miércoles, 3 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 16 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 16


La gente de la procesión se dio cuenta de lo que sucedía un poco demasiado tarde . Se empujaron entre sí al intentar salir del camino. Algunos bajaban por las zanjas de los laterales del camino. El cartel que decía EL PECADO DEBE SER EXPULSADO se cayó pesadamente y asustó todavía más al caballo. El reverendo Tubbs continuaba sujetando una punta da cartel y fue arrastrado por el camino polvoriento .
Aterrorizada, Bonnie oyó el ruido de cascos atrás de sí y pensó que tal vez Herbert estaría viniendo a rescatarla . Miró hacia atrás y vio un garañón gris.
- Sujétate , Bonnie, no entres en pánico! - Era Cash quien llegaba para ayudarla. El estiró todo su cuerpo y consiguió tomar las riendas del carruaje. El caballo desbocado pronto disminuyó la velocidad a un trote y , después, a pasos lentos.
La cabra los pasó, pero el león, cansado, rugió una vez más , derrotado, y se se echó en medio del camino.
- Estás bien ? - preguntó Cash, bajando del caballo sudado.
- Por supuesto que lo estoy ! - ella respondió. - Y todo esto es tu culpa!
-Acabo de salvarte y encima te enojas conmigo? - Cash extendió los brazos para sujetarla.
Sin pensarlo , Bonnie se dejó llevar por los brazos musculosos hasta la sombra de un árbol a un lado del camino. Qué guapo era Cash, a pesar de que su cara todavía estaba lastimado por el golpe del día anterior!
- Es tu culpa! - ella repitió. - Si no hubieses traído ese circo a la ciudad, mi caballo no se habría desbocado.
Cash la colocó en el suelo y se sentó a su lado.
- Parece un circo, verdad ? Oh, no... Allá viene el vendedor de alimentos de gallinas y la prensa.
- Dios! Mis pobres compañeras y los sacerdotes. - ella se levantó y miró ael camino.
Los instrumentos de la banda estaban esparcidos, y los religiosos habían perdido cualquier dignidad. Tenía espinas clavadas en sus traseros y agujeros en la ropa del reverendo Tubbs. Su ropa interior era ... roja, Bonnie notó intentando no reírse.
La escena era caótica: mujeres intentando sacudir el polvo de sus ropas, corriendo para encontrar sus sombreros; hombres intentando recuperar lo que quedaba de los carteles. La cabra se había detenido un poco mas adelante y comía cardos , y el león estaba bostezando en medio del camino.
El reverendo Tubbs tomó el cartel rasgado y se dirigió a Bonnie:
- Señora Purdy, qué significa todo esto?
- Yo ... intenté avisarles, pero la música estaba demasiado alta. - ella intentaba explicarle . En seguida, vio la aproximación de los periodistas y de Herbert. - Ves lo que hiciste - ella le habló a Cash.
- Yo no hice nada. Estábamos teniendo una reunión de prensa , cuando vos llegaste para agitar las cosas. Creo que acabas de ganarte otro excitante titular, Bonnie. Debo agradecerte por favorecerme con más publicidad.
- No fui yo , sino ese maldito león!
- Vamos , una dama chillando?
- Vos sería capaz de hacer que un santo insultase ! - Bonnie estaba alterada. - Vos y Nero.
El león rugió al oír su nombre, se levantó , se aproximó y apoyó la cabeza en la rodilla de Cash.
Los periodistas atravesaron el caos de los manifestantes y se dirigieron hasta donde estaban Bonnie y Cash.
- Qué emocionante, Cash! Sos el héroe del día !
- Señora Purdy, qué piensa de este hombre que arriesgó su vida para salvarla?
Antes que ella respondiese, Herbert declaró :
- Yo podría haberla salvado si hubiese tenido un caballo.
- Había muchos caballos allá - Cash le recordó .
- No ... tengo nada que declarar - Bonnie titubeó .
- Nada que decir . Los milagros existen ... - Cash comentó.
El reverendo estaba ultrajado y Bonnie intentó disculparse.
- Quién es el dueño de la cabra? - preguntó .
- Ella le da leche a mi hijo, pero creo que después de esto tendremos manteca - afirmó Corbett, el campeón .
- Bonnie, creo que es hora de irnos - Herbert dijo.
- Señora Purdy, no vaya - pidió uno de los periodistas. - Cada vez que usted aparece, tenemos una buena historia.
- Viste , Bonnie? Ahora todos se burlan de vos - afirmó Herbert. - Espera a ver lo que los periódicos ...
- Cállate , Herbert! - ella estaba sucia y desarreglada.
- Te gustaría que te acompañase hasta la ciudad? - Cash preguntó , sonriendo.
- No - ella negó con brusquedad. - Toma el carruaje, Herbert, y nos marchamos . Dirigiendose a los periodistas , declaró : - Ahora ven que siempre que este grupo de boxeadores aparece, hay confusión y desastre. ? Por eso que no queremos esta pelea en Texas.
- Señora Purdy - comenzó Cash, sacudiéndose el polvo de su propia ropa. - Discúlpame , pero me parece que es usted quien causa todas las confusiones.
Los periodistas lanzaron una carcajada, y Bonnie se sintió ruborizar. En ese momento, Fifi los alcanzó.
- Estás bien Cash?
Evidentemente él ni se había acordado de la bailarina.
- Un segundo, dulzura.
Dulzura! Bonnie se enderezó , empinó la nariz y le pidió una vez más a Herbert que buscase el carruaje.
Cash la acompañó con la mirada, aún teniendo a Fifi colgada del brazo. dándose cuenta que el vendedor de alimentos de gallinas no iba a hacer nada, corrió hasta su caballo para ayudarla. Lo que lo había sorprendido había sido notar, al sujetarla en sus brazos, cuan delicada ella era . Con los cabellos sueltos, llegaba a ser deseable. Esa idea lo asustó. había habido un momento, cuando estaba intentando salvarla, en que ella había levantado sus ojos azules, my abiertos, muy asustados, y los labios suaves estaban entreabiertos, como para pedir ayuda. La viudita podía ser femenina, después de todo . Había algo vulnerable en ella que le había pasado desapercibido antes.
Un plan comenzó a formarse en la mente de Cash. Bonnie podría ser una piedra en su zapato e impedirle la realización de la pelea, a menos que él hiciese algo . Se le ocurrió que podría seducirla. Se había una cosa que él entendía eran de mujeres. Si ella se enamorase de él, desistiría de oponerse a la pelea y , luego , podría dispensarla. Después de la manera ingrata en que lo había tratado después haberla salvado, era lo mínimo que ella se merecía.
- Ey , Cash, voy a tener que volver al granero para buscar mi carruaje? - El maquillaje da bailarina se escurría con la transpiración.
A decir verdad , Fifi no era tan bonita sin maquillaje .
- A menos que vengas conmigo en la parte de atrás del caballo .
- Y estropear mi vestido? - ella se quejó. Súbitamente, la compañía de Fifi se convirtió en una pesadez.
- Haz que te lleve uno de los periodistas. - fue la respuesta seca de Cash.
Montado el caballo gris, murmuró para sí mismo mientras observaba el carruaje de Bonnie apartarse:
- Si, Bonnie , ahora será el blanco de mis encantos. Vamos ver qué tiene que decir a eso!

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