jueves, 15 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 15 - SANDY BLAIR

CAPITULO 15


- Claire! Llegamos!
Claire saltó del sofá al reconocer la voz y los pasos de Cameron haciendo eco en la escalera. Antes que terminase de atravesar la sala y alcanzase la puerta, él la abrió. Su sonrisa era brillante.
- Estoy libre, Claire. Libre!
Aún antes que ella pudiese manifestarse, Cameron la alzó del piso y la hizo girar en el aire. Su risa era franca y burbujeante. Sin pensarlo , ella lo enlazó por el cuello y él inclinó la cabeza en busca de sus labios. Un beso festivo, Claire se imaginó. Pero estaba equivocada. Las bocas se encontraron y permanecieron unidas en un beso suave, pero firme, y deliciosamente demorado, que se prolongó con Cameron sujetándola por el cuello y deslizando la lengua por los labios que ella no resistió entreabrir.
Cameron era tan masculino! Y qué bien besaba ...
- Tal vez deba volver en otra ocasión.
El doctor Brindle estaba allí?
Claire se apartó como si los besos de Cameron la hubiesen quemado. Lo que, de cierta manera, era verdad. Al encontrarse con el abogado parado junto a la puerta, tan incómodo como ella, toda su sangre le subió a la cara.
- Bájame al piso , Cam! Disculpe, doctor Brindle. No sabía que estaba aquí. Por favor, entre.
Victor estaba viniendo de la cocina. Se detuvo , en silencio, al encontrarse con los visitantes. Cameron, todavía eufórico, hizo que Claire se sentase en el sofá e invitó a todos a una celebración .
- El doctor Brindle fue sorprendente. Deberías haber visto la defensa que me hizo . .. - Cameron dejó de hablar y tocó la frente de Claire. - Estás bien ? La fiebre parece haber vuelto.
Ella estaba más que bien. La fiebre podría justificar el rubor en sus mejillas. La fiebre del deseo.
- Estoy bien . Muriéndome de curiosidad, después de casi morirme de preocupación, pero bien . Podemos saber qué sucedió?
- Si. Yo también estoy ansioso por saber. Ustedes no pueden imaginar lo que pasé todo ese tiempo al lado de Claire - Victor desahogó.
Cameron sacó una tarjeta de su bolsillo, la levantó y la sacudió.
- Ahora también tengo un documento de identidad. Ante una mirada interrogativa de Claire, el abogado encogió los hombros y volvió a sonreír . El doctor Brindle parecía haberse transformado en otra persona desde la última vez que habían conversado.
- Al menos tu amigo tendrá un documento para presentar en caso que sea detenido nuevamente .
- Pero eso no volverá a suceder, verdad, Cam?
Cameron miró de reojo.
- Espero que no. De cualquier modo, me gustaría de celebrar el o hecho con ustedes. Puedo atreverme a pedir que abramos esa botella de vino que guardas detrás de las latas?
- Estuviste espiando los armarios? - Claire protestó sin ninguna vehemencia.
- Si. No es la mejor manera de descubrir donde encontrar las cosas? Vos estabas durmiendo y no quise despertarte.
Así, con total naturalidad, Cameron se levantó y fue a la cocina. Claire miró a Victor y al doctor Brindle y volvió a sacudir la cabeza .
- El hombre es un medieval auténtico - el abogado afirmó.
- Jurásico, querrá decir? - sugirió Victor.
Con una mirada de advertencia al abogado, Claire arregló la respuesta.
- El doctor Brindle quiso decir que Cameron sigue los patrones de sus antepasados que sus contemporáneos.
- No fue exactamente eso lo que yo sugerí? - Victor protestó y extendió la mano al hombre que hasta entonces le era desconocido. - A propósito, yo soy Victor Delucci, amigo de Claire y su mayor confidente... - Victor lanzó una mirada de animosidad en dirección a la cocina - ...hasta hace algunos días atrás.
Cameron volvió en ese exacto momento con cuatro copas y una botella de vino tinto. Antes de brindar, pidió que al grupo que esperase para que él pudiese llamar a la señora Grouse.
Claire aprovechó la breve ausencia para preguntarle al abogado lo que realmente había sucedido ese día.
