viernes, 6 de agosto de 2010

CARTAS DE UNA MORIBUNDA - CAPITULO 3 - BARBARA METZGER

Capítulo 3


Diez mil gusanos de seda habían trabajado hasta el cansancio para
Clarice. Sus armarios estaban llenos de vestidos de seda de todos los colores. También tenía vestidos de raso , muselina , encajes y otras telas que Rosellen jamas había oído mencionar , y mucho menos visto o usado. Ver y tocar fue todo lo que pudo hacer, cuando iba a buscar esos vestidos para su prima. Por supuesto Clarice tenía una doncella francesa personal , pero ella tenía el perverso placer de hacer esperar a su prima,entonces ella le pedía ayuda a su rústica prima campesina .
Por insistencia de su tío , la rústica prima campesina logró ponerse los vestidos de muselina descartados que Clarice había usado en sus días de debutante social . La tía Beatrice se había negado a ser vista con la rústica prima campesina , declarando
que la criada francesa se vestía mucho mejor que esa jovenzuela no deseada.
El tío Townsend se había negado a gastar otro centavo la mocosa hija de su hermana cuando su propia hija tenía más vestidos de los que jamas podría usar .
Los vestidos desechos eran blancos - todos - y los adornos había sido quitados para ser usados en otros vestidos . Clarice tenía
el cabello negro azabache y piel rosada. Ella debía haber lucido impactante en esos vestidos blancos . Rosellen parecía un fantasma. Con el cabello color arena y la piel pálida, ni siquiera los ojos turquesa — su mejor rasgo — podían darle vida a los vestidos blancos . Podría haber puesto una sábana y habría lucido igual .
Rosellen había probado ponerle flores en los escotes, del ramillete Clarice recibía diariamente, pero vio como las flores se encorvaban y se marchitaban durante las tardes y noches interminables yendo de un baile a otro, vigilando a Clarice , mientras ella bailaba en los brazos de hombres guapos. Una sábana le habría quedado mucho mejor.
La siguiente sugerencia de su tío había sido que Clarice eligiese uno de los caballos de los establos para Rosellen, entonces las primos podrían cabalgar juntas como dictaba la moda, de modo que
la hija d el vicario sin dote pudiese captar la atención de un
caballero con dinero .
Clarice se había asegurado que su prima pobre montase el caballo más lento que encontró, un caballo que nunca podría mantenerse a la par con los puras sangres que ella y sus amigas de alta sociedad montaban . Rosellen había dejado de montar en el parque casi al mismo tiempo que había dejado de intentar adornar y realzar los vestidos blancos. De qué servía intentarlo ?
Su tío también había insistido en que Clarice le presentase a Rosellen su círculo de admiradores. Clarice obedientemente le había presentado a todos sus pretendientes , insinuándoles que ellos no podían permitirse tomar una esposa sin dote. Los grilletes del matrimonio eran soportables , siempre y cuando fuesen de oro. Oficiales de bajos sueldos , viejos libertinos y jugadores compulsivos que no eran buenos candidatos para Clarice le eran enviados a Rosellen . Tan pronto como esos caballeros se enteraban que la hija del vicario no era dado a los juegos de toqueteos en rincones oscuros, ella tuvo que regresar a una silla dorada contra la pared, tan desanimada como las flores marchitas del escote de su vestido .

Rosellen se había sentido tan excitada respecto al viaje a Londres. Ella iba a ser bienvenida por los parientes de su madre, asistiría a fiestas , y encontraría al hombre de sus sueños. Él la amaría por siempre y ella se ocuparía de mantener a su papá después que se jubilase. Encorvada sobre el escritorio portátil , ella ahora evaluaba severamente su candidez de ese entonces.
Encogió sus hombros delgados. Tenía diecisiete años y estaba lejos de casa por primera vez en su vida. Qué podría haber sido más maravilloso que ser presentada en la alta sociedad de Londres bajo el amparo de su bella prima? Pero la experiencia había sido lo mas parecido a caerse del techo del granero.

