en nombre de Katherine, se aproximó y saludó al monarca y a su séquito de doce cortesanos.
- Esa debe ser lady Ana Bolena.
Kat señalaba a la única mujer de la comitiva. Ella usaba un vestido sencillo, confeccionado en tonos de marrón, naranja y oro. Llevaba una tiara de flores en la cabeza, y sus cabellos oscuros caían por su espalda hasta la cintura.
Miranda miró fijamente los ojos de ella, comentando a media voz:
- Dicen que ella es hechicera.
- Compórtate, Miranda! Le prestas demasiado oído a las conversaciones de Sondra... Oh, no, sir Thomas se acerca al rey ! Apuesto a que él todavía quiere cancelar la boda .
- Ahora es demasiado tarde !
- Es verdad, ya me casé y consumé el matrimonio con mi marido. Pero detesto la idea de empezar el matrimonio despertando el odio del conde. Me gustó desde que lo vi, y su esposa, lady Alicia, es adorable.
-Hablando ella. .. Mira allá, lady Alicia está empujando al conde por el brazo! Y el rey se ríe !

Las se sobresaltaron cuando un coro de trompetas resonó justo debajo del parapeto donde ellas estaban. La multitud se agitó en un clamor mientras dos figuras altas, ambas con esplendorosas armaduras, cruzaron los portones , encaminándose hacia el monarca.
Miranda miró a Kat y preguntó con sorpresa:
- Quién serán esos?
- Si no me equivoco , deben ser nuestros amados caballeros. Pocos hombres son altos como ellos, y Guy Cavendish está allí, junto a su esposa.
- Pero por qué usan armaduras, si no están a caballo? Y por qué las viseras de los yelmos están bajada, escondiendo sus rostros? No se sabe quien es quien !
- Muy astutos! Me parece una buena idea, querida prima: Fenton no va a saber contra quien disparar. Y si escoge a cualquiera de ellos, las armaduras los protegerán.
- Pero él no se atrevería a hacer eso! El rey está muy cerca de los dos!
- No sé... Algo me dice que Fenton ha perdido completamente el juicio por, ni siquiera debe imaginarse las consecuencias de sus actos insanos.
Otro conjunto de trompetas hizo eco desde la muralla del castillo. Inclinándose sobre el antepecho de la ventana, Miranda no contuvo su asombro:
- Mira, Kat! Están usando nuestros vestidos! Montjoy conducía dos muchachas, con los rostros cubiertos por velos, a través de los portones de la fortaleza. Las ropas que vestían, creadas y cosidas por Sondra, arrancaron gritos y aplausos de la multitud. El rey soltó entonces una sonora carcajada, que la brisa se encargó de llevar a la alta torre norte. Al ver la espalda de las jóvenes que se dirigían cerca del soberano, Katherine se rió y dijo :
- Ahora entiendo por qué Mark y Christopher estaban tan enojados esta mañana!
- Cómo es eso, prima?
- Son ellos , la novia y la dama de compañía , Miranda! Ves, los lazos de la espalda , no están cerrados del todo pues ellos tienen los hombros mucho más anchos que los nuestros!
En ropas femeninas, los dos escuderos se curvaron en profundas y torpes reverencias delante del rey, mientras un rígido y aparentemente avergonzado Montjoy sostenía las manos de ambos. Uno de los caballeros se adelantó , se curvó lo que la armadura permitía y ofreció el brazo a una de las "damas". El segundo caballero imitó su gesto. Tomados de los brazos , los dos "parejas" fueron camino a la capilla , que quedaba cerca del río.
Miranda no disimuló su decepción :
- Oh, ellos pronto estarán fuera de nuestras vistas y no podremos ver el...
De repente, todo sucedió al mismo tiempo: un grito en la multitud a la izquierda llamó su atención ; en el instante siguiente, uno de los caballeros tropezó, después cayó hacia adelante; las dos "damas" se lanzaron al suelo con increíble rapidez y destreza; el otro caballero empuñó la espada y avanzó hacia el lugar donde había empezado la confusión entre los espectadores.