- Para mi franca sorpresa, MacLeod salió muy bien . Su elocuencia conquistó al magistrado y a todos los presentes en la audiencia.
- El le contó el motivo que lo llevó a robar el barco?
- Si, pero esa información es confidencial. Lamento no poder responder.
- Mas Cameron se resistió a la autoridad! - Claire respondió. - El policía estaba armado. El episodio podría haber acabado en una tragedia.
-El episodio no fue tan grave. MacLeod simplemente no admitió que el policial confiscase lo que él consideraba le pertenecía por derecho. Al intentar recobrar el objeto, fue detenido y esposado.
Claire cerró los ojos por un instante, a medida que la imagen de Sandra Power y sus palabras le volvían a la mente. No había medios de devolver Cameron a la época de donde había venido porque el hechizo ya había sido deshecho. En eses términos, se hacía esencial que ella preparase su espíritu para visitar frecuentemente la delegación policial del barrio.
- Cree que Cameron tendrá posibilidades de salir libre también del juicio que fue marcado para marzo?
- Prefiero creer que si .
Cameron volvió antes que Claire pudiese preguntar si el abogado ya había montado alguna estrategia de defensa.
- La señora Grouse estará con nosotros en pocos minutos.
Mientras aguardaban, Cameron fue nuevamente a la cocina, de donde volvió con una botella de cerveza. Sus ojos se encontraron con los de Claire y se deslizaron a sus labios. Claire sintió su estomago oprimirse. Como si hubiese leído su mente, Cameron le hizo un guiño de ojo y la incomodidad se transformó en una oleada de calor, provocando un deseo loco de que los otros se para que ellos pudiesen quedarse a solas.
Como la ocasión requería una medida drástica de distracción, Claire levantó la copa.
- Un brindis por el mejor abogado de Boston!
- Un brindis para mí también! - Victor propuso en seguida. - Ustedes están delante del nuevo diseñador contratado para la remodelación del Hotel Berkley.
- Victor! Que fantástico! Felicitaciones! - Claire exclamó. - Cuándo comienzas?
- Gracias. En verdad, ya comencé. No duermo hace tres días, desde que ellos me contrataron.
- Quieres decir que tendrás que desistir del viaje a Los Angeles?
Victor estaba inscripto para participar de un concurso de decoración de interiores. El ganador del mejor proyecto entre doce participantes recibiría como premio una nota en la revista Bella Homes y un viaje con todos los gastos pagos a un lugar exótico como Maui o Islas Vírgenes.
- No. En verdad, mi participación en ese evento fue un factor decisivo. Después de todo si fuese el ganador, ellos se beneficiarán con la publicidad que mi nombre le dará al hotel.
Claire volvió a levantar su copa.
- Por Victor! Que sea designado el Mejor Diseñador del Año!
Después de una nueva ronda de vimp , Victor se despidió. Al salir, le dejó las llaves de su camioneta.
- En caso que vendas algo grande durante mi ausencia y tengas que entregar la mercadería antes que yo vuelva. Recuerda accionar el pedal tres veces antes de girar la llave del motor y de estacionar del lado derecho. No quiero tener que ir a buscarlo al depósito por estacionamiento prohibido.
Una hora después, Claire y Cameron se despidieron del grupo. Cameron los acompañó hasta la puerta del edificio como si todos fuesen sus propios amigos. Le había gustado la señora Grouse a primera vista. Ahora también le estaba gustando el doctor Brindle y Victor Delucci. Aunque lo mirase con desconfianza, el sujeto era sincero con Claire y se preocupaba por su bienestar.
Cameron trancó la puerta y accionó la alarma. Subió corriendo la escalera con la perspectiva de finalmente estar a solas con Claire.
La encontró en la cocina, lavando las copas, platos y tenedores usados para comer la torta de chocolate de la señora Grouse.
- Deja eso, muchacha!
Claire no tuvo tiempo de responder. Dio un grito de sorpresa al ser levantada del piso .
- Suéltame!
- No. no, hasta que te ponga donde quiero.

El lugar era el sofá de la sala, entre él y las almohadones.
- Cómoda? - Cameron murmuró, después de extender las piernas a lo largo del sofá y acomodar a Claire debajo de su brazo, junto a su pecho.