Clarice tenía diecinueve, y era la reina de la última temporada social de Londres . Se había ganado elogios y ofertas matrimoniales pero ninguna de ellas era lo suficientemente interesante como para ser aceptada. Rápidamente Clarice se había
ganado una reputación de una reina sin corazón y difícil de complacer . En dos días Rosellen se había percatado que esa reina tenía agua helada en sus venas.

Rosellen afiló el lápiz otra vez mientras pensaba en algo más. Por supuesto Clarice no era completamente culpable de sus faltas. Su propia belleza era su máxima desventaja . La incomparable Miss Haverhill había sido criado para ser la posesión mas preciada de su padre y para restaurar la juventud perdida de su madre
. Clarice había sido la pesadilla de las niñeras, y la cruz de sus institutrices, pues el barón y su esposa nunca lidiaron
con las rabietas y los caprichos de Clarice. Ellos nunca notaron a las criadas llorando , los platos y juguetes rotos y los caballos jadeantes. Para asegurarse que esa ignorancia continuase , la Tía
Beatrice se refugiaba en su cama y el Tío Townsend en los
Clubes de Londres . Y no resultaba extraño que ellos hubiesen esperado que Rosellen fuese una buena influencia para su hija. Pero cerdos hubiesen volado antes que Rosellen pudiese cumplir esa expectativa .

No conforme con convertir a su primo en el objeto de ridículo entre sus amigos, Clarice se había determinado a arruinarla. No cabían dudas que Clarice había querido a su prima fuera de su casa, y fuera de Londres. Y ella conocía conocido algunos canallas que podía ocuparse de arruinarla socialmente y arruinarla de tal manera que el escándalo fuese presenciado por la mitad de
La alta sociedad .

De su posición actual - entre la vida y la muerte - Rosellen no podía entender en qué se había beneficiado su prima. Clarice ahora tenía veintidós años Y todavía no se había casado. Rosellen se había enterado a través de sus alumnos del rumor que sostenía que Clarice Haverhill era considerada una cazafortunas. La alta sociedad no veía con buenos ojos a las jóvenes que aspiraban a mas de los que les correspondía . Y Clarice encajaba en esa categoría.
Rosellen, por supuesto, no escribió nada de todo esto . Considerando que Clarice había sido educada en la selecta academia de Miss Merrihew , Rosellen dudaba que su prima pudiese leer, y mucho menos entre líneas. Lo que escribió fue que lamentaba que la dos no hubiesen podido tener una amistad. Y agregó que esperaba que Clarice encontrase el verdadero contenido de su corazón antes que encontrase el sombrero perfecto — y que lo encontrase antes que fuese demasiado tarde . Rosellen prometió cuidar desde el Cielo a la única prima que tenía , aunque jamas se llevaron bien . Y
escribió que perdonaba a Clarice por lo de los vestidos blancos, los caballos lentos , y los candidatos impresentables . Incluso Rosellen agregó con su mejor letra , que perdonaba a su prima por el escándalo en la fiesta de la Señora Maplethorpe. Clarice no podría haber sabido en ese momento que Rosellen terminaría en la academia de Miss Merrihew , muriendo solas en un dormitorio húmedo con un camisón sucio .
Eso era muy magnánimo de su parte , Rosellen decidió , apoyándose contras las almohadas. Errar era human y perdonar era definitivamente divino, por lo cual Rosellen se sentía muchísimo mejor una vez que la carta de Clarice fue sellada .
De hecho se sentía mareada. Tal vez fuese la fiebre, o la falta de alimentación, o el curso natural de su enfermedad. Sabiendo que no le quedaba mucho tiempo , sacó una hoja en blanco y escribió .
Estimado Señor, me estoy muriendo, y nunca tuve a un perro.

No le dirigiría esa carta al Honorable Timothy Heatherstone,
Ni la carta lo similar que tenía la intención de copiar para su hermano gemelo, el Honorable Thomas Heatherstone, pues no consideraba que esos canallas tuviesen algo de honorable.