Fue entonces que el sombrero del monarca, adornado con plumas de faisan se voló de su cabeza y fue a parar del otro lado del grupo de personas. Se oyeron gritos.
Katherine, observando la escena con creciente horror, fijó sus ojos en el caballero caído en el suelo . Su corazón se aceleró. Sería Brandon?
Al ver que el escenario allá abajo se había transformado en un hervidero , Miranda contuvo la respiración.
- Mi Dios, qué sucedió , prima?
Corriendo a través del aposento, Kat abrió la puerta antes de exclamar:
- Sólo sé una cosa, Miranda: o es tu esposo o el mío el que está caído allá afuera !
Se lanzó por las escalinatas, las faldas alborotadas alrededor de sus piernas y pies. Miranda corrió detrás de ella. Con cada paso, Kat rezaba plegarias desesperadas a los cielos. Santo Dios, lo amaba tanto! No era justo convertirse en viuda el día de la celebración de su boda!

La mañana había comenzado bien para sir Fenton Scantling, quien había disfrutado de una buena noche de sueño en la cabaña de un labrador arrendatario de las tierras de Bodian. Los asesinatos del campesino y su familia le pesaban en la consciencia tanto como la muerte de Tod Wormsley: absolutamente nada. Después de todo, todos esos no eran mas que despreciables marginales. Cuando sus cuerpos fuesen descubiertos debajo de una pila de heno, él ya se habría convertido en el lord del castillo de Bodian y sus propiedades. Quién lo obligaría a empezar una investigación con el objetivo de descubrir el autor de esos homicidios?
La ropa del granjero , sucia y transpirada, le quedaba bien . Después de un generoso desayuno, Fenton cargó el arco con dos flechas. Dos disparos: un destinado a Cavendish, el otro destinado a la tía Kat. Y por qué no? Para que esperar la muerte natural de ella, si podía heredar su patrimonio más pronto?
La pareja moriría fulminada por sus flechas... Unidos en la muerte, qué trágico, qué romántico ! Mientras la chusma de los aldeanos rodearía la escena de muerte , él entraría al castillo por el portón del jardín , y un cambio de ropa lo iba a transformarlo nuevamente en sir Fenton Scantling, el sobrino aturdido y mortificado. Como el nuevo lord de Bodian, iba a clamar por justicia para esa desafortunado perfecta. Ah, su plan era simplemente perfecto!
Recorriendo el bosque, Fenton no demoró en encontrarse con el viejo tronco hueco. Dándole una palmadita al tronco podrido, se rió y preguntó en voz alta:
- Descansaste bien, querido Wormsley?
Riéndose de su propia broma, continuó su caminata. Como había previsto, los aldeanos y campesinos de las inmediaciones ya estaban reunidos en el jardín delante del castillo. Banderas y estandartes habían sido colocados en las torres más altas de la fortificación y ahora flotaban con la leve brisa de verano. Bajo la sombra proporcionada por una serie de arboles, largas mesas armadas sobre caballetes aguardaban el banquete de celebración de la boda. Criados del castillo corrían por todos lados con bandejas y bandejas repletas de comida. Fenton aspiró los aromas y se le hizo agua la boca. Era una pena que tanta comida fuese parar a la basura! Pero, no... Pensando mejor, cuando asumiese el comando después de el trágico desenlace, él iba a ofrecer la comida al pueblo . De esa forma, la chusma se mantendrían ocupada mientras los cadáveres fuesen retirados de allí.
Fenton escogió un lugar en que pudiese quedar de espaldas al sol. Había una buena visión desde allí, y también dificultaría el trabajo de quien intentase localizar el origen de las flechas asesinas . Sujetando el arco por debajo de la capa , se relajó y se quedó esperando.
La llegada del rey fue la primer pieza perfecta de ejecución de su plan. Qué mierda estaba haciendo Henry con esos forajidos ? Y por qué estaba vestido como un aldeano ?