- Te gusta dar órdenes, no? - ella respondió, la cabeza apoyada en el hombro de él.
- Soy un hombre.
Claire se dio vuelta y lo miró , una sonrisa provocadora tomando forma.
- Puedo saber en que estás pensando?
- En como mi vida cambió desde tu llegada - Claire confesó.
- Mucho, verdad ?
Claire jugó con los botones de la camisa de Cameron.
- Hacia un largo tiempo que no tenía que preocuparme por otra persona, además de mí. No estoy afirmando con eso que preferiría estar sola. Es solamente una cuestión de hábito. Yo me acostumbré a comer en restaurantes porque no encuentro práctico cocinar sólo para mí misma. Tengo el día y la hora correcta para cada cosa. O mejor dicho , lo tenía.
- Ahora, con toda esa agitación, ni siquiera sabes en que día de la semana está.
- Esa declaración lo resume todo - Claire concordó, riendo. - Y vos?
- Yo no estaba solo casi nunca. Vivía rodeado por personas y de animales. Pero cuando necesitaba silencio para reflexionar, sabía donde refugiarme. Aquí no hay lugares donde se pueda meditar. El ruido es constante.
- Ahora está calmo aquí.
- Si, pero puedo oír una sirena distante, y si prestas atención, ese ruido que estamos oyendo viene del agua corriendo por la tubería. - Cameron recorrió las venas del brazo de Claire con la punta dos dedos mientras hablaba. - También oigo el zumbido de la electricidad cada vez que una lampara está encendida. O cuando el motor del refrigerador se conecta automáticamente .
Claire lo miró pensativamente.
- Yo nunca había prestado atención a esos ruidos.
- Esa constante distracción dificulta el entendimiento entre las personas. Tu corazón, Claire, qué él está diciéndote en este instante?
El suspiro de Claire hizo con que su pechos presionasen involuntariamente el pecho de Cameron.
- Qué me sentiría feliz si pudiese transformar mi tienda en un buen negocio.
Cameron se obligó a no pensar en ese cuerpo escultural junto al suyo, pero concentrarse en lo que Claire estaba diciendo. La tienda era muy importante para ella. Para que se hiciese lucrativa, sería necesario recibir clientes que se interesen en adquirir los productos en exposición. El tenía que estudiar un modo de hacer que eso sucediese.
- Qué más?
- Me gustaría casarme con un buen hombre y vivir en una casa con un cerco, una chimenea y un jardín. Si es posible, también con un perro.
Las aspiraciones de Claire eran simples y razonables. Tal vez si él pudiese realizar su primero deseo, los otros le seguirían naturalmente.
- También quiero tener un hijo.
- Sólo uno ?
- no. - Claire respondió, riendo. - Tendría una docena, pero no le cuentes eso a nadie. No quiero parecer codiciosa.
El había tenido suerte de despertar en la casa de una mujer como Claire MacGregor. Haría todo lo que estuviese a su alcance para ayudarla a concretar sus sueños.
- Sos una mujer bonita, Claire, con mucho para ofrecer.
- En tu mundo, tal vez .
- En cualquier mundo. El hombre con quien te cases será muy feliz.
Los puños de Cameron se cerraron como si protestasen ante esa declaración. Sus vísceras se movieron como un nido de cobras. Pero por qué estaba sintiéndose así ante la idea de que otro hombre tuviese a Claire, si él sólo pensaba en volver a la Escocia de 1745?
- Y vos? - Claire entrelazó sus dedos con los de él. - Cuáles eran tus aspiraciones antes de ser traído aquí?
- Debo admitir que mis deseos se limitaban a a victorias en los campos de batalla, en tener buena comida y mujeres a mi disposición.
Extrañamente, lo que antes parecía normal y esperable, después de los libros que Cameron había leído en la biblioteca, su vida había sido un desperdicio de oportunidades. Si él hubiese usado su tiempo y su inteligencia para estudiar a sus enemigos, su clan tal vez no fuese diezmado.
- Cómo eran tus días?
- Entrenaba hombres para la guerra.
- A qué edad comenzaste a luchar?
- Siete.
El asombro se manifestó en el semblante de Claire.
- Pero eras un niño!
- Cuanto antes los niños saliesen de su casa y de la convivencia con sus padres, más preparados resultaban para enfrentar las dificultades de la vida.
