miércoles, 14 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 13 - SANDY BLAIR

CAPITUO 13


Cameron alzó a Claire y la llevó junto a su pecho. La llamó, pero ella no respondió. Su cuerpo estaba ardiendo de fiebre.
- Claire, despierta! Claire, háblame!
Desesperado, sin coraje para dejarla sola para pedir ayuda, Cameron la levantó en sus brazos y la cargó hasta el apartamento de la señora Grouse. Con una calma sorprendente, la vecina le pidió que la colocase en el sofá y la examinó.
- Pensé que compresas frías y un antitérmico resolverían el problema, pero la fiebre está muy alta, Cameron. Ella necesita un médico. - Y antes que Cameron tuviese tiempo de reaccionar, la señora Grouse descolgó el teléfono y llamó una ambulancia. - Puedes cargarla un poco más ? La ambulancia está en camino. Claire será atendida más rápidamente si los paramédicos no precisan subir para buscarla.
Cameron se sentó en el borde del sofá y sujetó a Claire con fuerza contra el pecho. Tenía miedo de perderla. Los hospitales eran un misterio para él.
- Debe decirme donde puedo encontrar un médico que venga a atender a Claire aquí. No quiero que se la lleven.
- Hay médicos en los hospitales, Cameron. Claire estará bien cuidada allá. El Brigham queda a pocos minutos de distancia y es uno de los mejores de la ciudad. - Mientras buscaba un saco, la señora Grouse se acordó de la necesidad de llevar los documentos de Claire. Reticentemente , Cameron sólo aceptó volver al apartamento mediante la promesa de que la vecina no dejaría que se la llevasen antes que él volviese.

Una mujer vestida de azul se materializó en la sala de espera, asustando a Cameron al llamarlo.
- Señor puede entrar ahora.
- Cómo está Claire?
- El médico hablará con usted.
No era una respuesta alentadora. Nervioso, Cameron miró a la señora Grouse a su lado. Ella lo había orientado para firmar todos los papeles responsabilizándose de la internación como novio de Claire, para poder acompañarla. Pero en ese momento él no se sentía en condiciones de prescindir de su presencia. Temía no entender el diagnóstico del médico sobre el estado de Claire.
- Ella también puede entrar?
- Si, ella también puede entrar - la enfermera afirmó, en tono muy profesional.


Cameron ayudó a la señora Grouse a levantarse y ambos siguieron a la enfermera por los corredores blancos hasta el ala de emergencias , donde encontraron a Claire acostada entre una parafernalia de aparatos que parpadeaban y emitían sonidos. Cameron sintió una oleada de alivio inundar su pecho al sujetar la mano de Claire. Ahora podría estar al lado de ella. Pero el alivio se transformó en pánico cuando Claire no reaccionó a su contacto.
- Señor MacLeod?
Cameron se dio vuelta hacia el médico, un hombre de cabellos grises y delantal blanco.
- Soy el doctor Willis.
Los tres se saludaron. Cameron tenía una montón de preguntas para hacer, pero no pudo formular ninguna.
- Tomamos una muestra de sangre y de tejido de la garganta de su esposa - el médico le explicó. - Tendremos el resultado del examen en dos días, pero por los sintomas podemos adelantar, casi con certeza, que se trata de un caso severo de influenza.
La última palabra sonó como una puñalada para Cameron. Ese era el nombre de la enfermedad que había matado a Margie y a muchos miembros de su clan. Pero los tiempos eran otros. Ahora el mundo debía haber encontrado un remedio que curase esa terrible enfermedad. Esa bolsa colgada en lo alto, llena de un líquido transparente como agua, debía ser el remedio.
- Ella se sanará pronto con esa poción?
- Desgraciadamente , no. No podemos usar antibióticos para combatir un virus. Es necesario tener paciencia hasta que el virus cumpla su ciclo naturalmente. Mientras tanto, procuraremos aumentar las defensas inmunológicas de la paciente. Ese líquido, que llamamos suero, hidratará su cuerpo y la reanimará. Esperamos darle el alta en unos días.
- Doctor, puedo quedarme con ella?
El médico estudió a Cameron . Como no admitiría una negativa, Cameron avanzó un paso.
- Si, pediré que la lleven a un cuarto privado.
A solas con la señora Grouse, Cameron confesó su falta de fé en el médico que había dejado a Claire sola, un médico que le daba agua a través de un tubo insertado en su mano, un agua que él mismo había afirmado no tener el poder de curarla. La vecina lo calmó.
- El doctor no precisa permanecer a la cabecera de Claire todo el tiempo . Hoy en día, los aparatos reemplazan, en parte, la vigilancia. Claire es joven y saludable. Su organismo vencerá el virus.
Cameron no lograba apartar la vista de Claire. Ella estaba pálida como si no tuviese ni una gota de sangre en sus venas.


