sábado, 17 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 17 - SANDY BLAIR

CAPITULO 17


- Claire!
Claire despertó sobresaltada con la entrada intempestiva de la señora Grouse. Ella se había dormido en el sofá, mientras esperaba a Cameron.
- Qué pasó ?
- Debes ver esto. - La vecina tomó el control remoto y encendió la televisión. Eran las seis de la mañana y estaban mostrando el Jardín Zoológico de la ciudad. Qué habría de tan importante para que la señora Grouse...
- Cam! - Oh, Dios ... Qué demonios Cameron había ido a hacer al Zoológico de madrugada? Y por qué su imagen estaba registrada por las cámaras de seguridad?
El informe estaba mostrado un niño que lloraba porque los renos habían sido robadas y Papé Noel ahora no tendría como llevar los regalos a los niños la noche de Navidad.
Esa vez, Cameron había ido demasiado lejos. Claire miró a la señora Grouse y cruzó los brazos al darse cuenta que ella sabía más de lo que quería demostrar.
- Cameron está en su apartamento, verdad ? Usted lo está encubriendo.
- Ten calma, querida. Concédele el beneficio de la duda. Todavía no escuchaste su versión . Después de todo él arriesgó su propia vida dos noches atrás para prevenir un nuevo ataque a tu tienda.
- Oh, Mi Dios! Dígame que estoy soñando ....De qué diablos está hablando? - Claire gritó.
-Yo lo vi por la ventana y te aseguro que esos tipos no se atreverán a volver aquí. Lo del cuchillo y la tinta. ... bueno eso .... fue un poco espectacular ...pero...
Al borde de un síncope Claire le pidió que a la vecina que le contase toda la historia . Pero la mujer apenas logró decir que Cameron había llegado hacia una hora. El teléfono sonó. Era el doctor Brindle con información sobre el robo al Zoológico. Claire optó por fingir desconocimiento. Oh! Negación ...dulce salvación ...


- El escocés ha traspasado todos los límites de la lógica, de la realidad, del sentido común y de la ley . No podré impedir que lo metan en la cárcel ! Tengo una reunión de pocos minutos, pero iré allá cuando me sea posible. No lo pierda de vista. Encadénelo, si es necesario, pero no lo deje solo ni por un segundo !
Después de pedirle a la señora Grouse permaneciese junto al teléfono para anotar los recados y decir a quien llamase que no sabía absolutamente nada, Claire se arremangó la camisa y fue a encontrar el responsable de sus pesadillas al piso inferior.

El se dio vuelta abruptamente, con el puñal en la mano. A dónde había ido a parar su instinto? No había notado la aproximación hasta sentir el golpe del lado izquierdo, en medio de la espalda.
- Comienza a hablar, Cameron MacLeod!
Sorprendido porque el ataque hubiese partido de Claire, Cameron se apresuró a guardar el puñal antes que ella lo viese.
- El sol apenas acabó de salir. Qué te hizo despertar tan temprano?
- Y encima me preguntas? Qué haces vos aquí y no estás en casa? A dónde estuviste toda la noche ?
Claire estaba furiosa. Habría notado la falta del vehículo? Podría apostar a que si, pero consideraba mejor quedarse callado hasta tener certeza del motivo que la enojaba tanto.
- Fui a dar una vuelta.
- Tenía que ser en la camioneta? Ella lo sabía!
- Si.
- Claro que si - Claire gruñó. - De qué otro modo podrías transportar dos renos por toda la ciudad ?
Cameron extendió los brazos para defenderse. Nunca había visto a Claire tan enojada. Parecía dispuesta a matarlo. Quién podría haberle contado y tan rápidamente ?
- La policía va a estar golpeando a mi puerta en cualquier minuto buscándote , Cam! Tu imagen está siendo exhibida en todos los canales.
Cómo? El había tenido cuidado. Estaba seguro que nadie lo había visto tomar los renos y llevarlos a la parte trasera de la camioneta.
- Claire, déjame explicarte...
- A dónde están?
- En la camioneta. Yo no sabía a donde llevar a los animales. Aquí ellos no viven con las personas y las casas son demasiado pequeñas para darles albergue.
-
Quince minutos después, con el saco, gorro y guantes, Claire estaba detrás del volante. No había vuelto a hablar una sola palabra con Cameron. El sería su ruina. O ella la de él ! Esperaba conseguir llegar al Boston Common, el principal parque de la ciudad, y soltar los renos sin que ella y Cameron fuesen vistos. El frío era insoportable y ella agradecía por eso. Cuanto más frío, menos posibilidades tendrían de encontrarse con personas que fuesen testigos del hecho .
Un patrullero estaba estacionado justo en la entrada lateral del parque: la única por donde ella podría pasar con la camioneta.
- Tengo una idea - dijo Cameron. - Podemos esconderlos en la disco.
- Qué estás diciendo?! - Claire lo miró como si fuese un lunático, lo que lo obligó a contarle sobre el empleo que Tracy le había conseguido .
- No era necesario! No deberías...
- Si, era necesario. No me siento bien siendo mantenido por vos. Quiero saldar mi deuda. Fue por eso que se me ocurrió procurar en la reserva. La riqueza de un hombre está en la cantidad de animales que posee. Mi empleo paga poco. Los renos valen mucho. Especialmente en esta época del año.
Con cada palabra de Cameron, Claire sacudía la cabeza. Intentó explicarle sobre la reserva de dinero dejada por Tavish, pero no ganó nada. Cameron se sentía herido en su orgullo masculino. Ante las circunstancias, tuvo que aceptar que él llevase los renos al galpón en los fondos de la disco, hasta que oscureciese y ellos pudiesen volver al parque.
No dejaba de ser una suerte que Cameron tuviese la llave del depósito. El dueño y los empleados no solían ir al local antes de las nueve de la noche.