- Luchaste en muchas batallas? - Claire quiso saber, perturbada con esa información.
- Lo suficiente para querer volverme fuerte y temerario. Pero nuestros enfrentamientos rara vez duraban más de una semana. Aunque sangrientos, la mayoría se resolvía en un solo día. No te impresiones tanto - Cameron murmuró al darse cuenta que Claire se estremecía. - En general, la paz reinaba en Rubha, y yo trabajaba en el campo para ayudar en el sembrado y las cosechas, además de pastorear los animales. Pero lo que más me gustaba era de ir al mar. - Si le hubiesen dado la elección, Cameron se habría convertido en un hombre de mar y trabajado a bordo del Novia, el mejor barco de la costa escocesa. Pero su lugar era sobre tierra, como brazo derecho de su padre, el jefe del clan. No en el mar. Mucho menos allí, en América.
Claire lo sujetó por el mentón al darse que los pensamientos lo apartaban de ella.
- Cam, qué planeas hacer si Sandra Power tiene razón?
- Ella está equivocada. - Era esencial que él volviese. Su gente necesitaba de la ayuda y de los conocimientos que él había obtenido . Encontraría el camino de vuelta para casa. Sandra Power no era la única sensitiva en la ciudad. No perdería la esperanza. Buscaría otras videntes. Había recibido un folleto de propaganda en la calle y había arreglado un horario con una de ellas. Tenía un buen presentimiento. La mujer parecía competente a pesar de ser muy joven. Y debía ser famosa. Tendría que esperar casi una semana para consultarla.
Había demasiadas cosas que hacer en el poco tiempo que le quedaba.
- Cameron, ya se te ocurrió que tal vez no sea realmente posible?
El la hizo callar, colocando el dedo índice sobre los labios carnosos, y sintió el corazón latir más rápido. Claire era adorable. En especial por eso, él no podía tenerla. Sería una canallada.
- Voy a odiar tener que separarme de vos.
- Y yo detestaré verte partir. Me estoy acostumbrando a tenerte a mi lado.
Tal vez Cameron no se sentiría tan mal si supiese que Claire no se sentía como él. Pero los ojos de ella lo desafiaban a descubrir si las curvas que se escondían debajo de las ropas eran tan voluptuosas como él se imaginaba. Las manos suplicaban por descubrir si los pechos eran tan suaves y redondos como él se atrevía a soñar. Si los pequeños pezones que ansiaba tomar entre sus labios eran rosados o color canela.
Un murmullo adivinado lo hizo hundirse en las profundidades de aquellos ojos, pero ellos huteron de los de él para posarse en su boca. El silencio pareció hacerse denso . De repente, sus oídos comenzaron a latir y el pantalón a molestarlo en la entrepierna.
- Cameron, si estás pensando en hacer lo que pienso, Quiero que sepas que no es recomendable que nos besemos porque yo podría contagiarte con el virus de la gripe.
- Te olvidas que soy invencible?
Hambriento por Claire, por sentir su sabor, Cameron cerró los ojos y presionó sus labios sobre los de ella. Claire tenía gusto a vino y pasión. Con la punta de la lengua, él la hizo entreabrir los labios para recibirlo y se sumergió en la suavidad y la dulzura de esa boca, pensando si Claire le permitiría buscar esa misma dulzura entre sus piernas.
Mientras el beso sucedía, Claire se recostó sobre Cameron, abrió su mano sobre su cuello y lentamente se insinuó hasta conseguir deshacer el nudo que le sujetaba los cabellos.
Incapaz de permanecer pasivo ante esa caricia, Cameron abrazó a Claire como si quisiese moldear su cuerpo al suyo. Como venía deseando hacer desde el viaje a Salem.
En seguida, una de sus manos se deslizó por las delicadas costillas hasta encontrar un pecho. Se levantó y sus ojos se cerraron por un instante ante la inminencia del placer que lo esperaba. Necesitó volver a abrirlos ante la sensación de que algo estaba mal . Claire se había puesto rígida de repente. Antes que él pudiese adivinar lo que pasaba, ella estornudó y comenzó a toser.
El era un idiota. Claire acababa de salir del hospital y él no podía pensar en otra cosa que no fuese sexo.
