miércoles, 24 de marzo de 2010

TREINTA DIAS - CAPITULO 12 - MELISSA MAYHUE

CAPÍTULO 12


La ansiedad carcomía a Cate. Había estado vestida y preparada hacia mas de media hora , esperando para bajar a la celebración del compromiso matrimonial. En este punto, casi deseaba que haber aceptado ir con Mairi al solar de Anabella para esperar a Connor, pero la idea de enfrentar a esa mujer sin Connor a su lado era mas de lo que podía soportar. Pero esa espera era casi tan mala.
Nerviosamente acomodando su cabello, se preguntó por milésima vez si ella no había cometido un gran error. Rosalyn y Mairi habían querido trenzar y levantar su cabello. Ella se había rehusado, les había contestado no iba a asistir a su primera fiesta medieval peinada como una campesina holandesa . Realmente necesitaba controlar lo que salía de su boca.
Cate eligió en vez de dejar su cabello suelto, hacerse dos torzadas a los costados y atarlas con la pequeña tira de tela que había usado desde el primer día que había llegado aquí.
La discusión por el peinado había sido bastante fea, pero la idea de ponerse ese sombrero una cinta tonta atada en el mentón había sido el colmo . De cualquier manera, como ella supuestamente provenía de una tierra extranjera, más extranjera de lo que todos se imaginaban, iban a tener que aceptar que sus costumbres eran diferentes.
Lo que daría por tener un espejo. La camisa de lino pegada a su piel se sentía muy extraña. Por esa prenda ella finalmente había aceptado privarse del uso del sostén, una prenda que tenía fascinada a la curiosa Mairi.
Otra vez, Cate pasó ansiosamente las manos por el frente del vestido , sintiendo los patrones bordados en la pechera. Cate intentó decirse que no era la opinión de Connor sobre ella lo que la preocupaba, sino lo que las personas que había conocido anoche podían pensar. Pero en lo más profundo de su corazón no se creía ese argumento. Quería estar linda para él.
"Cate sos tan estúpida. Él es simplemente un hombre."

Era como todos los hombres, interesado solamente en lo que podía hacer por él. En su caso, la única preocupación era desposarla para salvar a su hermana. Sin duda era una causa noble pero era una causa absolutamente suya. Cate, no significas nada ; sos completamente reemplazable. Su papel podía ser hecho por cualquier mujer del mundo. Bien , no cualquier mujer , sino alguna que no hubiese estado viva siete años atrás cuando Connor había tenido la rabieta.
Perdida en sus pensamientos , Cate se apresuró a contestar el golpe que sonó en la puerta. Por última vez se alisó el vestido y el cabello antes de contestar la puerta . Cuando lo hizo, lo que vio parado allí izquierda la dejó muda.
"Buenas tardes ." Connor bajó su cabeza en una reverencia cortés y se enderezó , simplemente observándola .

Él estaba magnifico ; Cate no podía pensar en ninguna otra descripción. Su cabello caía suavemente a los costados de su cara, enfatizando sus facciones fuertes y sus ojos fascinantes. Llevaba puesta una camisa de lino y sobre ella un plaid, , pero obviamente era un plaid más nuevo , con colores más vibrantes.
Un broche con una gran esmeralda mantenía el plaid sujeto en su hombro.
Sus ojos se deslizaron hacia sus piernas musculosas, cubiertas por un vello oscuro por encima de las botas suaves del cuero que llevaba puestas. Inesperadamente, la típica pregunta sobre lo que un escocés usaba debajo de la falda escocesa vino a su mente.
Él aclaró su garganta y le sonrío como si le leyese los pensamientos.
Un rubor bochornoso subió por su cuello y su cara, acompañado por una necesidad abrumadora de decir algo, cualquier cosa, para llenar el silencio.
"Espero que no te molestase a venir a mi cuarto para buscarme. Digo, supongo que no es correcto que estés en mi dormitorio. Tu hermana me ofreció ir al solar de su tía, pero no me gustó esa ideas, por tu tía."
Mantener la boca cerrada para cortar el flujo de balbuceos nervioso le llevó un esfuerzo y Cate se ordenó impedir que sus manos alisasen la falda una y otra vez.
"¿ He estado en el dormitorio antes, recuerdas?" Su media sonrisa volvió otra vez, lo que hizo que su corazón se sobresaltase . "No sabía que Rosalyn tenía un solar aquí. Pensaba que solamente tenía un pequeño cuarto." Él inclinó su cabeza y la miró inquisitivamente, arqueando una ceja.
"No, me refería a el solar de tu tía Anabella ."
Sus ojos se endurecieron inmediatamente, y su todo el cuerpo se puso rígido . "Esa mujer no mi tía.
Es la esposa de mi tío, nada más."
Él dejó pasar el tema. El estaba muy enojado, era evidente.
Estupefacta , incapaz de adivinar qué lo había puesto tan mal tan rápidamente, Cate sólo pudo pensar en una escapatoria . "Bien, supongo que deberíamos bajar . Ya estoy lista, " ella dijo, ansiosa por partir.
"No, no estás lista aún." Él sacudió la cabeza y pasó a su lado rozándola. Entró al cuarto mientras ella miraba a su alrededor desorientada.
Debía ser el cabello. Debería haber escuchado a Rosalyn.
"Ah, ya está." Él atravesó el cuarto, deteniéndose en la mesa al lado de su cama donde él tomó el colgante que lo había guiado hasta ella. "No estás luciendo el regalo de compromiso ."
Él caminó para pararse detrás de ella y suavemente levantó el cabello para colocarle la gargantilla.
"Ahora estás lista." Él bajó sus manos hacia los hombros desnudos, apoyándolas allí.
Su cuerpo respondió con gran sensibilidad. Podía sentir el peso de sus manos sobre los hombros y el roce de su aliento en lo alto de la cabeza . Incluso el metal de la gargantilla se sentía increíblemente caliente donde tocaba su piel.
Connor deslizó una mano para tocar la piedra de esmeralda anidada sobre sus pechos.
La respiración de Cate quedó atrapada en su garganta.
La mano permaneció allí por un momento antes que él hablase. "Esto va a servir para que todos esta noche sepan quién sos ." Su voz era baja y ronca.
"¿Y quién soy?" Cate no podía creer que estuviese jadeando tanto.
Sus ojos brillaron peligrosamente cuando él se movió a su lado. "La prometida de Connor MacKiernan."
Él tocó el broche que llevaba sobre su corazón y Cate se dio cuenta que hacía juego con la piedra de la gargantilla.
Agradecidamente ella tomó el brazo que él extendía, dejándolo escoltarla hasta el gran salón . Había habido un momento en el que ella había pensado que Connor podría besarla otra vez, pero ese momento había pasado.
Sus dedos subieron para tocar el colgante en su cuello. Un regalo de compromiso matrimonial, él lo había llamado.
En la Escocia del siglo XIII no había una tienda de antigüedades donde él accidentalmente podría haber encontrado el conjunto de broche y gargantilla . Esas joyas habían estado hecha por encargue especial. Cate sospechaba que la gargantilla y el broche tenían una larga historia.
Lanzando una mirada al perfil del hombre que caminaba con ella, Cate se preguntó si algún día Connor podría compartir esa historia con ella, especialmente ahora que se sentía formando parte de esa historia.


