jueves, 18 de marzo de 2010

TREINTA DIAS - CAPITULO 3 - MELISSA MAYHUE

CAPITULO 3



Cate se puso de pie y fue hacia la cocina. Había una botella de algún tipo de alcohol que nunca había abierto en la alacena sobre el refrigerador. Su hermano Cody se la había dado cuando había cumplido veintiún años, advirtiéndole que tuviese cuidado con el contenido . Ahora se merecía una celebración. Había declarado su libertad.
"'Un adarme buidheach, ' " ella leyó en voz alta, en la etiqueta de la botella. "'Una bebida que satisface.' Exactamente lo que necesitaba. Un poco de satisfacción. 'Un Producto de Escocia.'"
Había querido visitar Escocia desde las clases que había tomado en la universidad sobre Historia Medieval. Un país con un pasado tan trágico y turbulento, y sin embargo tan romántico. Había amado esas clases, sumergiéndose en los hechos históricos y las costumbres de ese pueblo .
Cate sacudió la cabeza con disgusto, recordando que incluso había sugerido Escocia para la luna de miel, pero Richard estaba obstinado con Belice, a donde el socio mayor de la firma de abogados le gustaba vacacionar.
Bien, ese ya no era un problema .
Después de luchar para abrir la botella polvorienta, se sirvió algo del líquido ambarino en una copa y volvió
al dormitorio, llevando la botella con ella.
"Es hora de poner algunas cosas en orden aquí dentro."
Tomó un sorbo rápido del Whisky escocés y
jadeó por aire, tosiendo. Cody había tenido razón .
Debería tener cuidado con esa bebida.
Primero fue al armario y, subiéndose a un cajón de madera volcada, sacó una caja vieja atada con una cinta verde esmeralda. Cuidadosamente colocó la caja sobre la cama y desató la cinta, sacando un antiguo vestido de encaje color marfil. Su abuela lo había traído usado cuando se había casado con su abuelo. Su madre la había usado en su boda . Y pensándolo , ella casi había perdido la oportunidad de usarlo ella misma.
Nunca más. Nunca más sacrificaría sus sueños. Nunca más aceptaría nada a menos que fuese el amor verdadero . Y acababa como una de esas mujeres para quienes no había un amor verdadero? Pues bien, que así sea. Estar sin un hombre sería mejor que estar con el hombre equivocado por las razones equivocadas.
Caminó determinadamente al armario y sacó una bolsa enorme de tela , abriendo su cremallera y volcó su contenido blancos en el piso al lado del balde de basura.
"Sin duda, el más horrendo vestido de novia que jamas haya visto , a pesar de lo que Richard piensa." Había costado muy caro, y había esperado tres meses para que el diseñador le diese una entrevista . Y qué diablos importaba que le hubiese costado una pequeña fortuna? Había sido su dinero. Podía hacer lo que quería con ese espantoso vestido blanco.
Sin duda que alguna organización de beneficencia la llamaría en unas semanas. Siempre pedían ropas para vender en sus ferias . Esta vez podría darles algo que nunca había sido usado.
Se felicitó a sí misma por otra buena decisión mientras tomaba otro sorbo del whisky escocés . Le quemó la garganta.
Después sacó una pila de ropa de los estantes , cosas que había comprado para la boda y la luna de miel. Dejó caer la toalla en la que estaba envuelta y se puso un conjunto de sostén y de bragas de encaje de blanco. Admiró su imagen en el espejo por un momento. Ese no era realmente su estilo, nada práctico como normalmente prefería usar , pero era tan bello que lo conservaría.
Una buena chica se merecía algunas lindas extravagancias. Otro sorbo de whisky para afirmar la decisión.

Quitándose la toalla que cubría cabello húmedo, Cate agarró la cinta atada la caja del traje de novia de su abuela y se ató los rizos castaños rojizos en una cola de caballo. Luego ella se puso el pijama color esmeralda . Era bastante erótico . Pantalón de cintura baja, y la parte superior era una camisola abierta hasta la cintura.
Un sorbo más de whisky . Bajó sin quemarle esta vez.
Cate se volvió hacia el tocador y buscó en su halajero , escogiendo los pendientes de oro y diamantes que su padre la había dado el día de la graduación de la universidad.
Normalmente nunca llevaba puesto nada de joyas excepto unos simples aros de plata, pero los diamantes serían apropiados para una boda. Si hubiese una boda. Y no iba a haber boda. Cate tuvo dificultad para ponerse los aros. Parecía perder el sentido de equilibrio cuando inclinaba la cabeza.
Observó el anillo de esmeraldas apoyado sobre el tocador y la colocó en su mano derecha. Había sido un regalo de cumpleaños de su abuela. Tomó un pequeño sorbo más y se detuvo para rellenar la copa.
Después trató de alcanzar una bata de seda que hacía juego con el pijama, pero se detuvo cuando sus ojos se fijaron en la bolsa que había lanzado sobre la cama cuando había llegado a su casa. Contenía su pequeño tesoro, el pendiente que había encontrado en la tienda de antigüedades ese día

Había ido a visitar a Richard.
No , no iba a pensar en esa escena otra vez.
En vez de eso se probaría la gargantilla para ver le quedaba tan bien como se veía sobre la tela del terciopelo en la tienda.
Cate sacó la gargantilla y la admiró mientras la luz se reflejaba en la esmeralda multifacética.
Era obvio que no podía ser una esmeralda verdadera.
Nadie vendía una esmeralda verdadera por diez dólares. Sin embargo , el oro del engarce y la cadena parecía antigua. Era tan bello que constituía la mejor ganga que jamas hubiese encontrado. Era lo perfecta para ser " algo viejo " para usar el día de su boda. Si hubiese una boda. Cosa que ahora, por supuesto, no iba a haber . Con alguna dificultad, Cate sujetó la cadena alrededor de su cuello, y estudió su imagen en el espejo.
"Nada mal."
El pendiente se sentía increíblemente caliente contra su piel, causándole una sensación de hormigueo que se esparció por el cuello y los hombros. ¿O era el whisky ?
Tiró de la cinta del cabello, dejándolo caer naturalmente , y levantó la copa en un brindis su imagen .
"Por vos Richard. Que casi … " Ella se interrumpió de repente cuando advirtió un extraño brillo verde detrás de ella reflejándose en el espejo.
" Qué diablos ...?"



Cate empezó a ver una gran esfera de luz del verde esmeralda formándose en el medio de su dormitorio, una esfera que pulsaba y crecía. Pero lo que más la sobresaltó fue el hombre que gradualmente se materializó en medio de la esfera : él era increíble.
O tal vez ella estaba completamente borracha.
O realmente estaba teniendo un brote psicótico como había considerado más temprano. Los borrachos tenían episodios psicóticos con alucinaciones ... pero alucinaciones de hombres increíblemente guapos apareciendo en su dormitorio ?
"Oh Mi Dios. ¿Qué me pasa … quién es … cómo entraste aquí?" Cate preguntó , lanzado con un golpe la copa llena al tocador y colocando una silla delante de ella. Una silla tan pequeña que jamas detendría a alguien de ese tamaño, pero en cierta forma la hacía sentirse mejor.
Él se enderezó, haciendo una pausa por un momento, para quedarse mirándola fijamente antes de hablar. "Soy Connor MacKiernan. He viajado en el tiempo para buscar su asistencia, mi lady . Sólo vos me puedes ayudar."

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