domingo, 29 de noviembre de 2009

LOBO DE MAR - EPILOGO - KINLEY MACGREGOR

EPILOGO


Morgan intentaba respirar sentado en la huerta de la casa de Jake. Por qué Serenity no le había contado nada? Por lo menos podría haberle escrito. Ella había enfrentado todo sola!
El sentimiento de culpa lo invadió inmediatamente.
- Morgan Drake!
Ele se dio vuelta y vio a Serenity caminar decididamente en su dirección. Adoraba cuando ella asumía la expresión de quien quería una buena pelea.
- Cómo te atreviste a huir de ese cuarto. Puedo entender que me des la espalda a mí . Soy una mujer adulta. Pero cómo pudiste hacerle eso a tu hijo? No podrías haberlo tomado en tus brazos. O haber preguntado sobre él.
- Yo ... no sabía qué decir - Morgan murmuró, comenzando a irritarse también . - Estaba intentando encontrar a vos, y me encuentro con ... Un bebé! - Suavizó su tono de voz y tocó suavemente la cara de Serenity. - Por qué no me contaste?
- Vos y yo habíamos concordado en separarnos.
- Yo nunca quise que te fuese , pero fui muy idiota al no ofrecerte lo que merecías. Y ahora descubro que has pasado por todo esto sola.
- No quería que te sintieses obligado a casarte conmigo. Morgan.
El se mordió el labios. No se merecía a una mujer como Serenity, tan fuerte y tan valiente.
Quería quedarse para siempre al lado de Serenity. Al lado de Nicholas. Quería construir una casa... y... una plantación como la de Jake, o tal vez montar un negocio.
- Ya no importa a donde voy a vivir, siempre y cuando vos y el niño estén conmigo. Por favor, dime que te vas a casar conmigo.
Serenity respiró profundamente y miró el cielo como se estuviese implorando ayuda. Cuando volvió a mirar a Morgan, sus ojos brillaban.
- Claro que digo "si ", mi Lobo de mar . Cómo podría no casarme con vos?



- Maaaaaaaaaa!
Serenity dejó lo que estaba haciendo cuando vio a Nicholas entrar como un huracán en su escritorio.
- Puedes hacer Michael me devuelva mi barco?- el chico pidió.
- Yo no tengo tu estúpido barco - Michael dijo, apareciendo en la puerta. - Barney y Elizabeth llevaron el barco al lago.
- Y por qué no me dijiste eso ? - Nicholas reclamó.
- Porque vos no me preguntaste . Comenzaste acusándome .
- Niños! - Serenity los interrumpió. - Los amo , pero ahora estoy intentando hacer mi trabajo.
- Disculpa, mamá - los dos niños dijeron al mismo tiempo.
- Mas deberías haber me dicho - Nicholas protestó , siguiendo a su hermano de ocho años que salía del escritorio.
- deberías haber me preguntado - replicó Michael.
Sonriendo, Serenity sacudió la cabeza. Adoraba a sus tres hijos, pero sin duda ellos daban mucho trabajo.
Intentó volver a concentrarse en lo que estaba escribiendo cuando oyó nuevamente un golpe en la puerta. - Si ?
Esa vez , era Morgan. Aún después de diez años de casamiento, Morgan Drake continuaba siendo tan maravilloso como en sus tiempos de pirata.
- Tengo una sorpresa para vos. - con esas palabras, él colocó un libro sobre la mesa.

- Conseguiste que editasen mi libro?
- Encontré una editora en Nueva York el verano pasado. Tu libro ahora está en venta en las librerías.
- Y por qué no me lo dijiste antes ?
- Quería ver tu mirada de sorpresa cuando tuviese el libro en manos. Y valió la pena haber esperado.
Serenity sonrió .
- Qué puedo decir? - él preguntó . - Me gusta la idea de quedar inmortalizado.
Riéndose, ella tocó levemente las letras doradas que formaban el título de su libro: Las Aventuras del Lobo de Mar.
- Usaste mi apellido de soltera - ella dijo sorprendida, al ver S.S. James impreso en la tapa del libro.
- Y ahora, qué estás escribiendo? - él preguntó .
- No me preguntes.
- Algún manifiesto feminista, apuesto.
- Algún día las mujeres...
Morgan silenció las palabras de Serenity con un beso.
- Sólo hay un lugar donde quiero a mi mujer - él murmuró contra los labios de Serenity. - Y es nuestro cuarto. Te importaría acompañar a tu marido, señora Drake?
- Pero es de mañana, capitán.
- Ayer no pareció que eso te importase.
Y antes que Serenity pudiese protestar, Morgan la cargó hasta el cuarto.

Ellos habían cruzado muchos mares revueltos, habían enfrentado fuertes tormentas, pero ahora habían anclado en un puerto seguro... el verdadero amor.




F I N

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