lunes, 1 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 13 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 13


Bonnie, muy satisfecha con el resultado de la reunión, fue hasta la estación y sobornó al empleado de telégrafo para obtener una copia del telegrama de Cash. Lo leyó con atención y envió uno propio, antes de ir a la casa de la presidente de la sede local de las Damas de la Estrella Solitaria, una profesora solterona, dueña de cuatro gatos.
A la mañana siguiente, Cash tomó su café en un bar , ya que la taberna de la noche anterior no podía abrir las puertas debido a una pelea que había habido. Los nudillos de sus dedos estaban lastimados, pero se había divertido mucho. No había nada mejor que una buena pelea, en la opinión de un texano, a pesar de que, ahora, estaban intentando actuar civilizadamente en relación a una simple y deportiva pelea de boxeo .
Encendió un cigarro y fue a verificar si había alguna respuesta a su telegrama. Nada todavía. Jugó la póker durante toda la tarde y recién a la hora de la cena le trajeron la respuesta del presidente mexicano.

Apreciado señor McCalley. Informo prohibición de pelea en sede de Juárez. México es demasiado civilizado para semejante barbarie.
- Pero, qué mierda es esto? - Cash se preguntó , indignado. - En Juárez hay corridas de toros ! Derraman la sangre de toros y toreros todas las semanas, y el presidente llama a mi pelea de boxeo salvaje? - Continuó leyendo el resto del mensaje:
Señor, lamento no poder cooperar, pero le compro caballos de raza a un hacendado de Texas que me asegura que peleas de boxeo no son buen negocio. Atentamente, Presidente Díaz.
Cash arrugó el papel con furia. Cagones. Entonces, ese hacendado texano estaba muerto de miedo por su esposa, quien , sin duda, era una de las Damas, y había presionado al presidente de México. Bonnie Purdy
tenía que estar detrás de eso. Si pudiese, la arrojaría a una arena, justo debajo de las pezuñas de un toro rabioso.
Pensó en su situación: los boxeadores estaban llegando, su falta de dinero en efectivo , la falta de sede y el problema de encontrar patrocinadores ... Debía volver a Dallas y pensar en otra salida.

Encontró a Bonnie en el tren en el viaje de vuelta.
- No me digas ni una palabra!
Lograron evitarse durante todo el viaje, pero estaban lado a lado en el momento de la llegada.
Bonnie se inclinó en la ventanilla y vio Herbert en la estación, pareciendo ansioso. La sensual Fifi LaFemme,. Con un vestido rojo muy apretado, también se encontraba allí.
- Esto va a ser muy interesante - ella murmuró.
- De qué estás hablando? - él preguntó , pero ella sólo se encogió de hombros .
Los frenos chillaron, el tren se detuvo y el maletero comenzó a retirar los equipajes. Bonnie bajó delante de Cash. Herbert corrió a su encuentro.
- Querida, estuve tan preocupado!
- Soy una mujer adulta, Herbert. Puedo cuidarme sola.
- Bill me informó que no habías llegado a Shot Gun. Qué fuiste a hacer a El Paso? - preguntó enojado.
- Límpiate la nariz, te gotea, Herbert. No deberías haber preocupado a Bill. Tuve que ir al El Paso para evitar la pelea.
- YA ENTIENDO! - él exclamó de manera descontrolada al mirar detrás de ella. - Ya entiendo !
- Qué pasa ? - Bonnie se dio vuelta y vio a Cash, quien la saludaba , guiñando el ojo.
- Disfruté mucho de nuestro viaje - él habló arrastrando las palabras.
- Ya entiendo ! - Herbert dijo una vez más .
- Basta de decir eso, Herbert. Sabes muy bien que detesto a ese hombre.
- ?l no parece detestarte por la manera en que te mira.
- Entonces, vas a pelear con el señor McCalley en defensa de mi honor? - Bonnie preguntó , acordándose de las palabras de Cash.
- Pelear con él? Sabes bien que no soy de esa clase de hombre. Que te pasa , Bonnie? Ahora promueves la violencia?
Cash oyó la conversación , sonrió y le guiñó el ojo de nuevo. Ella sería podría matarlo!
En ese momento, Fifi consiguió alcanzarlos.
- Te vi con esa mojigata en el tren ! Me dijiste que ibas solo!
- Fifi, fui solo. - Cash intentó calmarla.
- No soy boba, ella estaba en el tren esperándote . Bonnie intercedió :
- Señorita LaFemme, estoy ofendida porque piense que yo podría manchar mi reputación con un tipo degradante como el señor McCalley!
- Degradante , yo ? - Cash preguntó .
Herbert parecía temblar ante la figura alta y fuerte de McCalley.
- Bonnie, vamos a irnos de aquí antes que suceda algún escándalo.
Fifi continuó gritando:
- Asqueroso , crees que vas a poder estar conmigo después de haberte acostado con esa? Estás muy equivocado!
- El no estaba conmigo - Bonnie la enfrentó. - Y te pido que refrenas esa lengua sucia , o te vas arrepentir.
- Bonnie, retirémonos - Herbert pidió otra vez.
- No soy yo quien está creando el escándalo , Herbert. Señorita LaFemme, si yo fuese a manchar mi reputación, ciertamente no sería con un jugador compulsivo y un borracho .
- No soy un jugador, soy un empresario del juego. No soy borracho, sólo bebo en ocasiones sociales - Cash protestó.
- Me da lo mismo - Bonnie declaró.
- Ustedes dos no me engañan... ya entendí lo que está sucediendo aquí! - Fifi se dio vuelta y se apartó con pasos largos y la nariz empinada.
- Fifi! - Cash gritó. - Estás equivocada. No estoy tan desesperado como para . .. - Pero Fifi continuó caminando. - Viste lo que hiciste ? - él se dirigió a Bonnie.
- Bien hecho está . - El tono de ella era arrogante. - Si no vos tuvieses fama de mujeriego, ella no pensaría de esa forma. Herbert, toma mi maleta y vamos al hotel.
- Hotel? Pensé que te volvías a tu casa!
- Y desistir ahora? Ni pensarlo.
- A la mierda con mis esperanzas... - Cash suspiró.
- No le hable así a mi prometida - dijo Herbert enderezando sus hombros delgados.
- Cállate la boca y ve a vender comida de gallinas!
- Bonnie, lo oíste ? Se burla de...
- Basta con esto, Herbert, sino él te va a transformar en un felpudo para el piso . Vamos al hotel. - Ella se dio vuelta y empezó a caminar.
Cash observó a Bonnie, menuda, pero altiva, seguida por el ridículo vendedor de alimentos de gallinas . Ella podría conseguirse cosa mejor, pero , en cierta forma, ellos dos se merecían.


