jueves, 8 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 5 - SANDY BLAIR

CAPITULO 5


Claire tuvo la impresión que el cielo se estaba abriendo sobre ella. Cameron MacLeod. sería posible que él... El físico y la postura eran las de un guerrero: una estampa impresionante.
- Cómo entraste a mi apartamento?
El hizo un gesto de impaciencia.
- Esa es la pregunta que no dejo de hacerme, muchacha. En la última cena que quedó registrada en mi memoria yo estaba en el gran salón de Rubha, participando de un banquete de despedida. Todos los allí presentes sabían que sólo volverían a beber y a comer como en ese momento después cerca de un año. O tal vez nunca más en la vida. De repente, me vi delante de una mujer casi desnuda, pegando gritos. Eras vos.
- Qué esperabas que hiciese? - Claire respondió. - Había un extraño desnudo en mi cuarto, del doble de mi tamaño.
Claire enmudeció ante la súbita intuición que le vino a su mente. Sería ese el secreto conservado por la familia de Tavish durante generaciones ? El estaba guardado en el estuche?
- Señor MacLeod... Estamos en el año de 2007, en una ciudad llamada Boston, en los Estados Unidos de América. Y no estoy dispuesta a que me contradigas en eso.
- No puede ser! - él exclamó, empalideciendo.
- Te aseguro que si. Ahora, te pido que te vayas porque estoy muy ocupada y...
Claire no pudo completar la frase. Sir Cameron la agarró por la muñeca y la empujó contra su pecho con tanto ímpetu que ella perdió el aliento.
- Dime la verdad !

- Te la estoy diciendo. Quieres ver un calendario? Cameron la siguió y sus ojos casi saltaron de las órbitas al verla tocar una máquina y una pantalla iluminarse.
- Qué clase de brujería es esa? No sabes que te pueden quemar en la hoguera por practicar brujerías? - él preguntó, mortalmente pálido, tomando distraídamente el calendario que Claire sacó del cajón del escritorio.
Claire se obligó a conservar la serenidad. Si ese hombre era quien ella estaba pensando, no lo culparía por desear matarla.
- Por favor, intenta mantener la calma. Te estoy diciendo la
verdad. Tavish MacLean me dejó todos tus bienes al morir. La espada, el puñal, esa manta escocesa que estás usando alrededor de la cintura. Todas esas cosas formaban parte de la herencia . Te lo voy a mostrar.
Ellos fueron al fondo de la tienda. Claire señaló la elaborada caja que venía embalada en nylon y Cameron la tocó con reverencia.
- La reconozco.
- Sabes qué significan esos dibujos?
- Son símbolos antiguos. Dices que fue un MacLean quien te la dio ?
- Si. Pero no fue solamente eso. Recibí muebles, vajilla y también un pergamino escrito en galés que llevé arriba. Voy a buscarlo para que lo veas.
- Subiré con vos.
El la siguió tan de cerca que Claire pudo sentir el calor emanando de su cuerpo. Más todavía cuando, asustado con la súbita presencia de la señora Grouse en el corredor, él la enlazó por la cintura.
- Algún problema, querida? - La vecina traía una torta en las manos.
- No, señora - Claire se apresuró a tranquilizarla. - Este es Cameron MacLeod, un amigo.