A Cameron le extrañó ver a Claire estacionar la camioneta en una calle desconocida en vez de ir directamente a la casa.
- A dónde estamos?
- En el estudio de Victor. Ven conmigo.
Preocupado por el silencio de Claire desde que habían conseguido soltar los renos en el parque, Cameron la acompañó sin discutir. Tampoco protestó cuando ella tomó una escoba y se la extendió.
- Limpia todo muy bien . No dejes ningún vestigio de que los renos estuvieron aquí.
Barrer no era tarea para un hombre, pero él no estaba en condiciones de atreverse a contrariarla. Principalmente después de descubrir que, en ese ínterin, Claire prepararía algo para que ellos comiesen.


Al volver, Cameron la encontró en la mesa, con el mentón apoyado en las manos y un plato con galletitas, paté y queso delante suyo .
- Fue lo único que encontré.
Después de la frugal comida, por la cual Cameron se mostró bastante agradecido, Claire sintió su corazón apretarse ante la necesidad de imponerle una especie de castigo.
- Realmente es necesario? - Cameron estrechó los ojos.
- Viste el noticiero. Cualquiera que te vea te reconocerá por el largo de tus cabellos.
Con un suspiro, Claire se levantó y tomó una tijera. Diez minutos después, ella lo hizo mirarse al espejo.
- Ahora sé como se sientenlas ovejas cuando son esquiladas - Cameron protestó.
Claire tuvo que sonreír .
- Quedaste bonito. Moderno. A propósito, quiero agradecerte por el susto que dio a esos chicos.
- La señora Grouse te contó?
- Si. con detalles.
- Fue un placer. -Cameron se sentía bien en poder contribuir a que Claire se sintiese bien. Lamentaría tener que dejarla. Faltaba poco ahora. Con un nudo en la garganta, que él procuró ignorar, fue hasta la ventana. - La nevisca está empezando. Es mejor que nos vayamos, antes que quedemos aislados. Y a pie.
Claire estrechó los ojos.
- Confieso que tengo miedo.
Cameron atravesó el cuarto en dos pasos y la abrazó. Pobre Claire. El sólo le había traído preocupaciones. Cuanto antes desapareciese de la vida de ella, menos problemas le causaría. Hasta conocerlo, Claire nunca había tenido que presentarse en una delegación policial . Le dejaría su cheque de pago y la tarjeta de crédito. Solamente se llevaría el documento de identidad. Encontraría un modo de sobrevivir hasta consultar a la nueva hechicera.
- Perdóname. Vos no te merecías todo esto. - El la sujetó por el mentón y la hizo mirarlo. - No tengas miedo. Todo saldrá bien . Vas a ver.
- No es por mí que tengo miedo, Cam, sino por vos. Con tu falta de noción sobre las leyes y las reglas del mundo actual, me estás enloqueciendo completamente !
No podía dejar de concordar con Claire. Se sentía como un pez fuera del agua, pero en vez de encerrarse en un cuarto y llorar, estaba intentando hacer lo mejor que podía. Como en ese momento. En breve ya no podría abrazarla más, ni besarla, ni siquiera hablarle.
- Tienes razón. - Cameron la calló con un beso. Un leve contacto de sus labios en los de ella, pero que surtió el efecto deseado. -Un poco más de paciencia. Pronto estarás recordando de esto como un sueño que pasó. Una increíble aventura.
Claire todavía se mantuvo rígida por algunos segundos, pero acabó relajándose.

- Creo que si . Jamás me olvidaré de tu cara en el momento que los renos saltaron de la camioneta, casi aplastándonos, y corrieron en disparada por el parque. - Claire se rió por un instante. Después volvió a mirarlo seriamente. - No gusta insistir con el tema , pero qué planeas hacer si no hubiese ninguna posibilidad de vuelvas en el tiempo?
Cameron no respondió. Aún así partiría. No era justo perjudicar a quien sólo quería ayudarlo.


- Señora Grouse? Ya llegamos! - Claire avisó, feliz por ellos habían conseguido llegar sin mayores contratiempos. Pero su voz se perdió en el vacío. La señora Grouse no estaba allá, debía haber llevado al doctor Brindle a su propio apartamento.
Fue Cameron quien vio la nota sobre la mesita mientras Claire se dejaba caer en el sofá y le pedía a Cameron la leyese. Mientras tanto se quitaba las medias húmedas y frías.
Cameron encendió la lampara y leyó :
- Querida Claire, el doctor Brindle llamó para avisar que está atrapado en el aeropuerto por la nevisca, pero que tomará un taxi cuando las calles sean liberadas para el tráfico. El dijo no pierdas a MacLeod de vista bajo ninguna circunstancia. - Cameron interrumpió la lectura e hizo una mueca, pero su aire era divertido. - También dije que logró que retirasen todas las denuncias que pesaban contra MacLeod.
- Al fin una buena noticia! - Claire exclamó.
- También escribió que hubo una única llamada, fue de su hija, avisando que vendrá a pasar Navidad a Boston. - Cameron colocó la nota de vuelta en la mesita. - La señora Grouse debe estar feliz .
- Si. Apuesto a que bajó para iniciar inmediatamente los preparativos para recibirla. Puedo imaginarme su felicidad. - Claire se levantó y fue hasta a cocina. No había tenido tiempo ni había podido ir al supermercado con todo ese lio . Tendría que darle una mirada al refrigerador y al armario e improvisar algo para comer .

- Están hablando algo sobre los renos? - Claire preguntó, un minuto después, al notar que Cameron había encendido la televisión.
Cameron apareció en la cocina, descalzo y relajado. Claire estaba examinando el freezer. Esperaba que a Cameron le gustase el pollo. Era la única carne que había. Y espaguetis.
- Deberías haberlo visto. Había guardias esparcidos por todo el parque intentando capturarlas. Ellos corrían de un lado a otro como se estuviesen jugando, aprovechando la libertad. El periodista dijo que una equipo del Zoológico está en camino para resolver la situación.
- Menos mal que todo que acabó bien! - Claire estaba diciendo cuando fue interrumpida por el sonido de la campanilla de la tienda. Se habría ilusionado demasiado pronto ? Y si fuesen la policia?
Cameron atravesó la cocina y la sala y fue espiar por la ventana.
- No hay ningún patrullero afuera, y no puedo ver a nadie en la entrada del edificio.
La campanilla volvió a sonar. Ante la insistencia del visitante, Cameron se ofreció para verificar.
- Ten cuidado.
- No lo tengo siempre? - él apretó ligeramente la punta de la nariz de Claire, que no pudo reaccionar de otra manera excepto suspirar.
Con un cuchillo en la mano, sospechando que los delincuentes habían vuelto, Cameron entró en la tienda en punta de pies. Una silueta se recortaba contra el vidrio . Como si presintiese su presencia, la figura volvió a llamar. Cameron atendió en seguida. Allí, del otro lado de la puerta, estaba la última persona que esperaría encontrar en ese momento. La bruja de Salem. Qué había venido a hacer Sandra Power a Boston en un día frío y tempestuoso como ese? Ella habría encontrado la solución su problema?



Con la esperanza inyectándole nuevo ánimo en Cameron, él escondió el cuchillo en la cintura y se apresuró a desactivar la alarma.
- Entre, madame, antes que se resfríe.
- Cómo le va , señor MacLeod?
- A qué debo el placer?
Cameron se distrajo por un instante al verla bajarse la capucha sobre los hombros. De repente otra mujer estaba entrando en la tienda, y otra más y otra más. Antes que él pudiese volver a cerrar la puerta, doce discípulas de la bruja de Salem habían formado un círculo a su alrededor.
Cameron sintió su aprensión aumentar a medida que ellas se quitaban las capas mojadas por la nieve. Escalofríos se sucedían a lo largo de su espalda .
- Qué está sucediendo aquí? - Cameron preguntó con voz temblorosa, por más que intentase controlarse.
- Tenga un poco de paciencia, señor MacLeod.
Atónito, a Cameron le llevó algunos segundos para acordarse de encender la luz. Cuando se encaminó al interruptor, Sandra Power sacudió la cabeza.
- Eso no será necesario.
En el centro del grupo, Cameron miró a cada una de las visitantes, de la misma forma que estaba siendo examinado por ellas. Reconoció otra, una mujer de mediana edad que lo había recibido algunos días antes y le había dicho casi las mismas palabras que las gran sacerdotisa. Pero lo que más le impresionó fue la presencia de la vidente que representaba su última esperanza. La del anuncio.
Una súbita sensación de peligro lo invadió. Intentó levantar el cuchillo , pero tuvo que soltarlo como si hubiese recibido un shock.
- Nada tema de nuestra parte, señor MacLeod - murmuró Sandra Power. - Estamos aquí para ayudarlo. Lo que acaba de experimentar fue apenas una muestra de las energías que somos capaces de manejar. Usted está delante de las representantes mejor dotadas de nuestra comunidad. Nosotras nos reunimos y decidimos sumar nuestros esfuerzos en simpatia por su causa. Está listo?
- Listo, para qué ?
- Para volver al lugar de donde vino, si eso es posible?
- Ahora? - Cameron miró a un lado y al otro, confundido. No podía partir sin decirle adiós a Claire. Simplemente no podía desaparecer sin una palabra. Claire se moriría de preocupación. Y todavía precisaba decirle cuanto ella había empezado a significar en su vida, o cuanto él le agradecía por su amparo y por su desvelo. - Necesito despedirme...
- Es ahora o nunca, señor MacLeod.
Cameron miró a su alrededor y se convenció de que Sandra Power estaba diciendo la verdad sin que ella necesitase insistir.
- Le contará a Claire lo que sucedió? Le dirá que la extrañaré y que le estaré eternamente agradecido? Que ella es linda y adorable y que me gustó mucho ella? - Cameron sacó el cheque y la tarjeta de crédito de su bolsillo. - Por favor, entrégueselos a ella y dígale que confíe en Victor y que lo escuche porque él la ama como un hermano. También aconséjele, si puede, para que se consiga un gato. Así ella no se sentirá tan sola.
- Haré lo que me pide.

Con quién estaría hablando Cameron?
Aprensivamente, Claire bajó la escalera con cuidado para no hacer ningún ruido. Al aproximarse a la tienda notó que la puerta estaba entreabierta y se apoyó en la pared. Estiró el cuello para intentar espiar por la hendija. Al reconocer a Sandra Power, su corazón se aceleró. Ella no estaba sola. Cameron estaba en medio de un círculo formada por doce mujeres.
- Es ahora o nunca - ella oyó a Sandra decirle y a Cameron pedirle que le contase a ella lo que iba a suceder.
Un frío de helado se apoderó de su corazón y todo el cuerpo de Claire. Esas mujeres estaban allí para concederle a Cameron el deseo de volver a su casa? A él realmente le importaba ella, como estaba diciendo?
Claire dejó de respirar súbitamente. Tenía la impresión de que su presencia había sido notada. La adivina de Salem, aquella que le había a Cameron que perdonase a Mhairie, estaba con los ojos vueltos hacia la puerta.
Dominada por el pánico, Claire sintió como se un hilo invisible le apretase la garganta. Puntos negros habían aparecido en su visión. Con temor de ser atrapada espiando, retrocedió hacia las sombras en dirección a la escalera.
La reunión das brujas en su tienda sólo podía tener un significado. Los latidos cardíacos de Claire se volvieron aún más erráticos. Estaba realmente sucediendo. Cameron la estaba dejando. Antes que ella le hubiese declarado su amor. Todo su ser gritaba para que volviese y anunciase su presencia. Que interrumpiese el ritual antes que fuese demasiado tarde . Pero Cameron desistiría de la vida que conocía por su amor? O seguiría su camino, a pesar de todo?
Claire jamás sabría la respuesta. La voluntad de Cameron se cumpliría. El había pedido, y su deseo había sido concedido. Ella no tenía derecho a interferir.
Las lágrimas se deslizaban copiosamente por las mejillas pálidas de Claire. Al menos podría consolarse con el pensamiento que Cameron tal vez hubiese permanecido si supiese que era amado.
Un extraño zumbido comenzó a venir de la tienda. Un coro monótono le provocó escalofríos. A pesar de los intensos temblores, Claire se levantó y volvió a su apartamento. En lo alto, las lamparitas parpadeaban. Abrió la puerta y las luces se apagaron. Sin molestarse en encender una vela, Claire abrazó el osito, el única recuerdo que le quedaba de Cameron, y se acostó en el sofá, encogida.

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