Siete horas más tarde, Cameron cedió al cansancio y acercó la única silla del cuarto a la cama. Victor Delucci, el amigo de Claire, había venido a buscar a la señora Grouse y había dejado un ramo de flores y la promesa de volver al día siguiente.
Tan bella y vulnerable! Con una emoción que no sabría traducir en palabras, Cameron bajó la barra de protección de la cama y tomó la mano de Claire.
- Debes sanarte rápidamente . Me estoy sintiendo tan inútil como un guerrero luchando contra un enemigo invisible. No sé por cuanto tiempo más soportaré verte postrada de este modo. Quiero de vuelta a la mujer valiente que luchó conmigo, la primera vez que me viste, exigiéndome que te devolviese mi espada. Ni aunque viva cien años, me voy a olvidar del modo fulminante con que tus ojos penetraron los míos. Y si no fuese un caballero te robaría un beso.
Un beso que lo atormentaría hasta conseguir otro, un beso que en vez de saciar su deseo, lo aumentaría todavía más .
Cameron llevó la mano fría a sus labios y la besó . Claire era tan joven... Todavía tenía muchas cosas por vivir. Casarse, tener hijos... Pero el ideal de Claire sería compartir su vida con alguien ? Esa idea lo hizo parpadear. Aunque ellos estuviesen viviendo bajo el mismo techo y compartiendo el mismo pan, Cameron no sabía lo que Claire planeaba para el futuro. Y en ese momento él se dio cuenta de la manera egoísta como venía comportándose. Con su preocupación por volver a Escocia y su deslumbramiento con el nuevo mundo, se había olvidado de preguntar como Claire se estaba se sintiendo en relación a tener a un completo extraño irrumpiendo en su vida sin haber sido invitado . Ni siquiera se había molestado en intentar conocerla mejor. Claire había necesitado enfermarse para que él descubriese su edad, al llenar la ficha de internación.
Un nudo se cerró en la garganta de Cameron y apoyó la frente entre los brazos cruzados sobre la cama. Si Dios permitiese que Claire sobreviviese, la compensaría por toda a su bondad y dedicación.
- Cam?
- Estoy aquí, amor.
Claire sintió el calor y la ligera presión en su mano, y el alivio la hizo suspirar. Cameron estaba de vuelta, o ella estaba soñando? Habría soñado que Cameron la llamaba de "amor"?
Al intentar abrir los ojos y sonreír , Claire hizo una mueca. La garganta le dolía y los labios estaban resecos. Necesitaba levantarse y beber agua. Tenía la sensación de haber atravesado el desierto. Pero, antes que se moviese, algo frio y mojado tocó su boca, y el susto la hizo despertar. Pero abrir los ojos fue imposible. La luz que se filtraba por las persianas casi la cegó.
Persianas? No había persianas en su cuarto!
En la tentativa siguiente, los ojos permanecieron abiertos lo suficiente para que Claire descubriese que estaba en un cuarto de hospital.
- Lentamente. - El brazo de Cameron se deslizó por debajo de su nuca y él la ayudó a acomodarse mientras a parte superior de la cama se elevaba. - Tuviste influenza, una gripe casi tan fuerte cuanto una neumonía.
Claire pasó la vista por el propio cuerpo. Debía haberla pasado realmente mal. Estaba siendo monitoreada por aparatos. Pero Cameron no parecía estar mucho mejor que ella. Sus ojos estaban inyectados y los cabellos desgreñados. La barba por afeitar le daba un aspecto enfermizo y desprolijo.
- Debes afeitarte.
- Pensé en dejarme crecer la barba . - Cameron pasó una de las manos por el rostro, y el modo en que sonrió hizo surgir sus adorables hoyuelos que a Claire tanto le gustaban.
- Por favor, dime que estás bromeando!
- Estoy bromeando. No pude afeitarme. No quise irme de tu lado.
- Hace cuanto tiempo que estoy aquí?
- Un día y medio, pero da la impresión de una eternidad.
- Tenía un dolor de cabeza terrible. Pensé que me sentiría mejor si durmiese un poco. Creí que apenas era un resfriado.
- Lo importante es que estás recuperándote, amor.
Amor. El la había llamado así nuevamente. Entonces no había sido un sueño. Con un suspiro, ahora de placer, Claire miró a su alrededor bajo otra perspectiva.
- Cuántas flores! De quién son?
- Tuyas! Las rosas rojas fueron traídas por la señora Grouse y las rosadas por Victor Delucci. Tracy te trajo margaritas. Las flores amarillas vinieron con un tarjeta de un restaurante.
Claire quiso reírse al leer el mensaje y acabó tosiendo. El dueño del restaurante le deseaba un pronto restablecimiento porque, después de todo ella era una buena cliente y él estaba sintiendo su falta.
-Me encantan los mejillones. Ese es mi restaurante favorito. Pietro, el dueño, me trata como si fuese de su familia.
- Por qué no has ido más allá?
Porque vos llegaste. Porque me encanta ver la satisfacción con que devoras todo lo que cocino.

- Porque estamos en época de Navidad y el movimiento en la tienda impide que salga. Pero continua. quiero saber quién fue que me mandó ese lindo osito blanco con un lazo rojo en el cuello.
- Yo.
Claire notó, fascinada, el rubor que se esparció por las mejillas de Cameron. Antes que pudiese agradecerle, una enfermera abrió la puerta y les deseó buen día. Después pidió que Cameron se retirase por algunos minutos, lo que él hizo con reticencia.
- Su mejora fue increíble - la enfermera comentó después un breve examen. - Su novio no se apartó de su lado ni por un minuto.
Novio. Entonces él había mentido para poder quedarse con ella.
- El noviazgo no es oficial. Solamente estamos viviendo juntos.
- El es un hombre muy atractivo y es obvio que está enamorado de vos. Dónde lo conociste ? Tal vez pudieses presentarme a uno de sus amigos.
Claire sonrió enigmáticamente.
- Fue él quien me encontró a mí .
Claire se sintió renacer después levantarse y tomar un baño. La enfermera le trajo una sopa y ahora estaba intentando distraerse con la televisión. Hacia tres horas que Cameron había salido e todavía no había vuelto. La sugestión que le había dado para aguardase en la cafetería del hospital seguramente no había sido escuchada. Ella sólo esperaba que él no se hubiese se metido en otra problema.
El servicio de meteorología previa una fuerte tormenta de nieve para ese fin de semana. Y ella que estaba contando con un aumento en las ventas con la aproximación de la Navidad...
Cinco minutos después, el celular sonó. Claire se apresuró a tomarlo de la cartera que Cameron había guardado en la mesa .
- Claire?
- Cam, por Dios, donde estás?
- En la Central.
- En la Central Ferroviaria?
- No. En la Central de Policía. Tienes por casualidad el número de teléfono del abogado?

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