jueves, 11 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 27 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 27


Bonnie se bañó e intentó descansar, pero sólo lograba mirar el techo y recordar el tórrido encuentro. Cómo podría encarar a sus compañeras esa noche, durante las plegarias?
Más tarde, se arregló el cabello, se puso un sencillo vestido , tomó la sombrilla y bajó para encontrarlas. Era difícil concentrarse en lo que decían, e trató de evitar la mirada del reverendo, temerosa de que él pudiese leer en sus ojos lo que había sucedido por la mañana.
Pero una cosa era cierta, Cash McCalley se había ganado una enemiga mortal con su tentativa de seducción , y lo vería en el infierno antes que permitir que él se aprovechase de ella .
Bonnie no logró dormir bien, soñó con Cash y los momentos de pasión compartidos. Se despertó bañada en sudor y jadeante. El le había despertado sensaciones hasta entonces desconocidas. Se imaginó como sería compartir la cama con Herbert y se estremeció de disgusto. Su cuerpo ansiaba un cuerpo moreno y musculoso , que supiese tocarla como se toca un violín , con delicadeza, pero con destreza. Maldito Cash!
Se vengaría, acabaría con él en cada oportunidad que se presentase . Antes se trataba de una cuestión de principios, ahora era pura furia porque él había encendido una llama dormida, por haberla hecho comportarse como una prostituta . Sin duda, ahora él estaba en alguna taberna riéndose con otros hombres, fanfarroneando sobre su última conquista.
Bonnie sólo logró dormir cuando el sol ya surgía en el horizonte.



Viendo a Bonnie partir, Cash se sintió confundido y preocupado. Era su intención seducirla, pero jamás había sentido tanto deseo como esa vez . La quería de tal forma que llegaba a ser peligroso, pues la viudita sólo le traería problemas. Debía olvidarse de ella y concentrarse en lo que de hecho le importaba.
Después que Bonnie partió al galope, él había continuado cabalgando para rmeditar . Todo lo que poseía estaba invertido en ese negocio que ella, tan desesperadamente, quería destruir.

- Debo hacer lo que sea necesario para vencer - Cash se juró . - No puedo permitir que Bonnie Purdy me lleve a la ruina.

Al día siguiente, se dio cuenta que Bonnie estaba todavía más determinada a liquidarlo. No consiguió establecer una audiencia con el gobernador, y los opositores estaban tan bien organizados que hasta llevaron un mensaje del propio gobernador a la reunión del Consejo. En el mensaje, él sugería que los concejales votasen contra la realización de la pelea en Hot Springs. A pesar de las vanas tentativas de protesta de Cash, las Damas y los religiosos que se encontraban en la reunión celebraron ruidosamente.
El miró a Bonnie y vio que su puño estaba cargado de odio y de deseo de venganza. La tentativa de seducción había salido como un tiro por la culata, pues había transformado a la viuda vulnerable en un ángel vengativo.
Pero era demasiado orgulloso para dejarse abatir, incluso estando con la soga al cuello. Cuando a votación fue concluida y supo que había perdido nuevamente , se sacó el sombrero, hizo una reverencia en dirección a Bonnie, le sonrió e dijo:
- La carrera será ganada por el más determinado, y no por el más veloz.
- Veremos quien es más determinado, señor McCalley. - ella sonrió sin alegría.
- Por qué no te vuelves a tu maldita biblioteca en vez de meterte en mi vida? - Cash había perdido su calma aparente.
- Mi deber cívico es detener a los canallas que quieren arruinar este país!
- Los dos sabemos cuál es el problema aquí, verdad? - él dijo guiñándole un ojo.
- Cómo te atreves? - Bonnie se ruborizó .
- Y quiero más - él susurró al inclinarse en su dirección.
Ella tuvo que controlarse para no abofetearlo, pues eso llamaría la atención de la gente . Se dio vuelta , luego empinó la nariz y salió, siguiendo al reverendo.

Más tarde, en el tren de vuelta a Dallas, Bonnie hizo de todo para evitar a Cash. En el vagón restaurante, se sentó con el reverendo, que se empezó a discurrir sobre temas religiosos. Ella intentaba prestar atención, pero sólo lograba ver a Cash sentado con tres mujeres que pertenecían a las Damas de la Estrella Solitaria.
Después del almuerzo, Bonnie las confrontó :
- Saben que ese mercader del vicio sólo está intentando hacerlas cambiar de idea, verdad?
- Si, oh ... pero él es tan encantador ! - Ethel Wannamaker respondió. - Y dices cosas muy bonitas respecto a vos .
- Si ? - Bonnie estaba muriéndose de curiosidad, pero se contuvo. - Cash sería capaz de hacer cualquier cosa para hacerlas cambiar de opinión respecto a ese deporte sangrienta.

- Cualquier cosa? - Ethel parecía esperanzada, y Wilma Biggestaff suspiró.
- Tal vez hayamos sido demasiado duras con ese pobre muchacho - sugirió la señora Dobbs.
- El sería capaz de vender hasta la madre para tener lo que desea -Bonnie declaró determinadamente , pues ella era un ejemplo de las habilidades de Cash.

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