Londres consideraba a los jóvenes Heatherstone como muchachos bromistas, espíritus alegres y traviesos . Rosellen consideraba a esos gemelos pelirrojos dos imbéciles . Ellos
Eran dos tontos con una misma cara pecosa y un pequeño cerebro .Su papá habría desaprobado a los gemelos : deportistas temerarios y apostadores temerarios . Esos eran los dos caballeros que habían ayudado a Clarice a arruinar la reputación de su prima por una apuesta.
Los gemelos le habían parecido innocuos al principio. Después de haber jugado el estúpido juego de cambiando las identidades entre ellos , habían pasado a ignorar a la pariente pobre de Miss Haverhill hasta la noche de la fiesta Maplethorpe. Luego uno de
ellos, sólo Dios sabía cuál, fue al encuentro de Rosellen, donde ella estaba sentada al borde de la pista de baile. Clarice te necesita, uno de los tontos Heatherstone aseguró, haciéndola salir a la terraza. Rosellen nunca había cuestionado lo que su prima podía estar haciendo en la terraza o por qué ella no había mandado a llamar a su propia madre que estaba en la sala de juegos. Era una de las tantas preguntas que Rosellen debería haber hecho . Pero ella era la hija de un párroco, acostumbrada a ayudar y servir en las emergencias.

El gemelo Heatherstone la sacó fuera del salón de baile, la llevó escaleras abajo, y hasta la biblioteca en la parte trasera
de la residencia Maplethorpe. La puerta – ventana que había allí, estaba abierta y daba a una terraza , donde las lamparas estaban colgada en los árboles del jardín . Rosellen no podía ver a Clarice.
"Debajo del balcón,” Thomas urgió, señalándole la dirección pero no acompañándola . Clarice no estaba allí . Había un oficial con chaqueta del ejercito débilmente iluminado por una lampara . Él pareció pensar que Rosellen había abandonado la fiesta, que había abandonado a sus chaperonas , y que había abandonado sus principios morado , sólo para estar con él.
" Sabía que vendrías, querida. Estuve esperándote toda la noche ".
Todavía preocupada por su prima, Rosellen nunca consideró
Su propia seguridad. Simplemente pasó por al lado del oficial, buscando a Clarice.
Él agarró su muñeca. “ No tan rápido, mi pequeña pajarita . Quiero un beso primero, “ El soldado arrastraba la lengua al hablar.
“ No sea absurdo, caballero . Estoy buscando a mi prima, no viene aquí a coquetear . Debería pedir al mayordomo de Lady Maplethorpe un poco de café si está tan mareado como para no poder distinguir a una dama del tipo de mujer que se encuentra con hombres en rincones oscuros ".
“ Pero, vos estás aquí o no ?”



Eso pareció ser prueba suficiente para el canalla, pues él la abrazó apretándola contra su pecho . Rosellen no quiso gritar, no quiso llamar la atención a esa situación comprometedora , pero lo golpeó con sus brazo e intento darle una patear su pierna . Él llevaba puestas botas altas. Ella usaba zapatos finos de baile. Y , en verdad, por todo lo que había bailado , habría sido mejor que se hubiese puesto botas de montar. A pesar de todo el forcejeo , Rosellen fue besada.
Un grito acabó con ese acoso, pero no fue un grito de Rosellen.
Fue un grito de Clarice , desde el balcón del salón de baile que estaba justo arriba de donde ellos estaban.
Un montón de invitados corrieron a su lado, para ver a la
Provinciana Haverhill en los brazos de un famoso mujeriego,
el Teniente Roland Dawe.

Antes que su tío viniese y la arrastrado fuera de los brazos del canalla , una atemorizada Rosellen oyó a los hermanos Heatherstone felicitarse a su amigo. " Clarice aseguraba que vos nunca conseguirías un beso de la Señorita Mojigata . Aquí tienes el lo que te debemos. Fue un muy buen espectáculo ".
Su debacle social había sido un espectáculo entretenido para esos dos mocosos malvados , costoso pero mu divertido. Rosellen no sintió arrepentimiento en obtener un poquito de placer , pensando en la incomodidad que esperaba los gemelos sintiesen cuando leyesen la carta . Entonces escribió esto.
Escribió que perdonaba a los hermanos para su contribución de dolor a su corta y trágica vida. Su papá se enorgullecería de su generosidad. Se sentiría menos orgulloso cuando ella concluyese ambas cartas con la amenaza de regresar como un espíritu de ultratumba para atormentar a los gemelos Heatherstones si alguna vez, alguna vez, volvían a deshonrar a otra muchacha.
Rosellen realmente no creía en fantasmas, pero tal vez los gemelos Heatherstone si creyesen en ellos .
En verdad si alguien merecía ser acosado por un espíritu del más allá, era el Teniente Dawe. Él se había reído a morir cuando el Tío Townsend le había exigido una propuesta de matrimonio por esa deshonra pública.
" Qué va a hacerme , Barón, desafiarme a duelo si no le ofrezco matrimonio a esta jovencita? Ella vino a esta la terraza por propia voluntad , quiero que sepa . Y quién puede decir que yo fui el primer hombre en su vida ?”

Habiendo visto al teniente meterse el dinero en el bolsillo, luego
De intercambiar guiños con Clarice, Rosellen encontró casi
Imposible perdonar a ese oficial. Escribió que haría
el intento, por el bien de su alma inmortal y por el bien de la de él.

Me estoy muriendo, ella escribió, y nunca habré conocido el beso de un hombre que me ame, gracias a tu maldad . Seguramente había un lugar especial en el Infierno para pecadores como él. Ella lo investigaría, si Dawe no reformaba sus hábitos perversos. Si , Rosellen Lockharte definitivamente se ocuparía de eso. Porque si no
Hubiera sido él y por su beso con olor a alcohol , ella nunca habría terminado en la Selecta Academia Merrihew para Jóvenes de distinción. Y de extinción, en su caso.
Existía otra carta Rosellen - literalmente – se moría por
Escribir .


Estimada Miss Merrihew, me estoy muriendo, y nunca tendré un hijo .
Rosellen había contenido a sus alumnas mas chicas cuando
ellas lloraban porque extrañaban a sus familias , y había separado a las mas grande cuando querían arrancarse los cabellos en medio de una pelea. Pero ese tipo de protección no era lo mismo que la maternidad. Quizás a Miss Merrihew no le interesarían los instintos maternales insatisfechos de Rosellen , ya que esa vieja arpía parecía no tener a ningún instinto maternal. Rosellen tachó la frase de la carta. Sacó otra hoja en blanco. Se estaba quedando sin tiempo y sin papel .

Estimada Miss Merrihew, me estoy muriendo y nunca tuve
vacaciones pagas.
Primero le agradeció a la vieja amarga por darle trabajo a pesar de su falta de experiencia . Por seis meses , a título de prueba, y sin sueldo, habían sido las condiciones de contratación . Pero quién sabía lo que le habría ocurrido Rosellen sino hubiese recalado en la Academia ? Habría vuelto a su casa con su padre, y se habría casado con uno de los pastores locales, y habría vivido otros cuarenta años.
Entonces le agradeció a Miss Merrihew por no haberle dado permiso para visitar a su padre enfermo. De cualquier modo Rosellen no habría podido para el pasaje del carruaje y podría haber sido asaltada por bandoleros en el camino . También le agradeció por el obligatorio uniforme gris , el cepillo y el carbón para calefaccionar el cuarto de las maestras , cosas que eran descontadas de sus sueldos.
Rosellen le agradeció a su patrona por todos eso y se sintió mucho mejor de lo que se había sentido en años. Incluso le agradeció a la arpía por haberla mudado al cuarto del ático después de que había sido confirmada en su puesto .
El cuarto era muy frío en invierno, sofocante en verano, y con un techo demasiado bajo como para que Rosellen pudiese estar de pie , pero la ventana circular daba al precioso patio trasero rodeado de muros de piedras color gris .
Su trabajo en la escuela había consistido en decir " Sí, Miss
Merrihew "y” No, Señorita Merrihew ". Rosellen estaba asombrada
De todavía conservar su lengua después de todas las veces que se la había mordido para no estallar . Pues bien, no más. No tenía nada que perder diciéndole a Miss Mirabel Merrihew que era una tacaña que sabía menos sobre educar jovencitas que lo que Rosellen sabía sobre electricidad.

