miércoles, 23 de junio de 2010

LOLLIE - CAPITULO 32 - JILL BARNETT

CAPITULO 32


Una hora y media después , ella canturreaba mientras cortaba la ultima pluma del pollo número veinte . Se quitó una pluma que se le había pegado a la cara. Los pollos parecían puercos espines. Sus pieles cubiertas por púas pequeñas que debían convertirse en algo crujientes cuando los cocinase, ella razonó.
Qué había dicho Sam? "Oh, si ," Ella dijo. " Los que se asan van en un planchas de hierro y se meten en los hornos ". Planchas de hierros... hmm. Miró la pared donde estaban colgados los utensilios de cocina . Algunas de las cacerolas eran cuadradas y lo suficientemente grandes para contener varios pollos. Esas debían ser las planchas para asar, ella pensó, y descolgó dos de los ganchos de la pared.
Colocó las cacerolas sobre la reja y tomó los pollos enteros. La piel era espinosa. Iban a quedar muy ricos y crujientes. Colocó cinco en una cacerola apretándolos tanto como pudo ; luego llenó la siguiente cacerola. Abrió la puerta del horno, metió la cacerola en la parte superior y cerró la puerta. Hizo lo mismo con la otra cacerola.
Listo ! ella pensó, frotando las manos . Todo listo!
Se dio vuelta hacia los demás pollos , que todavía tenían que ser cortados en pedazos. Agarró un cuchillo y comenzó a cortar aquí y allá, separar las partes del ave , pero el cuchillo estaba demasiado desafilado. Vio un cuchillo de hoja rectangular y una gran
Empuñadura . Eso era lo que ella necesitaba. Lollie levantó el hacha de carnicero tan alto como pudo, y la hizo descender con toda la fuerza que logró reunir .
Le dio varios golpes cortantes al ave hasta que lo tuvo partido
en pedazos, ninguno de los cual era reconocible como presas salvo el cuello y las patas. Lollie se encogió de hombros y continuó con la masacre hasta que la mitad de los pollos quedaron lacerados exponiendo huesos y las púas de las plumas cortadas.
Lollie fue hacia el barril con harina, enterró un tazón, y llevó el polvo blanco a la mesada. Salpicó con harina los pedazos de pollo, tal como Sam había dicho. Una nube blanca se elevó mientras ella cantaba. Lollie estornudó, produciendo una lluvia de harina y plumas todo a su alrededor.
Debería haberse deshecho de las plumas después que las había cortado
Minutos después tomaba las enormes cacerolas negras de hierro,, seis en total, y las llevó a las estufas. Había espacio suficiente para dos cacerolas en cada estufa, entonces tendría que usar tres de las cuatro estufas. Buscó la lata con grasa de cerdo y sacó una cucharada de la grasa para dejarla caer en la primera cacerola. Pero la grasa quedó adherida a la cuchara. La sacudió varias veces hasta aflojarla y hacerla caer en la cacerola.

Con confianza renovada, colocó una cuchara generosa de grasa en las otras cacerola y observó con satisfacción como la substancia se derretía en grasa líquida. Eso era genial, muy divertido , y no muy difícil de hacer . Fue hacia la mesada, tomó una brazada de pollo enharinado y volvió a las estufas. Dejó caer los pedazos en las cacerolas. Unos minutos después los pollos se freían en las estufas.
Otra cuestión, con qué iba a servir los pollos? Lollie revisó los costales y los barriles hasta que encontró arroz. Eso era perfecto. Arroz con pollo. Volvió la mirada hacia los pollos cocinándose , y se secó sudor de la frente con la mano . Cocinar no era tan fácil, y la cabaña realmente estaba muy calurosa.
Llenó un tazón con arroz y fue hacia la estufa. Se dio cuenta que tenía que hervir el arroz. Descolgó a un par ollas de la pared y las colocó en la cuarta estufa. Luego fue hacia el barril con agua, con cucharón sirvió agua en un tazón, y la llevó a la olla.
Varias veces repitió esa acción hasta que sudor le humedeció el cabello . Las ollas estaban llenas. Echó el arroz, un par de tazones grandes llenos en cada olla. Para cuando había terminado, las ollas estaban llenas hasta el borde con arroz. Colocó las tapas sobre las ollas y fue a revisar los pollos que se freían .
Con la cuchara en la mano, fue a la primer cacerola y metió la cuchara para revolver las piezas de pollo. Pero estas no se movían. La grasa salpicaba y chisporroteaba, y Lollie intentó despegar el pollo. El humo comenzaba a llenar el ambiente . y un definido
olor a quemado reinaba en el cuarto.
Una mirada rápida a las otras cacerolas le dijo que los rejillas dejaban pasar mucho fuego y que eso causaba el calor. Se movió
Velozmente entre las estufas, intentando disminuir el fuego que le daba a las cacerolas. La grasa le salpicaba los brazos y la pechera mientras ella trabajaba arduamente.
Oyó un silbido repentino de agua desbordándose y humo saliendo de las estufas mas lejanas. Lollie se dio vuelta para ver que el arroz se desbordaba en una avalancha pastosa.
Lollie entró en pánico, corriendo de aquí para allá tratando de contener el arroz . La masa pastosa se deslizaba hacia las puertas del horno. Necesitó cerrar el encendedor para reducir el fuego.
¿O era el aireador lo que necesitaba cerrar?
Oh, demonios! Se había olvidado . Cálmate, se dijo a sí misma, intentando ignorar los sonidos del arroz en erupción. Agitó las manos para disipar el humo y se concentró.
Un encendedor es algo que enciende. Un aireador trae aire. El humo se hacía mas denso y más negro .
Una situación drástica requería medidas drásticas. Lollie agarró un encendedor en cada mano y los cerró.

