sábado, 5 de junio de 2010

LOLLIE - CAPITULO 4 - JILL BARNETT

Capítulo 4


Ella estaba por vomitar.
Pero no hubo tiempo. En un momento estaba allí con soldados gritándole en un idioma extranjero y un cuchillo apoyado contra su pecho, y al siguiente momento un enorme brazo la enlazaba por cintura, levantadora, la ponía en posición horizontalmente contra una cadera y la hacía golpear con sus piernas a los hombres.
Instintivamente quiso darse vuelta para ver quién le había hecho todo eso. El tuerto con el cuchillo había regresado.
Su estómago giraba como una calesita mientras él corría como un condenado . Ella quería bajarse de esa calesita. Ya.
" Quédate quieta, carajo!"
Eulalie se retorció, intentando librarse.
" Diablos! Te dije que te quedes quieta ! Yo te sostengo !" Él pateó a uno de los soldados, . Ella cerró un puño y golpeó a otro en la boca. Dios ... iba a morir, o a vomitar .
No sucedió ninguna de las dos cosas.

El hombre salió corriendo cargándola como un paquete debajo de su brazo . Eulalie se preguntaba por qué le estaba sucediendo eso , y qué iba a hacer él con ella. Por lo que había visto de él
debajo del carro, podría apostar que ese hombre había matado gente antes.

Piensa! Se dijo a sí misma, acordándose de una novela que una vez había leído. La heroína había mirado de frente al villano y él no había podido ejecutar el asesinato. Una mirada había salvado la vida de esa mujer. En la situación desesperada en que estaba Eulalie probaría cualquier cosa . Ella giró el cuerpo , intentando mirarlo. Un ojo morado
El parche y un ojo marrón oscuro inyectado en sangre la miraron ferozmente . Él nunca dejó de correr.
Eulalie cerró los ojos apretadamente. No quería ser su próxima víctima.
Ante ese pensamiento miedo frío sintió un miedo creciendo dentro de ella. Sintió un grito creciendo lentamente. Cada vez que tenía miedo, cada vez que no tenía control sobre lo que estaba ocurriendo, gritaba. Había gritado cuando se había caído en el pozo, y había vivido para contar esa anécdota . No había gritado antes porque él había puesto un cuchillo contra su garganta y le había advertido no hacerlo . No había sido fácil, pero la idea que él le rebanase la garganta había sido suficiente para mantenerla callada. No quería que su último sonido sobre esta tierra fuese un grito.
Pero ahora era diferente y Eulalie gritó a todo pulmón.
Él maldijo , luego la alzó sobre su cadera, y le puso una mano
sobre la boca. Sin dejar de correr.
Eulalie continuó gritando, esperando que alguien la oyese pidiendo auxilio, a pesar de la mano sudorosa que le tapaba la boca. Recorrieron varios callejones oscuros y finalmente él se detuvo.
"Parece que estamos seguros ahora," él le informó .
" Debes aprender cuando conviene callarse. Podrían habernos venido siguiendo las huella de tu boca ". Diciendo eso,
Él la puso de pie con toda la delicadeza de un estibador de puerto . Las piernas inestables se tambalearon , y ella levantó una mano enguantada hacia sus ojos para bloquear la luz brillante . No podría haber gritado en ese momento. Estaba muy mareada.
" No te desmayes aquí, hermana. Te he cargado demasiado y tengo el brazo cansado ". Con ese pronunciamiento tan poco educado , él agarró la nuca de ella y le bajó la cabeza hasta las rodillas. Las ballenas del corsé se le clavaron en las costillas.
" Respira profundamente !" Él le pidió , manteniendo su cabeza hacia abajo.
El corset la estaba matando . Eulalie jadeó para tomar aire.
"Bien ," él dijo, agregando mientras soltaba a su cabeza . " Calculo que ya puedes obedecer órdenes".
En la forma más lenta y femenina posible, Eulalie se enderezó y observó a su asesino. Él era tan alto que tuvo que estirar el cuello para contemplarlo . Su cabello llegaba hasta sus hombros y era tan negro el parche que tenía en el ojo . A pesar de todos sus cortes y magulladuras, tenía cara diabólica, con ángulos marcados y facciones cinceladas, y necesitaba una afeitada.
La camisa estaba tan húmeda que se le pegaba al cuerpo macizo.
A mitad de camino de ese pecho hercúleo varios botones faltaban de la camisa, revelando un estómago plano y musculoso . Del
cinturón de cuero ancho colgaban una serie de sogas que sujetaban una colección variada de cuchillos , incluyendo aquel que había colocado contra su garganta. Su mirada se deslizó lentamente hacia el arma de hoja más larga . En la pierna de bajo de un pañuelo descolorido aparecía una mancha sangre en la parte superior de la pantorrilla.
" Pasé la evaluación ?" Él dijo en un tono ronco . Su acento era americano - yanqui , para ser exactos.
"Perdón ? Ella levantó la vista .
Él mostró una sonrisa yanqui de arrogancia pura.
" No importa. Salgamos de aquí antes que encuentren nuestras huellas ". Sam le agarró la muñeca y la arrastró mientras bajaban rápidamente por el callejón oscuro.
Ella intentó soltar su mano de su asimiento , pero él continuó sosteniéndola firme. Y Eulalie no tuvo mas alternativa que caminar a tientas detrás de él. Pero su boca no estaba tan pasiva.
"Por qué estás haciendo esto ?" Ella le habló desde atrás
"Porque esos hombres te habrían lastimado". Él la arrastró dando la vuelta a otra esquina.
" Vos amenazaste con cortarme la garganta," ella le recordó.
"Sí, pero eso fue porque estaba tratando de salvar mi propio pellejo.
Antes que ella pudiese responder, Sam la arrastró por una calle empedrada, y Eulalie se dedicó a mantenerse de pie.
" Señor! Señor! Pare por favor !"
. " Y ahora qué carajo pasa?"
" Si no ibas a matarme, para qué me secuestras?
"Secuestrarte ? Él la miró ferozmente . " Yo no te estoy secuestrando . Te estoy salvando , mi querida, el cuello !"
Él no iba a matarla o secuestrarla. Eulalie suspiró aliviada. Entonces sus palabras fueron . Salvarme de qué?"
"Esos soldados te habrían utilizado para llegar a mí".
"Pero yo no te conozco".
" Bien, pero ellos no saben eso, y no te creerían si les dijeses eso .
Solamente creerían que les estás mintiendo , te interrogarían varias veces hasta que finalmente se hartarían de vos y te despacharían al otro mundo ". Él tomó su brazo y empezó a moverse. " Ahora
Vamos ".
" A dónde?"
" Volveremos a entrar a la ciudad. Entonces podré llevarte al hotel donde perteneces y ya no serás una carga para mí ".
Ella se puso rígida ante su rudeza, luego clavó sus talones para intentar detener su movimiento,
Pero él arrastró tres metros antes de finalmente detenerse. Ella
Le dijo , "Pero yo no permanezco a ningún hotel".
Él lanzó una palabrota , y entonces muy lentamente, como si le hablase a un extranjero, él preguntó, "dónde te hospedas?
"En el Distrito del Binondo".
"Bien ". Él inclinó la cabeza, tomando un larga respiración para ganar paciencia. " Eso está en la dirección contraria ".
Ella asintió , pero no la miraba porque parecía estar contando
entre dientes. Su hermano Jed actuaba así, pero él era un caballero sureño.