Rosellen escribió dos páginas mas , ignorando la conmoción que ocurría del otro lado del biombo. Escribía hojas y
Hojas describiendo cómo debería ser una escuela adecuada, detallando cuestiones sobre ambientes, comida , condiciones sanitarias de las cocinas, libros en la biblioteca, y virtudes morales que deberían ser inculcadas en las alumnas . Porque, si los padres de las estudiantes de Miss Merrihew alguna vez averiguasen lo que realmente se les enseñaba a sus hijas o que cerca estaban de morir envenenadas por la comida , nunca las enviarían aquí . Y ciertamente nunca inscribirían a sus hijas en esta Academia - ella llegó a una conclusión - si conociesen al hermano perverso de Miss
de Merrihew , quien visitaba a las alumnas después del anochecer, y no rezaba por nadie .

Entonces escribió.

Me estoy muriendo, Señor Merrihew, y nunca pude ver al Príncipe. Las otras maestras llevaron a sus alumnas a aun visita a Brighton
O pudieron trabajar como chaperonas de sus estudiantes durante las vacaciones de verano. Pero Rosellen, no . El Reverendo Merrihew había convencido a su hermana que “la Señorita Lockharte es demasiado inmadura , demasiado irresponsable para cuidar a estas niñas” .
Demasiado inabordable , sería la frase adecuada .
Las condiciones de vida de Rosellen en la academia se habían deteriorado considerablemente después que había repelido los avances del clérigo poco espiritual . Cuando ella se muriese, iba a cuidar desde el Cielo a las otras chicas de la Academia , Rosellen le advirtió en la carta a esa escoria humana. Se aseguraría que él no son abordase subrepticiamente a más alumnas durante la noche como él había hecho con la pobre Vivian Baldour, quien había enviada a su casa por haber caído en desgracia. La señorita Baldour - Rosellen había escuchado - rápidamente había sido casada con el Conde de Comfrey , un hombre que más viejo que su propio padre.

Mi estimada Lady Comfrey , espero que esta carta la encuentre en mejores condiciones que las mías. Deseo implorar su perdón por no haber protegido su inocencia más vehementemente aunque usted no estaba a mi cargo. Espero que encuentre felicidad y en su matrimonio.
Lady Baldour habría estado mejor bajo el cuidado de un deshollinador que lo había estado bajo la protección del reverendo Merrihew, cuya única meta en la via parecía ser comprometer a alguna jovencita rica para obligarla a un matrimonio ventajoso. Ventajoso para él

El lápiz casi estaba terminándose y ella no tenía otro en el escritorio, pero Rosellen aún no había acabado.

Estimado Lord Vance - ella escribió - intentando no presionar tanto la mina. Me estoy muriendo, y nunca tuve un perro.
Ella sabía que se estaba repitiendo en sus palabras, pero se estaba fatigando .
Además, Lord Vance, uno de los patrocinadores locales de la escuela, era fanático de los perros de caza. Él la entendería.
Pero lo que Rosellen no podía entender era qué hacía Lord Vance presentándose después de la medianoche en la entrada trasera de la Academia . Desde su pequeña ventana circular solía verlo atando el caballo detrás de unos árboles, y luego caminando subrepticiamente hacia la zona de arbustos.
Lo que fuese el hombre hacía , no podía ser nada bueno. Si
Él se enterase que una persona que estaba observándolo desde el Cielo sabía de sus visitas clandestinas al cuarto de Miss Merrihew, probablemente se quedaría en su casa con su esposa en el futuro.

Hacia el final de la carta de Lord Vance, Rosellen bostezaba,
Y se esforzaba por mantener los ojos abiertos. Todavía no, ella imploró, todavía no. Tenía dos cartas más que escribir de morir.

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