La explosión se oyó en el campo de la artillería, todos los soldados giraron sus cabezas , incluyendo a Sam.
Su primer instinto fue que estaban siendo atacados, hasta que un medio pollo crudo aterrizó al lado de su pie.

"La puta que lo parió !" Él dejó caer la lata que había estado sujetando y corrió hacia la cocina , dando la vuelta a la esquina segundos después de la explosión.
Un humo negro se elevaba en oleadas en lo que había sido el techo de paja , y una lluvia de plumas caía como nieve. La puerta principal colgó de un solo gozne , y cuando Sam dio un paso adelante, se tropezó con la puerta trasera. Los barriles habían estallado, las latas rodaban por el suelo , y se vio rodeado por una nube de polvo blanco que parecía ser harina.
" Lollie!" Él gritó, pasando por encima las ruinas . "Lollie!" Él se adentró en la cabaña, mirando hacia todos lados. Sólo encontró un agujero de tres metros en la pared trasera.
Sam atravesó el agujero y vio su cuerpo doblado a ocho metros de distancia. Sam corrió y se arrodilló a su lado . Estaba
inconsciente. " Lollie, contéstame. Vamos, despiértate ".
Ella no se movió. Él pasó sus manos sobre su cuerpo tirado en el suelo.
Muy cuidadosamente, deslizó sus brazos debajo de ella, la alzó, y la cargó hacia la cabaña. Su mirada nunca abandonó su cara pálida. Lollie no tenía color en su cara. Sus párpados estaban
cerrados y blancos. Había hollín en sus mejillas. Un pequeño hilo de sangre manaba de su labio partido, y el cabello rubio estaba chamuscado y y cinco centímetros más corto.


"Está bien ?" Jim se acercó corriendo, seguido por Gómez y otros
soldados.
" No sé. Está inconsciente ". Sam subió los escalones de entrada de su cabaña. Jim abrió la puerta, y Sam entró , llevándola al catre. " Tráeme una buena cantidad de agua y una toalla," Él observó los movimientos ascendentes y descendentes de su pecho para asegurarse que Lollie respiraba bien. Miró su cara, su cabello chamuscado, y quiso matarse. Debería hacer seguido su primer
instinto y encerrarla en su cabaña hasta que pudiese llevarla de regreso con su padre.
Nunca había conocido a alguien que pudiese crear más descalabros que la señorita Lollie.

Jim colocó el cubo con agua y una toalla cerca de la cama, atrayendo la atención de Sam. "Gracias".
Él sumergió la toalla en el agua y comenzó a lavar el hollín y la sangre.
"Hay algo mas que pueda hacer?" Jim preguntó.
"Nada , sólo ocúpate de los hombres por mí, lo harías?"
"Claro ".

Sam terminó de limpiar la cara, los brazos, y el cuello , luego escurrió la toalla, la dobló, y la colocó sobre su frente. Tenía tiempo, un montón de tiempo para quedarse sentado allí y observándola . Un montón tiempo para castigarse.
Lollie lo había convencido de dejarla hacer algo que él sabía que ella no podía manejar. Por supuesto que no había mucho que la señorita Lollie mujer pudiese manejar ... pero ... Sam corrigió ese pensamiento. Lollie había logrado hacer un viaje muy difícil a través de la selva, aunque ocasionalmente había causado algunos problemas. No se había puesto histérica salvo una vez cuando se enteró que habían perdido un rescate por ella.
Tenía algo que la impulsaba , un espíritu sólido que contradecía
lo que la señorita Lollie debería haber sido: una niña rica , mimada , consentida y egoísta . Esas eran los rótulos que él le había colocado al principio, pero ahora sabía que había estado equivocado. Ella no era una snob malcriada. Lollie era alguien que necesitaba seguridad, aceptación, y estimulo . Lollie quería ser querida y apreciada, y sin embargo había algo en ella que decía que ella no esperaba eso de nadie.
Por qué? Por qué una chica que tenía todo : dinero, familia y conexiones sociales - tenía tan poca autoestima ? Lo aceptaba , él no había hecho nada para ayudarla, pero sabía que esa no era la razón por la que Lollie se sentía tan poco valorizada
.Pero Él era la razón por la cual ella yacía allí herida . Y eso lo hacía olvidarse de los guerrilleros , las armas y la codicia.
Lo que sentía en ese momento era una gran impotencia por no poder ayudarla, y una vez y otra vez su conciencia lo acusaba. Cómo Lollie podía causarse una sensación de culpa que él nunca había sentido? Lollie era la única persona en esta Tierra que alguna vez había podido hacerlo sentir culpa. Lollie le importaba. Y eso no le gustó . Sam creía que el interés por alguien obnubilaba el juicio racional , y Sam se enorgullecía de su capacidad para tomar decisiones racionales y objetivas.

Pero mientras la observaba , se vio invadido por sentido de protección tan fuerte que casi lo hizo sentirse humillado. No podía recordar cuándo había querido proteger a alguien . Y desde el primer momento en que se había tropezado con ella había querido protegerla , por mucho que le costase admitirlo.
Había gastado su vida como mercenario solamente protegiendo su propio trasero, y eso simplemente era una especie de juego con él. Le causaba adrenalina enfrentar la muerte de cerca, le gustaba despreciar la muerte , y enfrentarla para salir ganador. Pero la muerte no le causaba adrenalina cuando Lollie estaba involucrada. Todo lo que le causaba era un intenso miedo.
Tomó una respiración profunda ante esa realidad . Su mirada vagó hacia la ventana, y se quedó mirando la puesta de sol, un atardecer rosado . El mismo rosado de ese vestido lleno de pliegues y volados y de ese parasol asesino.
A Sam se le ocurrió que quizás era él quien necesitaba protección.

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