La música había estado sonando por horas, le pareció a Cate, mientras los criados traían plato tras plato de comida, muchos de los cuales ella no podía identificar. Alguna de eso era aun medianamente sabrosa. Su única queja real respecto a la comida medieval se centraba en la bebida. Por lo que había visto , esa gente bebía alcohol con cada comida desde el momento en que se despertaban hasta que se iban a dormir . Hasta ahora, Cate había logrado que le trajesen agua con las comidas, aunque todos la miraban como si estuviese loca .
Pero esa noche , todos los criados estaban ocupados sirviendo la comida, y Cate eligió beber cerveza y vino con especias . Probó un poco del vino especiado , pero tenía un sabor muy amargo , y aunque la ayudaba a apagar la sed, no le caía bien a su estómago nervioso. Y tampoco la refrescó. Más que nada, se sentía muy acalorada. Con todas esas persona y el gran fuego en la chimenea , hacía mucho calor en el gran salón , y el bello vestido de lana, el cual le había parecido perfecto en el cuarto, ahora lo sentía extremadamente incómodo. Sentía gotas de sudor lentamente rodando por su espalda y un dolor de cabeza comenzando a formarse.
Cate estaba sentada en la mesa principal sobre el tarima esa noche, Connor estaba a su izquierda y Rosalyn , a su derecho.
Artair y Anabella, a quienes - por suerte - habían logrado eludir hasta ahora , estaban en el extremo más lejano de la mesa. Las largas mesas estaban que ocupaban el salón, se rebozaban con personas risueñas y charlatanas . Cate asumió que ellos debían vivir en los alrededores del castillo. Duncan había estado en una de esas mesas cuando ellos habían entrado.

La gente circulaba de mesa en mesa , hablando animadamente entre plato y plato . Cate notó las miradas curiosas dirigidas a ella y supo que muchas de las conversaciones sin duda se centraban en ella.
Cate sintió una decepción irracional porque Connor no le había hablado desde que se habían sentado. De hecho, era como si ella no estuviese en pareja en esa fiesta . Y lo que más la confundía era que él se había mostrado muy atento cuando había ido a su cuarto a buscarla. Esa amabilidad se había acabado ene el momento en que habían entrado a
el salón.
No debería importarle en lo más mínimo. Pero le importaba. Y peor aún, no estaba segura si ella estaba más molesta por su falta de atención o por su propia respuesta ante ese vacío .
En este momento, Connor se encontraba charlando con el joven sentado a su izquierda, quién Rosalyn le había dicho era su primo Lyall. Rosalyn se había levantado de la mesa y había bajado de la tarima, y ahora hablaba con Duncan, su mano estaba apoyada sobre el antebrazo masculino . Ni siquiera Mairi estaba a la vista .
El vestido de Cate era muy caluroso , quería tomar agua y se sentía abandonada. Todos esos desconocidos estaban estudiándola y hablando de ella. En alguna pequeña parte , todavía lógica de su cerebro, Cate reconoció que ella misma se estaba empujando a un estado emocional negativo . Pero no tenía explicación los sentimientos intensos que la dominaban , y parecía no poder hacer nada para detenerlos. Esto era atípico en ella . Tenía que calmarse. Pero apenas podía aspirar en ese lugar .
Se acordó de un gran balcón fuera de ese salón , lo había conocido en la excursión guiada por Connor, y quería ir allí en ese mismo momento . Sabiendo que nadie la extrañaría si se escapase para tomar aire fresco , silenciosamente se levantó y logró llegar hasta la salida lateral.
Caminó hasta el extremo del balcón y se apoyó sobre la baranda , respirando profundamente para serenarse . Podía oler la vegetación del bosque , apenas visible a la débil luz de las antorchas. Todavía podía oír la música que venía de adentro, aquí se sentía fresca y tranquila. Era exactamente lo que estaba necesitando .
Cate solamente había comenzado a relajarse cuando sintió una mano en su cintura.

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