Bonnie se instaló en el hotel , pidiendo el mismo cuarto de antes, a pesar de temer que Cash estuviese detrás de ella y descubriese su plan. Pero él no fue al hotel. Seguramente había seguido a Fifi hasta la taberna y , en ese momento , estaría bebiendo, jugando y Dios sabe que más,.
Tembló de indignación ante tanta falta de dignidad y decoro. Ah, ya iba a llegar su momento de reírse de McCalley, él no debía tener ni idea de lo que le esperaba.
A pesar de las insistencias de Herbert, Bonnie consiguió librarse de él y cenar a solas. Después, fue a la estación a alimentar al gato, que parecía estar esperándola .
- No me olvidé de vos, pequeño Tom. Por qué no me dejas amansarte? No puedo quedarme en Dallas para siempre.
Aún con todos los esfuerzos , el gato no se dejó agarrar, manteniendo distancia. Desistiendo, Bonnie fue hasta el telégrafo.
- Alguna novedad en relación al señor McCalley? - preguntó ya abriendo la cartera.
El muchacho tomó la moneda y respondió :
- Ya iba a mandar este mensaje para él. - Le extendió el papel .
Pugilistas llegando mañana temprano. Avisa a periodistas. Sede lista?

- Muy bien , puedes entregárselo ahora. - Bonnie le devolvió el telegrama al muchacho.
Entonces ellos no sabían que todavía no había un lugar definido para la disputa. El titular del día siguiente seguramente hablaría de la llegada de los boxeadores y la estación estaría llena. Sería mejor avisarle a su gente también . Mal podía esperar para ver a sorpresa de McCalley.

El día amaneció muy agradable y Cash estaba de muy buen humor. En el restaurante del hotel no había ninguna señal de la señora Purdy y tenía la esperanza de que ella hubiese desistido y hubiese vuelto a su casa, visto que ya no tenía el apoyo de las mujeres de la conferencia.
Se dirigió a la estación para encontrarse con los boxeadores y allá vio una aglomeración de hombres. Cuando se apeó , fue abordado por periodistas .
- Escriban que hoy es un grande día para el Estado de Texas. Una pelea de pesos pesados nos colocará, finalmente, en el mapa.
- Cash, y las mujeres que se oponen a la pelea? - Uno de ellos preguntó .
- Mujeres de buena intención, pero no sabían lo que decían. Deben volver a sus tareas y dejar de meterse en asuntos de hombres. Además, la conferencia ya se acabó y ellas se marcharon.
- También la señora Purdy?
- No sé nada de ella. Entiendo que ya habrá vuelto a la biblioteca. Pero ella no tiene la menor influencia en esta pelea . No podría molestarme mas que una mosca.
Los hombres se rieron y los periodistas anotaron todo. La multitud se aglomeraba cada vez más. El alcalde llegó trayendo una banda y ya estaba con el discurso listo para la llegada de los pugilistas.
Al mismo tiempo que se oía el silbido del tren que llegaba, parecía que, como fondo, se escuchaba un leve cántico. El sonido desafinado se aproximaba, entonces Cash se dio vuelta para ver de que se trataba.
- Me cago en las damas de la estrella !
Cómo había podido ser tan ingenuo al punto de pensar que ella habría desistido? Una vez más leyó el cartel , EL PECADO DEBE SER EXPULSADO, en las manos de mujeres y religiosos y oyó el himno Marchamos a Sión .
Los hombres se dieron vuelta , pasmados, mientras la banda musical del alcalde intentaba tocar más fuerte.
- Cash, no dijiste que la oposición se había acabado? - preguntó uno de los periodistas .
- Creo que las subestimé. Rápido, alcalde , pídale a la banda que toque algo más fuerte. Una marcha militar.
Pero la banda de la oposición era mas grande y ahogó el sonido de ellos. Los periodistas pronto abandonaron a Cash y fueron a unirse a Bonnie.
Qué ganas de ahorcar a esa mujer!
La plataforma era un completo caos: dos bandas tocando piezas musicales diferentes, dos grupos de personas opuestos en sus opiniones y un grupo de periodistas yendo y viniendo, garrapiñando declaraciones de los dos grupos.
El tren se detuvo y el equipaje comenzó a ser descargado.
Las dos bandas vacilaron y las personas fueron apartándose en un tumulto, cuando un león asomó la cabeza fuera del vagón y rugió.

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