Los ojos de la vieja mujer lo recorrieron, de pies a cabeza, deteniéndose en la ingle. Tan intensa fue su mirada que Claire supuso que la señora Grouse ya le había detectado hasta el grupo de sangre.
- Descalzo, con este frío ?
- Si, señora. Debo haber perdido mis botas.
- Oh, debemos solucionar eso . - Sin esperar por una respuesta, la señora Grouse colocó la torta en las manos del visitante y desapareció para retornar con un par de botas negras adornadas con hebillas y un par de medias blancas. - Eran de mi marido. camioneta a servirte. El también era alto y fuerte.
Claire le agradeció por las botas y por la torta, y continuó caminando por el corredor, ansiosa por aclarar la situación, pero Cameron no se movió. Para el asombro de Claire, él se curvó en una reverencia y besó la mano de su vecina.
- Qué joven tan atento! Ya no hay hombres así! Consérvalo, querida!
- Hasta luego, señora Grouse. Una vez más , gracias - Claire dio una sonrisa forzada.
- Adiós, señora. Mis sinceros agradecimientos - Cameron se despidió, gentilmente.
Ante la puerta de su apartamento, Claire soltó un suspiro. Sin decir nada, Cameron esperó que ella la abriese y se dirigiese directamente al cuarto. Cameron espió por la ventana, partió un pedazo de torta con la mano y lo llevó a la boca. No se acordaba de haber comido nada más delicioso. Pero lo que importaba era resolver pronto su problema. Esperaba que el pergamino le diese una pista de como volver a Rubha.
La letra era de Mhairie. No había duda. Pero lo que estaba escrito en verso no tenía ningún sentido.
- Esta es la carta de Tavish - dijo Claire. - Tal vez ella pueda ayudarte.
Cameron levantó la vista y tomó el papel blanco Al enterarse de lo que estaba escrito, la sangre comenzó a pulsar en sus oídos, y su mente le trajo de vuelta la figura del viejo Thomas, alimentando el fuego en la playa.
- Maldición!
Al lado de él, Claire retrocedió . El semblante pacífico ahora era de rebelión. Qué estaría pensando sir Cameron?
Cameron no podía creerlo. Su madre lo había engañado. Ella había pedido que la dejase bendecirlo y él, en su ingenuidad, había acabado siendo víctima de un hechizo.
- Mandame de vuelta! - Cameron ordenó furioso. No era posible que casi tres siglos hubiesen pasado.
- Cómo? - Claire respondió ansiosa. - Todo que hice fue abrir la caja y entonces vos apareciste!
Claire era una bruja. Como su madre. El día en que él volviese a casa, Mhairie Elizabeth Stewart se arrepentiría de haber nacido.
- Exijo que el hechizo sea deshecho! - La voz de Cameron vibró de cólera al adivinar que Claire estaba pensando en escapar. Corrió hacia la puerta, hinchó su pecho con aire y cruzó os brazos. Sus enemigos solían estremecerse de miedo con ese gesto.
- Yo lo haría de buen grado, si supiese como - Claire declaró y debió retroceder ante el avance amenazador que la hizo chocar la espalda contra la cómoda.
Impacientemente, Cameron tomó la cajita que había quedado sobre la cama.
- Ábrela!
- Necesito un alfiler.
El la vio tomar una fina aguja de un cesto de mimbre y meterlo en el cerrojo, siguiendo un patrón solamente conocido por ella, de acuerdo con la misiva del tal Tavish MacLean. Al ver una parte de la cajita saltar, Cameron se apoderó del objeto. Su sangre se congeló en sus venas al sacudirla y una bolita cayó en la palma de su mano. Mhairie la había colgado en su cuello algunas horas antes de que él se presentase al banquete . Pero antes no había ninguna inscripción , solamente algunas pequeñas espirales.
El leyó las palabras en voz alta y el cabello de la nuca se le erizó.
- Qué significan?
- "Respira, mi corazón". Vos las pronunciaste en voz alta? Claire asintió .
- Lo siento mucho .
Ella lo sentiría todavía más si no revirtiesen el hechizo. Pero, de qué forma él podría persuadirla sin correr el riesgo de incapacitarla definitivamente?
- Dios, presiento un dolor de cabeza descomunal. Debo comer algo y tomar una taza de café. Te importa si dejamos esta conversación para más tarde?
Sin esperar que Cameron respondiese, Claire dejó el aposento, murmurando que podría matar a Tavish MacLean, si no estuviese muerto. En la cocina, mientras agarraba huevos, café y jamón del refrigerador, aprovechó que el escocés estaba ocupado en desatar el hilo con que había atado las hojas de periódico alrededor de sus pies para analizarlo.
El era grande, aún arrodillado.
- Arrójalo en ese recipiente. - Claire señaló el tacho de basura. - Y siéntate para comer.
