domingo, 7 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 22 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 22


Cash montó su caballo y fue al campo de entrenamiento . Fitzsimmons lo vio y salió del ring. El león bostezó y se acostó cerca de ellos.
- Qué sucedió en Austin?
- No sé todavía. - Cash miró a su alrededor ; no había nadie más . - La gente están perdiendo el interés?
- Estás demorando demasiado - el irlandés respondió , quitándose los guantes. - La gente comienza a pensar que la señora Purdy te está derrotando .
- Yo voy a ganar, ya verás - Cash respondió , molesto.
- Es mejor resolver esto pronto . No puedo continuar entrenando sin dinero. Y tampoco Corbett.
- Voy a ver lo que puedo hacer. Tal vez no sea en Texas, pero tienes mi palabra de que esa pelea se va a realizar .
- Todavía tienes mi confianza, pero no sé qué piensan los otros.
- Tengo muchas ideas - Cash afirmó y salió del granero. Nero bostezó y cerró los ojos; no era más que un gatito muy manso.
Gato! Eso lo hizo acordarse de John L. Dejó el campo de entrenamiento y fue a la estación, donde el muchacho le informó que Bonnie ya había alimentado al gato.
- Pero él es mío. - Cash parecía molesto.


- Tal vez, pero es necesario que sepa que el gato se está acercando mucho a ella ahora.
- John L. No es un gato de damas . Qué atrevimiento el de la señora Purdy!
- Ella me dijo que quiere llevarlo a su casa.
- No le creas a esa mujer . John L. es un gato salvaje y no será domesticado.
- Bien ... bien, te llegó un telegrama.
- Y ahora qué mierda pasa ? - Cash le arrancó el telegrama de las manos del muchacho. Era de Josh Farraday.
Estimado Cash. Siento comunicar que los diputados se reunieron hoy en sesión especial. Presionados, ellos decidieron que la pelea de boxeo no puede ser realizada en ningún lugar de Texas. Intentaré hablar con el presidente. Josh Farraday
- La puta que los parió a todos ! - Cash arrugó el papel con violencia y lo arrojó al suelo .
- Malas noticias? - el muchacho preguntó .
- Wilbur, esa viuda puritana me pasó por encima de nuevo! No sé qué mierda hace falta para que ella desista y se vuelva a su casa. Ahora necesito intentar conseguir el patrocinio de los comerciantes de aquí. - él se dio vuelta y continuó maldiciendo.
Después que Cash salió, Wilbur dio la vuelta al mostrador, tomó y el telegrama arrugado y lo alisó. Le llevaría el mensaje a la señora Purdy, quien era muy generosa y le daría una moneda por esa información. La mujer podía ser una puritana, pero Cash tenía razón en un punto: ella era muy astuta y podía pasar por encima de cualquiera.

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