El loco yanqui que la sujetaba del brazo y salió corriendo otra vez.
"Por favor puedes bajar la velocidad!
Él la ignoró y la siguió arrastrando . El taco se enganchó con el de una piedra y se rompió . "Mi zapato!"
Él la arrastró unos metros pero , entonces afortunadamente se detuvo y se dio la vuelta. Ella saltaba en un pie mientras ella intentaba golpear el taco para acomodarlo en su lugar. " El taco se rompió ".
Él observó su mano por un momento breve, y luego dijo, "Se salió, eh?"
Ella frunció el ceño. " Caballero , no parece entender ... "
En ese instante él la alzó en sus brazos.
"Ponme en el suelo! Ya!"
Él la ignoró y tomó rumbo sur.
" Escúchame!"
" Tengo alguna otra alternativa?".
Eulalie estuvo furiosa, pero se acordó de que una dama no demostraba su enojo. Era muy poco refinado . Entonces hizo lo que le había sido enseñada. No le habló.

Cinco minutos más tarde ella se dio cuenta que eso era exactamente lo que él quería, y se resignó a no actuar como una dama refinada. Lo regañaría furiosamente.
"Me rompiste el zapato!," ella se quejó, rompiendo el silencio.
Él la ignoró.
"Perdí mi nuevo abanico ".
Más silencio, y él dobló otra esquina y ella esperó para hacer otro intento.
Luego ella agregó , " Mi dignidad está siendo pisoteada ".
"Bien ," que él dijo finalmente . "Entonces no te importará que haga esto".
Él la lanzó sobre su hombro, sujetándola por la parte trasera de sus muslos y ella chilló. Con cada movimiento , el corsé se le clavaba en las costillas. Y le impedía respirar para poder gritar. Eulalie casi se daba por vencida, cuando recordó algo más.


Ella tomó una respiración profunda y levantó el cuello. " Perdí mi parasol !"
Él nunca dejó de correr , murmurando algo que sonó como " Gracias a Dios".

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