sábado, 10 de octubre de 2009

LA HERENCIA - CAPITULO 7 - SANDY BLAIR


CAPITULO 7

De vuelta en la calle, con una bolsa colgada en cada brazo, Claire decidió llevar a Cameron a una tienda más. El necesitaba un saco, y ninguno de Macy's le había entrado. De tanto que se detuvieron en cada vidriera, por la curiosidad de él por las mercaderías en exposición, la tienda ya estaba cerrada cuando llegaron.
- Podemos ir a casa ahora? - Cameron preguntó.
Estaba hambriento y le dolía la cabeza . Además, Claire había gastado demasiado al comprarle todas aquellas ropas y otro par de botas. El día que tuviese dinero, le devolvería todo. Y se ocuparía de comprarle esa ropa pequeña de encaje rojo, que se llamaba "lingerie", en la tienda llamada Victoria's Secret, donde él había visto lindos manequins con enormes alas blancas.
Claire llamó otro taxi. Durante el trayecto, le mostró un edificio gris con una escalera y altas columnas donde funcionaba una biblioteca. También había un parque con un lago, muchos árboles y una fuente iluminada. El se sintió reconfortado al descubrir que las personas de ese siglo también festejaban el nacimiento de Cristo.
- Cuando yo era chico, mi padre solía alquilar un bote con forma de cisne, como esos. - Claire señaló el lago. - Yo hacía de cuenta que vivía en una de esas casas bonitas, allá en la colina. Eso es Beacon Hill, el barrio de los ricos.
- Dónde vivías vos?
- En un suburbio pobre de la ciudad, cerca de las vías de tren. Nuestro apartamento, en el tercer piso, temblaba cada vez que el tren pasaba.
- Tienes padres?
- Tengo padre, pero es como si no lo tuviese. Mi madre falleció.
Claire tenía problemas con sus padres. Esa situación aparentemente era común en cualquier parte del mundo, en cualquier tiempo.
- Hermanos?
Claire estaba respondiendo que no cuando el auto se descontroló . Por instinto, Cameron la abrazó contra su cuerpo. Un tirón os proyectó hacia los asientos delanteros. Milagrosamente el vidrio no rompió . Habían chocado contra un banco de nieve.
- Están bien? - El conductor se dio vuelta hacia atrás, blanco como la nieve que cubría el auto.
Ellos habían nacido de nuevo. Claire, imposibilitada de moverse debido al susto, se sorprendió con la rapidez de Cameron en reaccionar. Como si nada hubiese sucedido, él forzó la puerta que había quedado bloqueada, hasta conseguir abrirla. Para aumentar su asombro y también el del conductor, que se lamentaba sobre el dinero que tendría que gastar para reparar el auto, Cam empujó el vehículo hacia atrás e incluso resolvió el problema de la rueda, que había quedado atascada en la nieve.
- Gracias. - El conductor le extendió la mano. - No sé como agradecer.
- No cobre el viaje y déjeme quedarme con la barra de hierro con que saqué la rueda y todo estará arreglado.
- Es un trato. - El hombre extendió la mano en agradecimiento. - Fue un placer conocerlo.
Claire estaba boquiabierta. Cameron MacLeod era en verdad una caja de sorpresas. Hasta cuando lo tendría a su lado? La magia lo había traído . La magia seguramente se lo llevaría. Pero mientras él estuviese, debía hospedarlo y ocuparse de sus necesidades. Sir Cameron MacLeod ya había dado pruebas suficientes de que era un peligro para la sociedad y para sí mismo. Y para ella también? Esperaba que no.

Después de hacer el resto del trayecto a pie, Claire introdujo la llave en la nueva puerta de vidrio y desactivó la alarma.
- Agradezco tu confianza - Cameron comentó , después de memorizar el código que Claire insistió en enseñarle -, pero no creo que sirva de nada saberlo, sin que yo tenga una llave propia.
Otro detalle a ser solucionado. Claire lo anotó mentalmente.
- Ven conmigo. Necesitas un baño. Después cenaremos en el apartamento de la señora Grouse. Ella nos espera.
En el cuarto, Claire esparció las ropas que había comprado sobre la cama. Tomó una toalla de baño limpia y abrió la ducha.
- Qué diablos es eso ? - Cameron indicó el frasco de champu.
- Sirve para lavar los cabellos. Vuelca un poco en la mano y frotalo en el cabello hasta hacer espuma. - Claire le mostró una maquina de afeitar. - También contamos con algo más práctico para afeitar que la navaja que se usaba antiguamente.
- El agua sale caliente! - Cameron exclamó perplejo.
- El agua pasa por un calentador antes de salir por la ducha -


Claire le explicó y se apresuró a salir del baño al ver Cameron que comenzar a desvestirse . Pero se detuvo al notar los hematomas y las quemaduras en el pecho y decidió ponerse en contacto inmediatamente con el doctor Brindle. No esperaba tener que recurrir a sus préstamos cuando había sido informada sobre el testamento de Tavish, pero la presencia en su casa de un escosés venido de la Epoca Medieval había cambiado radicalmente sus planes. El abogado atendió rápidamente.
- Doctor Brindle? Habla Claire MacGregor. Conversamos ayer.
- Si, señorita. En qué puedo ayudarla?
- Disculpe por molestarlo de noche, en su casa, pero en una de las cajas... - Claire relató un resumen de la inusitada historia. Sabía que estaba pareciendo una lunática, pero después todo que había sucedido , la única persona que podría orientarla era ese hombre.
- Estoy llamando a la compañía aérea ahora mismo - dijo o abogado. - Espero conseguir llegar allí en dos horas, o en el primer vuelo disponible.
Gracias a Dios!

- Gracias. - Claire colgó con un suspiro de alivio. Pero al levantar los ojos del teléfono, el aliento le faltó. Cameron estaba saliendo del baño. Los cabellos estaban sueltos, húmedos y ondulados, sobre los hombros y el pecho desnudos. El jeans moldeaba sus piernas e caderas como una segunda piel . Limpio y afeitado, él estaba simplemente de cortar el aliento de cualquiera!

- Sírvete un poco más, querido.
Cameron agradeció con una sonrisa.
- Gracias, señora Grouse. Ya comí demasiado. Acabaría estallando.
- No es nada. Fue un gran placer cocinar nuevamente para un hombre y verlo disfrutar de mi comida como si no hubiese un mañana.
Cameron se apuró a ayudar a la anfitriona en el momento que ella se levantó para retirar los platos.
- Hace tiempo que perdió a su marido?
- Un año y medio. Henry era un buen hombre y lo extraño . La nostalgia se intensifica en esta época. - La señora Grouse señaló el árbol de Navidad.
Cameron se acordó de su esposa, Margie, que había muerto de gripe. También la había extrañado, a pesar de ellos no se hubiesen casado por amor.
- Por qué las personas dan tanto valor a esos árboles, adornados con bolitas de colores e luces?
- Porque ellos simbolizan la Navidad. Los regalos son colocados debajo de sus ramas. En el día de Navidad, la familia se sienta alrededor para abrirlos.,
La tradición, en la Escocia medieval, dictaba que los regalos fuesen intercambiados en el paso a un nuevo año. Era el día de Hogmanay. El día de Navidad era dedicado al arrepentimiento, cuando las personas se reunían para confesar sus mayores fallas unas a las otras. Vanidad, en el caso de él.
- Son para sus hijos? - Tres paquetes se encontraban debajo del árbol.
- Yo sólo tengo una hija, que vive en California, del otro lado del país. Esperaba que ella viniese a pasar esta Navidad conmigo, pero el jefe no se lo permitió. Mi hija es decoradora.
Hablando de mujeres...
-Usted cree que Claire se va a demorar mucho mas con el abogado?
- Oh, si - respondió a señora Grouse. - Podemos ver un programa por la televisión. Estoy segura que quedarás fascinado con ese invento.
Cameron se sentó en la sala de estar. En verdad, él estaba más interesado en saber sobre Claire. Hacia más de una hora que ella había subido a su apartamento para conversar con ese abogado.
- Por qué Claire no está casada? - Ella es bonita e inteligente. debería tener un marido para protegerla y sustentarla.
- En parte porque nadie la pidió en matrimonio.
Los hombres de ese siglo debían estar ciegos. Aunque no tuviese cabellos claros y la piel blanca como la luna, Claire era muy atractiva . Su cuerpo era para encender la sangre en las venas de cualquier hombre.
- Y en otra parte, por qué ?
- Porque ella nunca se enamoró.
Ah, el amor! Palabra usada en lugar de lujuria e egoísmo. Los hombres la usaban para aumentar su patrimonio y poder y las mujeres para garantizarse seguridad. Cameron no dudaba de que su madre lo había mandado a este infierno bajo la excusa de amarlo.


De repente, dos personas habían aparecido en la sala, por detrás de una caja con el frente de vidrio. Cameron se levantó, aturdido. El ya había oído hablar que los franceses habían creado una caja que tocaba música al girar una llave semejante al mecanismo dle reloj. Pero una caja tan pequeña con gente hablando y moviendose alllá adentro? Casi salió corriendo para agarrar un cuchillo al ver a la señora Grouse apretar un botón de un aparato que sujetaba en la palma de la mano y surgir dos fieras.
- Este es el canal de los animales, pero hay otros - ella le contó y volvió a apretar el botón. Apareció un mapa y un hombre, como los que Claire le había mostrado antes, diciendo que una nevisca estaba prevista la región de los Lagos. Después una mujer ofreció un tarjeta de crédito. El había visto Claire usarla para pagar su fianza.
Tal vez él pudiese utilizar ese recurso. No tenía dinero consigo. Se acordaría de preguntarle a Claire como funcionaba aquello. Y tal vez pudiese intentar descubrir, también, donde los animales se refugiaban en esa ciudad.
Algunos minutos después, una campanilla sonó y la señora Grouse habló en un aparato que estaba sobre una mesita . Ella dijo que Claire lo estaba llamando. Cameron agradeció por la cena, se inclinó y le besó la mano. Preguntaría sobre ese nuevo aparato en otra ocasión. Tenía prisa en volver con Claire. Ella se había quedado casi dos horas sola con un desconocido.
La nariz y los ojos de Claire estaban rojos cuando ella le abrió la puerta. Le Preguntó qué había sucedido y ella hizo un movimiento negativo con la cabeza en respuesta. El aire quedó apresado en el pecho de Cameron. Al mirar a su alrededor , se encontró con un saco masculino arrojado en el sofá. En seguida, un sujeto alto y delgado, de cerca de cuarenta años, emergió del cuarto. La camisa estaba fuera de su pantalón. Pero lo peor era la mancha en medio de sus piernas.
No era necesario preguntar para saber qué había sucedido . El miserable se había aprovechado de Claire.
- Cam, no!

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