domingo, 20 de junio de 2010

LOLLIE - CAPITULO 28 - JILL BARNETT

CAPITULO 28


Un carretel de hilo vacío rodó a través del piso de madera. Lollie lo siguió con los ojos. Medusa jugaba con eso. Lo empujaba a través del piso cantando la última canción que había aprendido , "Amazing Grace".
Lollie fue hacia la puerta, esquivando los otros carreteles desparramados en el piso.
" Awk! Todo por salvar a una muchacha como yo !" Medusa cantó y empujó otro carretel que rebotó contra la pata de la mesa.
Lentamente Lollie abrió la puerta y espió afuera. No había nadie cerca, pero una pequeña parte del grupo de rebeldes estaba parado en el espacio entre la cabaña del cocinero y la cabaña de ella , y otro otra parte estaba por ahí cerca. Su corazón se aceleró.
Había pensado sobre eso, lo había imaginado durante todo el tiempo que había estado cosiendo los botones . Sabía que de una u otra forma debía reparar su error. Tanteó dentro del bolsillo de sus pantalones. Sólo tenía algunos frutos secos para Medusa, y necesitaba más.
Con una respiración profunda para tomar fuerza , Lollie dejó el refugio de su cabaña y caminó hacia la cabaña del cocinero. Cada ruido de su pisado en el suelo correspondía a un ruido pesado
En su corazón.
La conversación acompañada con risas venía de los soldados parados a diez metros de ella. Un par de hombres se movió hacia ella y se quedaron mirándola . Los demás continuaron hablando y se reían . Pero eso no importó porque ella estaban mirando sus ropas. Las camisas estaban abotonadas, pero había ojales demasiados grandes de tanto en tanto . Sobresaltada y Lollie vio algo peor.
Las mangas eran demasiado cortas . Y los pantalones incluso eran peores. En algunos de ellos, una de las pierna era más corta que la otra, y cada hombre tenía unos buenas tres centímetros
de pierna a la vista entre el dobladillo de sus pantalones y sus botas.
Ella había hervido esas ropas por tanto tiempo que debían haberse encogido. Se detuvo, se habló a sí misma por un minuto para reunir coraje , y empezó a pasar por al lado de ellos.
, intentó desesperadamente no dejarlos ver qué tan nerviosa se sentía. Ella se acercó, y sus risas murieron . Ella no los miró. La conversación se cortó y no se oía nada mas que el ruido de sus botas sobre el suelo y los latidos de su corazón .
Podía sentir el desprecio en sus miradas fijas. Ella tragó en seco, una reacción para la tensión del momento, pero continuó caminando, con la vista hacia delante. Se rehusaba a mirarlos a ellos, y repitió una letanía interna "Dios dame fuerzas ".

El orgullo sureño y su determinación fue lo que impidieron que ella se derrumbase en el suelo. Cuanto más se acerca a la cabaña, más soldados aparecían. Gómez estaba parado en los escalones de entrada de la cabaña, y ella lo pasó de largo. Él no sonrió , no dijo nada, solamente se hizo a un lado, pero Lollie podía sentirse sus ojos sobre ella mientras cerraba la puerta de madera de la cabaña.
Apoyándose contra la puerta cerrada, ella soltó la respiración / que había estado conteniendo y miró a su alrededor . Un par de hombres trabajaban en la cocina. Uno de ellos trabajaba en una de las cuatro mesadas, batiendo algo, y otro sacaba harina de uno
de los barriles alineado contra la pared del cuarto rectangular. Ambos hombres levantaron la vista hacia ella.

" Necesito frutas secas. Para Medusa, " Ella dijo, viendo como uno de ellos hacía un gesto con la cabeza hacia una trastienda, luego regresó a la tarea de hornear pan. Ella fue hacia el cuarto de provisiones y lo revisó hasta que encontró una bolsa de arpillera con maní .

Sacando unos puñados, Lollie llenó los bolsillos de los pantalones, y de la camisa, y se asomó por umbral de la trastienda
para asegurarse que los hombres estaban ocupados y que no veían cuantas tomaba . No era que eso tuviese importancia. No le habían negado comida desde que había llegado aquí, pero no quería explicar por qué tomaba tantos frutos secos.

Con los brazos cruzados sobre su pecho , ella salió, caminando por enérgicamente , pasó por al lado de los hombres que estaban afuera y se dirigió a su cabaña. En el momento que dio vuelta la esquina cerrada y empezó a correr hacia las barracas de los hombres. Pasó por delante de las primeras tres y sólo quedaba una cabaña más para llegar al final campamento y el principio de la selva. La última cabaña le pertenecía a Sam y a Jim. Se detuvo.

Intentó hacer que alguien la llevase a ver a Sam, pero los hombres solamente la miraron como si ella tuviese la intención de herirlo . Sus miradas eran tan acusadoras que ella se sintió
Culpable, aunque intentó persuadirse a sí misma que realmente no era su culpa . Aunque una parte suya sabía que si no hubiese venido aquí, nada de todo lo que los hombres la acusaban habría ocurrido.
En su mente apareció el recuerdo de la imagen de Sam llegando a la choza, después que el Coronel Luna lo había golpeado . Esta vez Sam había empezado una riña con su amigo, y lo había hecho porque estaba tratando de protegerla. Por esa razón ella necesitaba ver que él estaba bien.

Avanzando en puntillas, con su cuerpo rozando la pared de madera de la cabaña, fue a pararse debajo de la primer ventana estrecha. Era demasiada alta como para Ver adentro entonces se agarró al antepecho e intentó elevarse . No tenía mucha fuerza en los brazos y se deslizó de vuelto al suelo.
Inspirando profundamente, cerró sus puños, dobló las rodillas, y pegó un salto . Notó la imagen breve de un cuerpo masculino en un catre. Luego sus pies golpearon ruidosamente el suelo cuando
Cayó pesadamente, y todo el maní salió volando del bolsillo de pechera y se dispersó por el suelo .
Lollie observó el maní disgustada. Se había olvidado de ellos. Levantó la vista hacia la ventana. No podía saber quien estaba en el catre. Podía ser Sam o Jim. Saltó nuevamente, esta vez sujetando su camisa cerrada. Lollie saltó repetidas veces, sus botas crujiendo sobre el maní derramado, pero todavía no podían
Reconocerlo.
Miró los bolsillos y su pechera protuberante, y los frutos secos en
El suelo. Tal vez debería continuar con su plan primero; y luego podría averiguar sobre Sam. Eso es lo que haría. Regresaría más tarde. Luego tal vez él estaría despierto y podría enterarse si estaba bien.

Lollie se dio vuelta y caminó determinadamente , pasó por la pared hecha de sacos de arena y a través de portón (eludiendo el alambre de púa - había aprendido la lección). La vegetación hacía más oscura el área . Lollie se movió entre los arbustos, sacudiéndolos ruidosamente , mirando por todas partes en busca de los gallos. Y casi sin darse cuenta fue internándose mas profundamente en la selva. Entró en un pequeño claro y levantó la vista hacia un árbol enorme, preguntándose si las aves podía estar posada en las ramas de más bajo, aunque ella sabía que los pollos nunca volaban más alto que un tejado.
Oyó un susurro entre los arbustos detrás de ella. Se dio vuelta , muy lentamente. Dos diminutos ojos amarillos la observaban desde debajo de un arbusto . Lollie observó al gallo. Le lanzó un maní cerca. Había pasado un día desde que ella los había liberado . Tenían que tener hambre. Tenían que ser así . El gallo observó en el fruto . Le lanzó otro, y otro. Todavía nada. El gallo solamente la miraba a ella y al maní .
" Me habían dicho que los pollos no eran muy vivos," Ella murmuró entre dientes, retrocediendo hasta que casi tocó árbol. Agarró
un puñado de maníes y se los lanzó .
Luego ella se sentó debajo del árbol . Todo lo que necesitaba era un gallo, solamente uno, y luego podría usarlo para localizar a los demás. Después de todo, esas aves estaban adiestradas para pelear, y ella usaría ese entrenamiento para capturarlas. Tenían un plan, uno bueno, eso corregiría el error que había cometido. Observó el gallo. El la observó.
Contempló el cielo brillante de esa tarde. Tenía horas antes de que oscureciese. Sonrió , sabía que tenía algo a su favor que el gallo no tenía. Con determinación obsecada se quedó sentada allí, haciendo una cosa había hecho durante toda su vida,
Una cosa en la que realmente era buena. Esperar.

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