domingo, 22 de agosto de 2010

CARTAS DE UNA MORIBUNDA - CAPITULO 24 - BARBARA METZGER

CAPITULO 24

Rosellen se sentía como un granito de arena gritando en el desierto. Pero por otro lado , en los brazos del vizconde , se sentía tan segura como un niño dormido acariciado por una brisa. Pero ella no era una niña. Estaba demasiado consciente del pecho duro de Wynn, de sus brazos firmes y de su perfume masculino . No, ella no se sentía como una niña , y cuando él se inclinó sobre ella, después de haberla colocado sobre cubrecama violeta, esa brisa se convirtió en un ciclón. Esto nunca funcionará , ella se dijo a sí misma. Por qué esas sensaciones? Ni siquiera le gustaba ese hombre. Sólo era gratitud lo que que hacía su corazón latiese más aceleradamente . No ?
"Ahora , descansa, muchachita “ . Wynn la miró severamente abajo ,
casi desafiando a Rosellen a moverse de la cama.
Irritada por su respuesta completamente inapropiada hacia ese hombre , Rosellen replicó , " Muchachita! Basta de darme órdenes, Stanford. No soy una niña ni una inválida! ".
“ Entonces , te sientes lo suficientemente recuperada como para asistir a la ópera ?”
Rosellen había asistido a la ópera una vez durante su breve estancia en Londres . Le había encantado. Pero también sabía que esa noche acabaría mucho mas tarde de la hora a la solía ir a la cama . Se quedaría dormida durante la ópera de Figaro si no dormía una siesta.
"Hmmmm,” Ella concedió con un bufido impropio para una dama.”Pero al menos podrías considerar los sentimientos de los demás cuando das órdenes ".
Wynn cruzó los brazos sobre su pecho porque se sentía tentado de sacudir a esa mujer irritante. “ Señorita Lockharte , Yo
no he hecho otra cosa en estos días mas que pensar en tu bienestar ".
Él tenía razón , y eso que hizo Rosellen se irritase aun más. “ Dije sentimientos, no bienestar".
" Perdóname por ofenderte nuevamente, Señorita Lockharte,
Por considerar que tu salud es más importante que tus sentimientos . Quizá tendré que cambiar de parecer y dejarte
Volver a la academia , donde el viejo reverendo se ocupará de tus sentimientos ".
“ Me estoy portando muy mal, no ?
“ Terca como una mula, venenosa como una víbora, e irritante como un mosquito . Necesitas mas detalles ?”
Rosellen se sintió aliviada al ver que él sonreía. " Y completamente infantil , supongo. Es he sido una hebra de paja flotando en el viento por tanto tiempo ... y vos casi no aceptas opiniones
Mías , y me resulta difícil seguir siendo invisible ".

" Y yo estoy tan acostumbrado a dar órdenes que me resulta difícil respetar tu necesidad de independencia, ahora que la has logrado ".
" Y también sos un poco arrogante," Rosellen le recordó
mientras sus ojos se cerraban.
Wynn se inclinó y suavemente tocó su mejilla. " Sólo un poco? Sabía que llegaría a gustar de mí, Rosellen Lockharte ".

Mientras Rosellen descansaba, Wynn se ocupó de sus cosas. Visitó la residencia de Tripp Hayes, sólo para encontrar el lugar
Cerrado , y que la aldaba faltaba en la puerta. Si el tipo no estaba en Londres y no estaba en Bognor Regis, donde diablos se había metido ? El cuarto de Tully Hadfield ya había sido dado a un nuevo inquilino, quien no conocía el paradero del canalla.
A Wynn le fue mejor en Albany, donde uno de los muchachos que
Se ocupaban de los caballos sabía que los gemelos Heatherstone estaban de compras.

"Estaban peleando respecto a quien escogía los sombreros y
quien escogía los guantes. Luego sortearon con los naipes quien iba a conducir el carruaje . Nunca vi nada igual en mi vida . Fue mucho mejor que ver al ternero de dos cabezas ".
Un ternero de dos cabezas tendría más lógica que los secuestradores de la Señorita Lockharte , pero Wynn se dispuso a encontrarlos. Un hombre — o dos hombres — no secuestraba mujeres inocentes sin que haya una buena razón . Rosellen los había declarado inocentes del nefasto intento de abducción , pero Wynn no estaba tan seguro. Estaba determinado a aseguararse que no habría una repetición de ese bizarro atraco — y ninguna mención del episodio en público .
No estaba seguro de lo que podría usar - si pistolas o espadas – pero no iba a dejar que esos dos alcornoques destruyesen la nueva esperanza de felicidad de la señorita Lockharte .

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