Poco después, se alivió cuando oyó al soberano dirigirse a la multitud:
- Saludos, personas de mi pueblo ! Soy Robin Hood y he oído hablar de las festividades que se llevarán a cabo este día! La dulce lady Marian y yo, en compañía de buenos amigos, vinimos del bosque de Sherwood para traer a los felices novios los nuestros mejores deseos de felicidad y buena suerte!
La gente retribuyó los saludos con entusiasmo , mientras Fenton arrugaba su nariz.
Una mujer que no reconoció, muy elegante en un rico vestido de satín verde y oro, hizo una reverencia y le dio la bienvenida a la comitiva real. Fenton respiró profundamente , para controlar sus nervios. Poco le importaba que el monarca estuviese allí, su llegada inesperada sólo iba a causarle más diversión : en esas pomposas circunstancias era seguro que nadie prestaría atención a un campesino parado al costado de la multitud.
Un caballero más anciano se aproximó a Henry. Carajo! Era el conde de Thornbury, el padre de Brandon! Fenton lo reconoció por el blasón de la familia que traía bordada en la capa.
- Mi gentil Robin Hood! - Sir Thomas saludó a Henry, elevando la voz para hacerse oír en medio del barullo. - Necesito hablar unas palabras con su alteza , por favor!
- Por supuesto, mi lord - respondió el rey, para después volverse a los sus cortesanos: -Mire, el padre del novio!
- Bondadoso Robin - continuó el conde. - Mi hijo tiene nuevas ideas respecto a la boda .
- Todos los novios tienen nuevas... y picantes ideas el día de su casamiento - retrucó Henry, agitando la mano en el aire. - Eso es muy natural, no ?
Los presentes se rieron y aplaudieron. Entonces la dama de mediana edad arrastró a sir Thomas a un rincón, diciéndole algo al oído. Por el grado de intimidad entre ambos, Fenton pronto concluyó que se trataba de la esposa del conde.

En ese momento, las trompetas del castillo anunciaron la entrada del novio. Fenton estremeció al ver dos caballeros en brillantes armaduras atravesar los portones. Qué mierda de truco sucio era ese? Con las viseras de los yelmos bajadas sobre sus rostros, quién podría identificarlos? Fenton no tendría tiempo de armar otra vez el arco y disparar dos flechas más!
Mientras Fenton pensaba en una solución para el problema, el cuerno volvieron a sonar, y dos damas con velos, escoltadas por un Montjoy que más parecía un cuervo con su ropa oscura, hicieron su entrada en escena. La multitud v se volvió para manifestar su entusiasmo y satisfacción .
Cuál de las dos era Kate ? Contra cual debería disparar la primer flecha? En qué momento? Mierda, eso no era justo! Nada de todo eso estaba contemplado en su plan!
Fenton Scantling llevó el dedo al disparador. Necesitaba tomar una decisión en los próximos segundos o su brillante plan se iría a la mierda. Uno de los caballeros se adelantó y tomó la mano de la primera dama. Sólo podían ser Cavendish y la tía Kat, aunque él no recordase que lady Katherine Fitzhugh fuese tan alta. Bien, tal vez ella estuviese usando zapatos de taco alto .
Una alarma sonó en su cerebro , incitándolo . Ahora! Ahora!
Con un movimiento rápido, Fenton levantó el arco y disparó la primera flecha. El rey perdió el equilibrio . Al lado de Fenton, una mujer gritó. Por una fracción de segundo, él pensó en lanzar la segunda flecha contra ella. Pero no había tiempo!
Alguien lo empujó en el momento en que él llevaba el dedo al segundo disparador, impidiéndolo ver a donde la flecha fue parar. En el instante siguiente, otra persona le arrancaba el arco de sus manos. Fenton entonces sintió un golpe en la cabeza y sus rodillas se curvaron bajo su peso.
No! Eso no podía estar sucediendo! La confusión creció en sus oídos, pero cayó al suelo y pronto su mente fue invadida por un profundo silencio.

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