Enrojecida por el esfuerzo, Claire colocó las piernas fuera del sofá y se apoyó sobre los codos.
- Lo siento mucho , Cam. Estoy bien. Solamente me faltó el aire. Pensé que... - No. Ella no había pensado. Quería a Cameron y sólo eso le importaba. Lo quería sobre su cuerpo, debajo su cuerpo, dentro de su cuerpo. Con tantas ganas que había cerrado su consciencia a la voz de la razón. Y por causa de su insensatez, también Cameron podría acabar en un hospital. - Disculpame. Creo que no estoy tan bien como creía.
Cameron frotó as costas de Claire en un gesto de conforto.
- Pobrecita. Fue mi culpa . Debería haber esperado. Después de todo estás enferma y la cabeza todavía no te está funcionando bien.
Reirse fue inevitable. Y también el acceso de tos que le siguió . Necesitaba una cucharada del jarabe que el médico le había recetado y que Cameron prontamente fue a buscar a la cocina. Después de darle una cucharada , Cameron la llevó a la cama. El modo en que acomodó las mantas sobre su pecho y tocó la punta de su nariz la hizo desear abrazarlo otra vez por el cuello para que continuase a su lado.
- Que tengas dulces sueños, amor.
Y Cameron volvió a llamarla "amor", Claire resolvió olvidar todos los problemas que habían aparecido desde la llegada de él.


Cuando salió del cuarto, Cameron consultó el calendario sobre el refrigerador. Claire había marcado las fechas de los ataques con un círculo. Para no preocuparla, él se había guardado la conclusión a la que había llegado sobre un patrón de los ataques. En el último mes, los ataques habían sucedido todos los domingos y los jueves alternativamente. Como los marginales no habían aparecido el jueves anterior, ellos probablemente volverían esa noche.
El plan que había hecho de ir al Zoológico esa noche tendría que ser postergado. Lo que tal vez fuese bueno . De ese podría tomar prestada la camioneta de Victor. No debía ser difícil conducirla, pero como medida de seguridad, tal vez debiese entrenarse un poco por las calles iluminadas de la vecindad antes de aventurarse a la oscuridad de las rutas. La última cosa que deseaba era ser detenido por la policía. Si Claire necesitase sacarlo una vez más de la delegación policial , no la culparía si ella lo echase de su casa de una patada en el trasero . Pero al día siguiente, de cualquier modo, lloviese o nevase, tenía que ir allá. Una nevisca estaba prevista para el domingo.
Con cuidado para no despertarla, Cameron tomó dos cuchillos de la cocina y los colocó debajo del cinto. No reemplazarían las armas que quedaron retenidas en la delegación policial , pero servirían a su propósito. Con las llaves de la camioneta en el bolsillo, Cam salió y cerró la puerta sin hacer ningún ruido. Pero la señora Grouse oyó sus pasos en el corredor.
- Algún problema con Claire?
- Oh, no. La dejé durmiendo. Voy a bajar y quedarme de guardia. Sospecho que la banda va a intentar romper la vidriera nuevamente esta noche. Planeo sorprenderlos antes que lo hagan. Me quedaré del lado de afuera esperando sin que ellos me vean.
La señora Grouse se comprometió a estar atenta en caso que Claire se despertase y necesitase ayuda. Le recomendó cautela a Cameron y se despidió. Pero en el momento de cerrar a puerta se acordó de haber recibido una encomienda dirigida a él. Cameron había quedado interesado en comprar un artículo anunciado por la televisión. Como era necesario presentar el número de una tarjeta de crédito para efectuar la transacción, ella le había ofrecido la tarjeta de crédito que había pertenecido a su marido.
La entrega no podría haber ocurrido en fecha más oportuna. Cameron llevó la caja a los fondos de la tienda y la abrió. Como sospechaba, los cuchillos promocionadas por la televisión no eran tan buenos como los que le enviaron , pero eran superiores a los que había tomado de la cocina de Claire, motivo por el cual los reemplazó antes de salir a la calle. La promoción también venía con un puñal. Lo guardó debajo del brazo con cinta adhesiva. Finalmente, con la barra de hierro que el conductor de taxi le había dado , Cameron salió a montar guardia.

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