lunes, 6 de julio de 2009

EL ACUERDO - VERONICA SATTLER - EPILOGO

EPÍLOGO


Brett observaba a su hijo de 18 meses aproximarse a su hermana con pasos inciertos, entregándole una violetas que él mismo había arrancado y sonriéndole.
- Gracias, John - dijo Marileigh, con su dulce voz. - Voy a ayudarte a hacer un ramillete para mamá. Ella adora las violetas!
Brett sonrió y se volvió para mirar a su esposa. Ashleigh estaba sentada, serena y bella, a la sombra de un viejo nogal, cuyos ramas formaban una cortina que la protegían del sol. Había un grupo de niños alrededor de ella, oyendo atentamente la historia que ella les contaba.
Cuando sus ojos se encontraron, él sintió su corazón latir más rápidamente . La amaba con locura, pero no le importaba de compartirla con sus hijos y los ocho huérfaos que habían adoptado, en un proceso que había comenzado cuatro años antes, desde que habían tomado la decisión de seguir el ejemplo de María.

Habían sido cuatro años extraordinariamente felices, de una paz que nunca había soñado pudiera existir. Su esposa era un ser encantador, llena de entusiasmo, alegría y bondad. No sabría concebir una vida sin ella.
Sin querer, sus ojos buscaron el lago, que brillaba a la distancia. La antigua opresión volvió a dominarlo. Por qué había sido tan ciego? Oh, Dios, por qué no lo había anticipado ? Siempre había sabido que Margaret era peligrosa!
Todavía Lo horrorizaba pensar que casi no había llegado a tiempo. Cuando había alcanzado a Ashleigh, ella estaba inconsciente. La había llevado a nado hasta la orilla, hacia donde Christopher había arrastrado a un Finn lastimado. Había intentado reanimarla de todas las maneras posibles. Mientras tanto , el cochero del conde había logrado rescatar a Margaret de las aguas. Pero esa mujer perversa ya estaba muerta, llevando consigo toda su arrogancia y una deshonra aun mayor.
Uno por uno, Brett vio desarrollarse delante de sí los eventos de aquel día fatídico, cuando todo se había transformado en una verdadera pesadilla! El asombro, el horror, el llanto frenético de Elizabeth que gritaba sin parar: "Yo no sabía... yo no sabía..."
Volvió a ver a su madre, su rostro pálido, mientras volaba escaleras arriba, hacia el cuarto a donde habían llevado Ashleigh, todavía inconsciente pero viva. Ella había llegado a la villa demasiado tarde para impedir que Margaret ejecutase sus planes macabros. Había encontrado a Tom Blecker y al joven Jonathan drogados bajo el efecto del té. Desesperada, María no había visto otra alternativa mas que enviar a Finn al agua y ordenarle: "Ve a buscar a Ashleigh!"
Al llegar a Cloverhill Manor, estaba a punto de desmayarse. Sólo había encontrado fuerzas para hablarle de las cartas cuando había sabido que su nuera iba a salvarse. Entonces , con la ayuda de lady Jane, habían dilucidado la trama perversa urdida por Margaret.
Su tía abuela nunca había aceptado la idea que, siendo primogénita, tuviese que ceder sus derechos a su hermano sólo por el hecho de ser mujer. Sentía que era víctima de una injusticia y quería hacer valer su importancia instalando alguien de su propia descendencia en el ducado Ravensford Hall. Para eso, había cometido toda clase de crímenes. Afortunadamente para ella, había muerto . De lo contrario, seguramente habría terminado ajusticiada y ahorcada.
Jane Hastings era ahora una dama tranquila, satisfecha por desempeñar el papel de tía de Elizabeth, a quien María había tomado bajo su protección y había hecho casar con un riquísimo duque italiano. Pero, durante la investigación oficial , lady Jane había sorprendido a todos al revelar, bajo juramento, quien Andrew, atormentado por el remordimiento, le había confesado todo antes de morir.
Después de la muerte de su marido, lady Jane había escondido las cartas. Y solamente había roto su silencio de muchos años, en su ansia de proteger a Ashleigh, a quien quería mucho.
Posteriormente, el jefe de justicia del condado había ido a Ravensford Hall para investigar todos los acontecimientos que condujeron a la tragedia. Al revisar la casa, había descubierto el diario de Margaret, escondido en un compartimento secreto de su escritorio. El diario no solamente confirmaba las palabras de lord Andrew, sin que revelaba también otros crímenes cometidos por su tía en el pasado. Entre ellos, el incendio de la casa de los padres de Ashleigh.
Desequilibrada mentalmente, la mujer estaba dispuesta a enfrentar cualquier peligros con tal de alcanzar su objetivo. Y, cuando se había enterado - a través de un informante - de los viajes clandestinos de María, había resuelto eliminarla, temiendo que la ex vizcondesa raptase a Brett, quien era una pieza esencial para llevar adelante sus planes !
- Papé ! Papá !
La vocecita de Marileigh lo sacó de esos dolorosos recuerdos, trayéndolo de vuelta al presente. Su hija llegaba corriendo, acompañada de Brett, uno de los huérfanos que habían adoptado.
- Papá! - volvió a gritar ella. - Brett hizo un acuerdo conmigo .Me dijo que yo podría montar el pony de él si no me ensució el vestido mientras jugamos con Finn. Y lo conseguí ! Pero Brett ahora no quiere cumplir su promesa!
Brett miró al niño.
- Asumiste ese compromiso, hijo?
El pequeño Brett bajó la cabeza y murmuró :
- Si, señor.
- En ese caso tendrás que honrarlo. Pero anímate, porque esto podrá ser algo provechoso.
El duque se volvió y miró a Ashleigh con aire soñador.
- Cuando hacemos un acuerdo, puede suceder que terminemos recibiendo mucho más de lo que sería justo... un acuerdo bien hecho y honrado puede cambiarte la vida!



FIN

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