lunes, 27 de septiembre de 2010

CUESTE LO QUE CUESTE - CAPITULO 17 - DONNA MACQUIGG

CAPITULO 17

Una bella niña.
Elise no podía creer en lo que veía. Durante toda la gestación había pensado que estaba esperando un niño. William colocó el bebé en los brazos de la madre.
— Hiciste un trabajo perfecto . Mirala, es tan linda como vos, muchacha.
— Pero no tengo un nombre, porque estaba segura que sería un varón . Pensé en Matilda. Era el nombre de mi madre.
— Matilda — William repitió. — Matilda MacDarrin. Elise contuvo las lágrimas de culpa que habían aparecido en sus ojos y se recordó que se había prometido a si misma que no contaría más mentiras.
— William, debemos conversar sobre muchas cosas, pero en primer lugar... Esta criatura...
El cubrió los labios de su esposa con la punta de los dedos, en sus ojos no había ni odio ni decepción . Solamente amor. Amor incondicional que la hizo llorar.
— Lo sé — él susurró, secando as lágrimas de su esposa . — Siempre lo supe . Ella puede no ser mi hija de sangre, pero será mi hija del corazón. — Besó la carita del bebé.
— Oh, William — Elise murmuró. — Estoy tan avergonzada.
— Por qué? Ella nunca tendrá que saberlo . Desde este momento yo soy el padre de esta criatura. Le daré mi apellido y mi vida, si fuese necesario, para protegerla, pero por encima de todo, la amaré para siempre así como te amo a vos.
Elise levantó los ojos de su hija a su marido.
— Hay algo más que debo decirte . — Pero ella no puede terminar, pues Rupert irrumpió en el cuarto.
— Disculpe, mi lady , pero Baynard se aproxima con un ejército.
Rupert ayudó a William a vestirse, a pesar de no concordar con las intenciones del líder.
— Todavía no estás en condiciones de salir de la cama. — Rupert lanzó una mirada de implorante a Elise. — Dígale, mi lady, que no cometa esta locura.
— No quiero oír la opinión de nadie — William respondió por su esposa, al terminar de prender el cinto de cuero en torno al kilt. El dolor que sentía era intenso , y casi se cayó si no era por el apoyo de Rupert.
— Esto no va a salir bien — Rupert protestó. — Es una locura, es un suicidio.
— Dame esa maldita muleta! — William gritó. — Sal para que pueda despedirme de mi esposa.
Rupert iba a discutir, pero una sola mirada de William lo hizo cambiar de idea. El salió protestando , dejando a la pareja a solas .


— Rupert tiene razón . Es una locura esperar que Baynard sea razonable.
William rengueó hasta la cama, apoyado la muleta. Por la mirada sombría que tenía, Elise supo que un plan estaba siendo elaborado en secreto. El se inclinó para ver el bebé, y permaneció mirándola durante un largo tiempo . A continuación se levantó con determinación .
— No estoy haciendo eso para cumplir con mi parte de nuestro contrato, Elise. Estoy haciendo esto para proteger mi hogar y mi familia. — Antes de partir, le dio un beso prolongado a su esposa.
— William, espera . — ella acomodó el bebé en la cama, se levantó y fue al encuentro de su marido. — Debería haberte dicho esto hace mucho tiempo, pero no sabía como hacerlo . — Necesitaba decir todo, y tenía que ser en ese momento . — El día que partiste para enfrentar a Baynard, las otras esposas se despidieron de sus maridos con un beso . Pero yo , como he hecho muchas veces, te lo negué . — Ella respiró profundamente .
— No es necesario ...
— No. Necesito terminar o nunca sabrás lo que realmente siento por vos. Debería haberte dado un beso delante de todos. Debería haberte susurrado al oído que estás en mi corazón y que sin vos no soy nadie . — Después de un largo suspiro, ella prosiguió : — Dijiste que mi hija es tuya. Bueno, yo quiero ser tuya, también. — Sólo entonces se acercó al escocés, y lo miró directamente a los ojos. — En cuerpo y alma.
William la tomó en sus brazos y enterró la cara en los cabellos sedosos, casi levantando a Elise del piso. Apretó a su esposa con fuerza contra su pecho, como si nunca más fuese soltarla. Permanecieron abrazados durante un buen tiempo, pues no era necesario decir una palabra mas .
William sólo pudo montar el caballo con la ayuda de Rupert y Garrick. El joven garañón lanzaba coces impacientemente mientras William sujetaba as riendas.
— Deberíamos ir con vos — Garrick dijo.
— No quiero que ningún hombre salga de la empalizada — ordenó William. — Si Baynard atacar, cierren los portones y no salgan .
— William — Rupert murmuró. — Mira cómo estás . Baynard va a ver lo que nosotros estamos viendo.
William miró irritado a su amigo de confianza .
— Dilo , qué estás viendo?
Rupert sabía por el tono del líder que no había logrado convencerlo de cambiar de idea.
Veo un hombre dispuesto a morir por una mujer.

Los primeros copos de nieve del invierno caían sobre los hombros de William mientras esperaba que el inmenso portón de la empalizada se abriese . Baynard montado sobre un caballo negro, tenía a Angus y a Titus a su derecha y su hijo a la izquierda.
— MacDarrin? — Baynard lo reconoció, intrigado. — Suponía que estabas muerto y bien enterrado.
William ignoró la provocación.
— Como puede ver, estoy vivo. Baynard parecía inquieto sobre la silla de montar.
— Deberías estar muerto, pero eso no importa. Morirás hoy. Voy a preguntarte esto solamente una vez. Qué hiciste con mi hija y mi esposa?
William frunció la frente .
— No sé de qué está hablando.
— Esa no es la respuesta correcta — Baynard gritó. William empuñó la espada.
— Tal vez no. Pero ahora es mi turno de preguntarle dónde está mi hermano.
— Robert MacDiarmid está aquí — Una voz femenina gritó, y tres caballos dejaron las sombras da bosque. Uno de los caballeros se bajó la capucha y largos cabellos oscuros se esparcieron sobre sus hombros.
— Catherine — Baynard jadeó . — Gracias a Dios , estás bien.
Catherine detuvo el caballo entre su marido y el enemigo, esperando que Mary y Robert se acercasen .
— Hice lo que era necesario antes que que destruyeses a vos mismo, Reginald.
— No sabes lo que estás diciendo — dijo el lord exasperadamente . — Entrega al prisionero, ahora mismo .
— No. Permanecí callada mientras vos conspirabas contra D'Auvergne. Pensabas solamente en la estructura de piedra y no en los seres que viven allí . Pero luego mataste a alguien que yo amaba y tomaste prisionero a su hermano. — Ella lanzó una mirada de asco a Angus y Titus. — Cuando te escuché hablando con estos traidores, planeando matar al hijo de MacDiarmid y a un bebé inocente, supe que no podría permitir que esto continuase. — La dama miró a su hijo. — Matthew, es tu deseo casarte con lady Elise?
— No, mi madre. Solamente haré eso para cumplir la voluntad de mi padre.
— Entonces reúne el ejército de tu padre y vuelve a casa. — Al ver que su hijo vacilaba, ella levantó el mentón y habló con altivez. — Ahora, Matthew, o saca tu espada y mata a este hombre inocente. — El muchacho giró el caballo en dirección a los soldados ingleses.
— Espera ! — Baynard gritó. — Nadie se marcha a menos que yo de la orden . Catherine sos una imbécil , no sabes lo que estás diciendo.
— Matthew, haz lo que te dije — Catherine no se dejó abatir y encaró a su marido con un aire de desafío mientras los soldados retrocedían para internarse en el bosque.
— Ahora nos has puesto a la merced de nuestro enemigo, Catherine — Baynard gritó, mirando a William.
— Y quién es este sujeto? — Catherine preguntó, siguiendo la mirada de su marido. — Robert es el lord de D'Auvergne ahora y está aquí para negociar la paz, Baynard.
— No, mujer. Robert no tiene ninguna autoridad en D'Auvergne, pues este hombre es William MacDarrin. Como puedes ver no murió.
Mary intentó contener a su madre, pero Catherine la eludió y desmontó , sin quitar sus ojos de William.
Libera a Robert, Mary. — La dama dijo mientras caminaba lentamente en dirección al hijo que no veía hacia años. — William? — ella preguntó. — Sos vos, hijo?

William se paralizó, intentando se recordar la imagen de esa cara de un pasado remoto que combinase con esa voz, pero no lo logró . La mujer se detuvo a unos pasos con lágrimas en los ojos mientras el caballo de William se movía inquietamente .
Agarre a su mujer — William le gritó a Baynard. — No quiero la sangre de ella sobre mi consciencia.

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