- Estoy bien así. - De pie, Cameron podía vigilarla mejor. No se sorprendería si la muchacha intentase clavar el cuchillo que había tomado subrepticiamente del cajón. - La torta fue suficiente.
Ella sabía que el escocés estaba mintiendo. Habría visto el cuchillo? Pensándolo bien, de qué le serviría un cuchillo de cocina para defenderse de un guerrero? Como mínimo él le quebraría la muñeca para desarmarla. Segura de que más tarde o más temprano el intruso acabaría cansándose de estar de pie, Claire colocó fetas de jamún sobre la sartén y lo oyó - soltar una exclamación de espanto cuando ella encendió el fuego.
- Es fuego a gas - ella explicó. - Basta con girar una perilla para hacer fuego instantáneamente. Todo el mundo tiene uno hoy en día.
Algunos instantes después, Claire sirvió el jamón frito con huevos revueltos en dos platos y se sentó.
- Buen apetito!
En un segunda análisis , Claire comenzó a sospechar que había errara en su palpito. Hasta ese instante Cameron no había tocado el desayuno.
- No te gustan los huevos con jamón?
- Si, me gustan. - él tomó el tenedor, lo examinó, y empezó a comer.
Al entender finalmente el motivo de la reserva, Claire sintió ganas de reírse por primera vez desde la extraña aparición.
- Qué pensaste ? Que iba a envenenarte?
Claire notó el esfuerzo que Cameron hacía para no admitir que ella había acertado en su deducción. El era guapo y sus ojos eran más que lindos , de un azul profundo salpicado con motitas plateadas. Su mentón cuadrado era de actor de cine. La manera en que llevaba la taza a sus labios con esas manos fuertes, el modo en que los músculos de sus brazos y sus hombros se movían , le causó una oleada de calor
- Me estás mirando como si nunca hubieses visto un hombre antes, muchacha.
- Como vos, realmente nunca he visto ninguno - Claire admitió.
- Escoceses de Highlands son raros por este lugar?
- Si.
- Dónde está tu marido? - La pregunta fue hecha con vacilación.
El sueño se desintegró. La pregunta la trajo a la dura realidad de que vivía sola y se sentía vulnerable. Qué debería responder? Que su marido estaba viajando y que volvería al día siguiente o en breve?
- No tengo marido.
- Mis condolencias la pérdida, muchacha.
- Puedes llamarme de Claire. Yo nunca me casé. Y nunca estuve de novia. Este anillo me lo regaló mi madre cuando cumplí dieciséis años - Claire explicó, al verlo indicar la joya en su dedo.
- Porque eres una hechicera? - él sugirió inocentemente.
- Ya te dije que no soy hechicera ni bruja - Claire afirmó con una nota divertida en su voz.
- Entonces te mantiene un Lord?
Las mujeres dependían de hombres para sobrevivir en los tiempos en que sir Cameron había vivido. Era obvio que él se estaba refiriendo a un amante.
- No tengo ningún amante. Compro y vendo objetos antiguos y de arte. La tienda en el piso de abajo es mía.
- Imploro tu perdón. No tuve intención de ofenderte. Tu casa es bonita, tus hermosos ojos verdes y tu cuerpo me hicieron pensar que ...
Si fuese sincera consigo misma, Claire confesaría que se sentía halagada con la errónea deducción a que él había llegado.
- Cuéntame sobre el lugar de donde vienes - ella pidió, en vez de eso, súbitamente ansiosa por saber más respecto a su visitante inesperado.
- Estaba nevando esa noche, aunque no tanto como aquí. El viento traía el olor a mar y a turba quemándose. Los mugidos de las vacas podían ser oídos a la distancia.
- Y tu familia?
- Mi padre es el jefe de nuestro clan y el lord de Rubha. Tengo dos medios hermanos. Robbie y John. Ambos están casados y tienen hijos. Nunca viajaron lejos como yo. A propósito, yo no me imaginaba que las Indias Occidentales fuesen tan vastas. Quién es tu rey? Es del linaje de los Stuart?

- Ya no tenemos reyes desde la guerra de independencia de 1776, en la que derrotamos a los ingleses. - Claire se dio cuenta que la noticia le agradó a Cameron por el brillo de sus ojos. - Somos una república democrática con presidentes electos por el pueblo.
- Como en el tiempo de los romanos. Muy interesante. Y Escocia? Cuál fue el resultado de nuestra insurrección? El príncipe Charles llegó a ser rey?
Por un instante, Claire evaluó mentir. Pero , qué ganaría? Sería imposible que sir Cameron volviese al pasado. Y pronto él descubriría la verdad.
- El levantamiento fue un monumental fracaso. Los escoceses son considerados ciudadanos ingleses hace siglos.

No hay comentarios: