CAPITULO 34 -EPILOGO
Un instante de silencio reinó en el aposento antes que Killian encarase al irlandés para preguntar :
- Qué le dijiste a ella ?
Con los ojos azules brillando como dos gemas, O'Banyon no perdió tiempo en responder:
- Creo que no me vas a creer si te contase que ella me imploró para que fuésemos a conversar a solas en el establo.
- No - admitió Killian, sacudiendo la cabeza. - Igualmente podría castrarte por inventar eso.
- Y ella me dijo que me retorcería el cuello con sus propias manos si te hiciese algún mal. - Sentándose de vuelta en la poltrona, O'Banyon sonrió con ganas. - Has encontrado a una muchacha no sólo bonita ,sino muy buena también, escocés. Tal vez un poco sanguinaria para mi gusto, pero quiénes somos nosotros para tomar a mal un detalle como ese, verdad ?
Killian sintió su pecho llenarse de tanta alegría que tuvo que hacer fuerza para contener la emoción.
- Y Kendrick? - él preguntó.
- Ya me ocupé de ese asunto - respondió O'Banyon sin ceremonia. - No necesitas preocuparte por eso.
- "Me ocupé de ese asunto"? Qué diablos quieres decir con eso? Ya no estamos más en la Edad Media, O'Banyon. No puedes simplemente matar a alguien hoy en dia, por más que él se merezca ...
- Quise decir que hablé con él - el irlandés se corrigió. - Por el amor de Dios, hombre, ella te dejó más sensible que una damisela de quince años . Solamente te falta ponerte a llorar.
Ignorando el comentario, Killian quiso saber:
- Y qué le dijiste?
- Poca cosa. - O'Banyon se encogió de hombros. - sólo que, si él quisiese continuar con la cabeza pegada al cuello, sería una estupidez inmensa volver a aparecer pro Inglaterra.
- Lo lastimaste? - Killian se esforzaba por no dejar translucir cuan estaba decepcionado. Pero Fleurette se merecía un hombre piadoso y obediente de la leyes, y él sería eso . - Ningún hueso quebrado? Una uña rota? Un pelo desacomodado?
- Nada de eso. Pero oí decir que un extraño lobo estuvo persiguiendo a un tal Kendrick hasta que él se embarcó en el puerto con rumbo desconocido.
- Entonces él ya embarcó? - Esa vez Killian no contuvo una sonrisa satisfecha.
- Puedes creer que pagó el doble del precio por el pasaje?. No sé por qué tenía tanto apuro ...
- Y en cuanto a vos? Cuáles son tus planes?
Una chispa de esperanza brilló en los ojos del irlandés, pero pronto se apagó.
- Parece que no tengo mucha elección - dijo él, los hombros repentinamente caídos. - Debo permanecer cerca del Celta.
- Tu maldición todavía puede ser quebrada. - Killian pensaba en la sensación de tener la mano de Fleurette sobre su muslo.
- Al contrario de vos, no tengo la muerte de mi lord para vengar. En verdad, parece que fui arrastrado a este mundo por alguna especie de equívoco.
Killian espió por la ventana. Desde la cama donde se encontraba, podía ver la estatua. Los recuerdos sombríos amenazaban con retornar, pero entonces vio a Fleurette, junto a la escultura, con su vestido de flores amarillas, sus cabellos luminosos como la luz del sol. Y, mientras la admiraba, algo remoto como el tiempo se inflamó en su pecho . Entonces eso era el amor... Y quien podría imaginar que el mayor de los sentimientos viniese a encontrarlo después de todo por lo que había pasado?
Sin sacar los ojos de Fleur, él comentó con O'Banyon:
- Entonces sabías que el marido de ella era descendiente de mi lord?
- Si - confirmó el irlandés. - El único que quedaba del linaje de él. Fue la muerte de lord Glendowne lo que finalmente te permitió la dejar la inmovilidad de la estatua .
Fleurette se agachó para acariciar el perro que había huido de O'Banyon como el diablo huye de la cruz pero que ahora saltaba a los pies de ella.
- Al principio fue eso lo que imaginé - dijo Killian, casi para si mismo.
- Era esa la maldición - concordó O'Banyon. -Vos tendrías que vivir en las tinieblas, aprisionado en piedra, hasta que encontrases una manera de reparar la traición cometida contra tu lord soberano. Seguramente tu misión era vengar la muerte del último heredero de él, sin importar cuanto tiempo llevase.
- Mi lord era un perverso, por eso lanzó una maldición tan terrible. Pero ahora me pregunto... - él esperó que Fleurette tomase una rosa y le aspirase el perfume para concluir: - ... si no sería el amor verdadero el motivo de mi liberación?
- Cómo es eso?
Por más que intentase calmar la agitación en su pecho, Killian era incapaz de dominar tantas y tan intensas emociones. La felicidad que le embargaba a alma era mucho más fuerte que los esfuerzos que él hacía para contenerla dentro de si.
- El poder de las manos de ella es más fuerte que cualquier magia a la que el lord pudiese usar contra mí o contra cualquier persona.
- Crees fue ella quien te sacó del encierro de piedra ? -El irlandés parecía sorprendido.
- Yo sentía la presencia de Fleurette cuando todavía estaba aprisionado en la oscuridad. Sentía la fuerza de ella como el sol sobre mi rostro.
- Por Dios! - O'Banyon sacudió la cabeza en señal de reprobación. - No pensé vivir tanto para llegar al día en que oiría al Celta recitar poesía como un adolescente virgen.
Sin sacar los ojos de la ventana, Killian retrucó :
- Veremos como te vas a comportar cuando seas tocado por la felicidad, irlandés macaco .
El irlandés hizo una mueca ,sin embargo, cuando habló, su voz venía cargada de melancolía:
- No creo que vaya a caminar por ese camino, viejo camarada.
- No tienes como saberlo. - Killian se forzó a mirarlo . - Además, son muy pocas las cosas que podemos prever.
- Tal vez . Bien. .. - El irlandés se levantó. - Voy a dejarte bajo los cuidados y los cariños de ella.
Al verlo encaminarse hacia la puerta, Killian lo llamó :
- O'Banyon? - Y cuando él se dio vuelta , le dijo : - Seguramente hay mucho más de bueno en el mundo de lo que podríamos suponer.
- Quién sabe? - Y con eso y una sonrisa en los labios, el irlandés dejó el aposento.
Fleurette apareció poco después. Killian, quien era capaz de presentir la presencia de ella mucho antes de oírla aproximarse, giró el rostro hacia la puerta ya listo para verla en el umbral, una expresión contenta en su bella cara, la silueta delineada por la luz que venía del corredor. Fleur era linda como la primavera y, cuando le sonreía, su corazón se sentía joven y lleno de esperanza.
- Todo está bien ? - Fleur le preguntó.
- Ahora, si.
Con una mirada traviesa, ella entró y cerró la puerta. Al verla aproximarse a la cama, Killian sintió una oleada de lujuria recorrerlo de la cabeza a los pies.
- Estás cansado?
- No.
- No te sientes débil ?
En verdad Killian poco sabía sobre esa época, pero aún así presumía que existían, como en otras épocas, ciertas barreras morales que no deberían ser traspasadas.
- No quiero que hablen mal de vos, muchacha.
Fleurette se sentó en la cama. La cadera de ella se apoyó en su muslo, y el tenue obstáculo constituido por las mantas no hizo a menor diferencia, pues el ardor que él sentía en la carne era el misma que habría experimentado si estuviesen tocándose piel contra piel.
- Killian - ella colocó a mano sobre su pecho desnudo -, no quiero que te preocupes por lo que la sociedad vaya a decir de mí o de nosotros.
El levantó una ceja.
- Querido vos usas las faldas típicas de los escoceses...
El levantó la otra ceja.
- ...a veces hablas con palabras que parecen venidas de siglos atrás...
El arrugó la nariz.
- ...y prácticamente cargas con dos muertos. Siendo así, creo que ya dimos motivos de sobra para todo tipo de comentarios y chismes. No vamos a decir que nos hemos comportado como carmelitas descalzas ... - Fleurette pasó la punta de un dedo por el pecho de él hasta le alcanzar el cuello y el mentón
Killian tragó en seco.
- Además - prosiguió ella -, o mucho me equivoco, o ya estamos comprometidos hasta el último pelo del cabello.
- Yo no puedo pensar con claridad cuando vos...
- Tal vez no puedas pensar con claridad en este instante - Fleur usaba un tono de falsa inocencia mientras le acariciaba el pecho con la palma de la mano. - Pero es entendible, son los nervios típicos del novio, porque estamos a punto de casarnos.
- Si, bien. .. - Killian apretó los dientes para contener la pasión que le dejaba el cuerpo en brasas. - En ese caso, tal vez fuese más apropiado que esperásemos hasta la boda.
- Te parece? - ella le acarició un pezón.
- Muchacha. ..
- Si, mi amor? - Inclinándose, Fleurette pegó los labios a los de él para susurrar: -Siéntete libre para hablar.
- Ya es inapropiado que me hayas acomodado en tu casa sin tener una chaperona que se quede con nosotros . No quiero que las personas se enteren que estuviste a solas conmigo en un dormitorio... en la misma cama.
- Te prometo que no se lo voy a contar a nadie . - Ella le besó el borde de la boca.
- Muchacha. .. - Killian se daba cuenta que apenas lograba respirar. - Soy un caballero del reino. Cuando tomo una decisión, tengo que ser fiel a ella hasta el final.
- Oh, si, y yo no me atrevería a no respetarla. A menos que hubiese un excelente motivo para hacerlo. - La mano de Fleurette se deslizó hasta desaparecer debajo de las mantas . - Y este me parece un excelente motivo.
Sus ojos se encontraron.
- No te merezco , muchacha. ..
Fleurette sonrió, y el sol, luminoso como una promesa, continuó derramándose por el jardín debajo de la ventana, calentando al Celta que todo observaba con su mirada insondable.
- Por lo contrario, escocés - le susurró Fleurette, rozando los labios con los de él. - No se te ocurrió pensar que e puedo ser exactamente lo que te mereces?
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario