martes, 2 de marzo de 2010

LA VIUDITA - CAPITULO 14 - GEORGINA GENTRY

CAPITULO 14


- Un león! un león! - Una señora gritó y huyó. En el escape , los hombres atropellaban a las mujeres y los religiosos. Mientras tanto, el león bajó los escalones lentamente hasta la plataforma, donde se detuvo para lanzar otro rugido.
Cash oyó a Bonnie gritar de terror y , sin pensarlo, se interpuso entre ella y el león, con apenas una pistola en la mano. Fue entonces que notó que el león era viejo, rengo y bastante pelado.
Un hombrote salió del tren y declaró :
- Calma gente , que no cunda el pánico. Es Nero, la mascota del señor Fitzsimmons. No muerde.
Hubo una visible señal de alivio en las expresiones de los presentes cuando Nero se echó en el suelo . Cash dio un paso adelante y le hizo una seña al alcalde . Reconoció, por las fotos de los periódicos , a quien salía del tren en ese instante , era el campeón Jim Corbett, alto y fuerte, seguido por su equipo .
Detrás de venía Bob Fitzsimmons, un irlandés pelirrojo y esbelto, también con su comitiva.
Cash se adelantó para saludarlos, teniendo cuidado de no aproximarse a Nero.
- Bienvenidos a Texas, señores. Este es nuestro alcalde que va a dirigirles algunas palabras.
El alcalde carraspeó y dio un paso adelante . Fitzsimmons miró a la multitud reunidas.
- Tienen mujeres interesadas en el boxeo?
- Caballero, no tenemos nada en contra suyo . - Bonnie lo encaró. -Estamos aquí para protestar contra la realización de una pelea de boxeo en Texas.
- Cómo? - preguntó Jim Corbett, y el león rugió.
- Amigos y queridos invitados ... - comenzó el alcalde -, la mayoría de nosotros no está precisamente extasiada por recibir a pugilistas en Dallas.
Cash vio que la viudita le hacía una seña a la banda, quien comenzó a tocar todavía más fuerte . El himno religioso también se reinició. El alcalde intentaba pronunciar su discurso, pero la banda se lo impedía.
Los pasajeros observaban, perplejos, y el león bostezaba fastidiado. Los periodistas anotaban incesantemente.
Cómo se arrepentía Cash de haberse arrojado delante de Bonnie para protegerla del león! En ese momento sentía un incontrolable deseo de arrojarla a Nero, a pesar de que el animal no parecía capaz de masticar ni una uña.
- Creo que es mejor llevar a los competidores a sus campos de entrenamiento! - él gritó al oído del alcalde .
- Y mi discurso? - gritó el alcalde .
l No creo que estas personas vayan a dejarlo hablar!
- Muy bien, entonces. - El alcalde se resignó.
- Señores, iremos a sus alojamientos - Cash gritó y todos lo siguieron hacia los carruajes y carros.
El grupo de Bonnie también salió de la estación y empezó a a seguirlos.
Un caballo sintió el peligro cuando el león fue subido al carro, entonces relinchó y amenazó con empinarse, con Cash intentando sujetar las riendas.
Después que consiguió controlar el carro , intentó apartarse lo más rápido posible.
Quien los observase vería los grupos de los boxeadores en carruajes y carros seguido por el grupo de opositores a pie , con sus carteles de protesta, cantando, y al mismo tiempo tragando polvo.
La última cosa que Bonnie vio fue la expresión de frustración de Cash y el viejo león bostezando cansadamente.
- Excelente trabajo, gente ! - ella gritó. Solamente un periodista había quedado mas atrás.
- Ahora que los pugilistas llegaron, las Damas continuarán con la protesta? - él le preguntó a Bonnie.
- Si. Estoy tan determinada como el señor McCalley. Dallas no necesita de los alcohólicos y criminales que este espectáculo puede atraer.
- Amén - la apoyó uno de los sacerdotes. - El dinero que debería ir a la caridad de las iglesias en vez de ser gastado en mujeres , alcohol y juego.
- Eso no sería mala idea - retrucó el periodista , pero notó que Bonnie no había apreciado su comentario. - A propósito, Cash me informó que mañana a las diez habrá una exhibición para el público en el Rancho Long Pine. Las Damas estarán allá?
- No nos perderíamos eso por nada del mundo! - Bonnie bramó. El periodista terminó la entrevista y se marchó . - Muy bien , gente , ya escucharon donde será la exhibición, entonces nos encontraremos mañana.
Una de las Damas se aproximó y le preguntó :
- Crees que tenemos posibilidades de ganar?
- Por supuesto que si. Hasta ahora el señor McCalley no consiguió ningún lugar para armar el ring . El tiene una oponente a su altura, sólo que todavía no se dio cuenta de eso.
Herbert llegó justo en ese momento, jadeante.
- Bonnie, ustedes están haciendo un papelón . Toda la ciudad se está riendo de ustedes .
- No tengo vergüenza de defender una causa noble. Además, a dónde estuviste hasta ahora?
- Tuve problema para conseguir un carruaje - él afirmó, desviando la mirada.
Bonnie no le creyó, pero prefirió quedarse callada. Sospechaba de la cobardía de Herbert . Se acordó de la manera valiente en que Cash se había colocado delante del león. Ese sí era un hombre valiente. Se enojó porque sentía admiración por ese patán . Incluso aunque supiese que el león era inofensivo.
- Te gustaría almorzar conmigo? - Herbert la invitó. - Podríamos discutir nuestro futuro.
Ella se negó, alegando estar demasiado cansada; y declaró :
- Creo que no nos conocemos demasiado bien como para establecer una fecha.
- Nos conocemos hace tres años, desde que comencé a vender el alimento en la tienda de Shot Gun.
Bonnie no quería quedarse discutiendo con él en la calle.
- Herbert, estoy volviendo al hotel. No tenías que ir a Waco hoy?
- Cambié mis planes para estar a tu lado. - él intentó tomarle la mano, pero ella lo eludió. - Sabes como es, una mujer indefensa en una ciudad como Dallas y encima enfrentando al mayor canalla del Estado...
- No soy una mujer indefensa, soy perfectamente capaz de cuidar de mí misma. En cuanto al señor McCalley, él puede tener un costado un poco sombrío...
- Un poco?
- Bien , muy sombrío, pero deberías haberlo visto enfrentar a ese león. El se portó como un perfecto caballero.


- Un caballero? - Herbert se horrorizó . - Todos saben que se trata de un mujeriego y un libertino de primera. Fifi, esa mujer que siempre anda con él, ella es una bailarina can can en el Black Lace.
- Y cómo sabes eso, Herbert? - Bonnie preguntó , mirándolo con curiosidad.
El tragó en seco y se mordió el labio , sin mirarla.
- Son los comentarios en la ciudad. Yo jamás iría a un lugar como ese, pero vi a McCalley allá...
- Cómo los viste si nunca entraste allá? - comenzó a sospechar que había cosas sobre Herbert que desconocía.
El balbuceó :
- Francamente, yo ... sólo estaba pasando cuando lo vi entrar.
- Bien, eso no viene al caso. Ahora voy a volver al hotel. La guerra todavía no terminó.
Esa noche, Bonnie decidió cenar en una casa de té un poco lejos del centro de la ciudad, para no encontrarse con McCalley. Tampoco quería ver a Herbert; esperaba que él realmente hubiese viajado. Por qué sería que nunca había reparado en lo afectado e irritante que su prometido era ?
Al día siguiente, después del acostumbrado desayuno en el cuarto, se preparó y bajó . Salió del hotel atrás de McCalley, pero se escondió para que él no la notase. Cash se apartó trotando.
Volvió al hotel para tomar la comida para el gato.
Cuando salió nuevamente, Herbert la esperaba cerca del carruaje.
l - Bonnie querida, siento mucho que hayamos discutido. Todo lo que quiero hacer es defenderte .- Herbert, he vivido sola desde los dieciséis años, a excepción de los dos cortos casamientos. Soy perfectamente capaz de defenderme sola
_No te enojes conmigo, por favor, mi querida. Después de todo , nos casaremos algún día. - él tomó un pañuelo para sonarse la nariz.
- He estado pensando al respecto, Herbert, y no estoy segura de si quiero casarme . Gran parte de los hombres quiere controlar a sus esposas, Y yo he estado bastante bien en los últimos cuatro años.
Herbert subió al carruaje y se sentó a su lado aún sin ser invitado.
- Lo sé, querida, pero nosotros dos juntos podremos cuidar mejor todavía de tus asuntos.
l Lo dudo, y detestaría pensar que es eso lo que te motiva para casarte . Además, estoy bien con Bill.
- Cómo puedes imaginar una cosa así ? - Herbert pareció ofendido. - Bien sabemos que es tiempo que Bill se establezca.
- Me quedaré con él hasta encontrar un substituto - ella rebatió. - Estoy en camino al campo de entrenamiento. Quieres ir?
- Mi deseo no importa , es mi deber, como tu futuro marido, acompañarte para protegerte.
- Protegerme de qué? Soy texana, y ustedes , los yanquis, deberían acordarse de que las muchachas del Sur saben defenderse solas.
- No había notado que el hecho que provenga de Iowa te molestaba. Querida, déjame sujetar las riendas.
- Nosotros, los texanos, no confiamos en nadie que venga del norte del río Rojo, formamos una especie de clan . - ella sacudió las riendas, asustando al caballo, que salió disparando , casi derribando a Herbert.
- Qué te pasa , Bonnie? - él preguntó , asustado, intentando equilibrarse en el asiento. - Cambiaste mucho en los últimos días. Me temo que McCalley sea una mala influencia.
- El no me está influenciando. Solamente somos dos personas tercas a quienes no les gusta perder.
Sujetando el sombrero en forma de coco para que no se le volase, Herbert reclamó :
- Siempre pensé que eras una dama seria e distinta, y aquí estás, corriendo como una demente . Estoy azorado.
Bonnie se sorprendió por divertirse tanto asustando al hombre de ciudad.
- Si tienes miedo, Herbert, puedo dejarte aquí.
- No tengo miedo. - La cara de él mostraba lo contrario. - Solamente me gustabas más cuando eras serena y reservada.
- Y aburrida?
- Francamente, si crees que ser una dama y dejar que los hombres se hagan cargo de la situaciones ese ser aburrida...
- Vamos , Herbert, cállate y no me irrites. - ella apresuró el caballo.
- Me ordenaste callarme?
Bonnie estaba perpleja . La señora Bluebonnet O'Neal Schwartz Purdy, presidente del club de las Damas de la Estrella Solitaria, nunca, jamás le había dicho "cállate" a nadie.
- Tienes razón, Herbert. Tal vez la presencia de ese patán sea una mala influencia.
- Quien duerme con perros , amanece lleno de pulgas, eso dice el dicho.
Ella casi le ordenó callarse nuevamente, pero acabó se distrayéndose con las palabras de Fifi. Acostarse con Cash McCalley. La mera idea la enervaba . Necesitaba derrotarlo para poder volver a su casa, a su vida serena y aburrida.
Llegaron a un cruce de caminos y , después un instante de vacilación, Bonnie decidió cual camino tomar.
- Creo que es por aquí. Veo los carruajes y los caballos amarrados.
- Yo no veo a ninguno de los opositores. - Herbert parecía nervioso. - Francamente, Bonnie, no deberías enfrentar a esos rufianes sola.
- Pero no estoy sola. - ella sonrió de manera dulce y condujo el carruaje más adelante. - No me dijiste que querías protegerme?
Herbert se alarmó .
- Lo que quise decir era tal vez debería buscar a la policía, y no atacar de frente a McCalley. El tiene fama de peleador. Cierta vez lo vi alzar a un hombre por encima de la mesa de póker y arrojarlo a...
- Dónde pasé eso ? Herbert se sobresaltó .
- Yo ... quiero decir... fue lo que contaron. Tal vez deberíamos esperar a los otros aquí.
- No, vamos entrar y observar lo que hacen - Bonnie lo contrarió. - Quiero ver con mis propios ojos lo que hacen esos brutos .
- McCalley no va a querer vernos allá - Herbert se lamentó .
Por supuesto que no. Y es eso lo que hace todo esto mucho más agradable - ella dijo, sonriendo.

Cash se encontraba al lado del ring sujetando la mano de Fifi.


- Qué bueno que me entendiste , muñequita , yo no sabía que la señora Purdy estaba en el tren.
Ella se inclinó y lo besó en la mejilla, dejando una marca del lápiz labial .
- No estoy enojada, bichito . Después de pensarlo bien, entendí que vos nunca te interesarías en una mujer tan feo e insípida como ella. Ella no tiene nada interesante para ofrecerle a un hombre.
- Y vos sos experta en ese asunto...
- Qué?
- Nada, dulzura. - Cash nunca se había dado cuenta de cuan corta de entendederas era Fifi. En realidad, ella lo cansaba.
- Ey ! - llamó un periodista . - Qué tal si subieses al ring e hicieses una pequeña demostración con el desafiante, Cash?
- No sé nada de boxeo profesional - Cash alegó. - Mi experiencia se reduce a peleas de taberna.
- Sería una buena publicidad - concordaron los otros periodistas , aproximándose.
- Apuesto a que si. Tal vez uno de los sparrings de Bob me preste un calzón corto .
Cash fue hasta uno de los vestuarios improvisados, se puso pantalones cortos , y una botas cortas especiales, guantes de boxeo y luego subió al ring.

- Cash querido, estás tan ... tan machote sin camisa! - Fifi suspiró, y él flexionó los brazos, exhibiendo sus músculos, y dio unas vueltas al ring.
- Cuántos rounds crees que aguantas con Fitzsimmons? - preguntó uno de los hombres.
- ?l es muy duro - Cash admitió, dando algunos saltos. - Ustedes verán por qué puede ser el próximo campeón . Cuando los fanáticos del boxeo de Texas lean la nota en los periódicos , las entradas pronto estarán agotadas. - Cash se movió un poco más, y sintió aprensión cuando vio al irlandés pasar por debajo de las cuerdas del ring . Nunca había peleado con boxeadores de verdad, pero quizás no consiguiese hacer una presentación suficientemente buena como para aumentar el interés de los periodistas?
- Cash - llamó uno de ellos -, que tal: TEXANO PEGA A DESAFIANTE Y PROMETE GRAN PELEA CONTRA DAMAS DE ESTRELLA SOLITARIA , para el titular de mañana?
l Perfecto! - Cash dio unos golpes al aire. - Y mañana vamos a visitar al campeón y entonces tendremos más noticias para la sección de deportes.
Nero concordó rugiendo y Cash se dio vuelta . El león estaba en un rincón, mordiendo una vieja bolsa de entrenamiento .
- Pero, cuándo será la gran pelea? - otro periodista preguntó .
- Es lo que queremos saber - dijo uno de los agentes.
- Todavía tengo algunos detalles que ajustar... - Cash titubeó . Queriendo cambiar de tema , gritó: - Vamos comenzar ? Esta es apenas una pequeña demostración del espectáculo excitante que tendremos cuando el gran evento se realice.
- Si se realiza - comentó un periodista , y los demás se rieron. - La señora Purdy y su grupo parecen my determinados.
Cash le guiñó al ojo a Fifi, quien se encontraba en primera fila.
- Por Dios , creo que puedo lidiar con una simple bibliotecaria.
- Exacto. Esa mojigata no vas a estropear los planes de mi hombre, no es así, Cash?
El iba a responder cuando notó que algunas cabezas se giraron hacia la puerta del granero. Sería que el león estaba persiguiendo a las gallinas nuevamente ?
Qué bueno sería si todos sus problemas se redujesen eso. Acababa de ver a señora Purdy entrando, siendo seguida por el vendedor de alimentos de gallinas . Y Cash había pensado que ese sería un lindo día. ..
Bonnie se quedó paralizada cuando entró al granero. Cash McCalley estaba en medio del ring, con el pecho desnudo, usando solamente un calzón negro y guantes de box . No quedaba mucho librado a al imaginación. Dios Todo Poderoso!
- Sugiero que cierre la boca, señora Purdy, o una mosca puede entrarle allí - comentó Cash, apoyándose en las cuerdas y sonriendo irónicamente.
Herbert no paraba de estornudar.
- Bonnie, este lugar está lleno de polvo , y mi alergia...
- Quédate quieto, Herbert - ella habló sin pensar, todavía observando el cuerpo perfecto de Cash. - Entonces la verdad se revela, señor McCalley. también le gusta pelear.
- Sólo cuando es necesario. - él sonrió todavía más,.
- Bonnie, no es me extrañas que estés perpleja, viendo a ese criminal casi desnudo - Herbert afirmó.
- Vuélvanse a su casa, entonces. Detestaría perturbar a una dama - Cash retrucó.
- Yo no estoy perpleja ni perturbada , estoy ... excitada - declaró Fifi.
- Nadie está hablando con vos - dijo Bonnie, recuperando el aliento.
- Pero yo nunca... - ahora era Fifi quien estaba con la boca abierta.
- Gratis seguro que no - la cortó Bonnie.
- Qué quisiste decir? - Fifi parpadeó , sin entender, y se dio vuelta hacia Cash: - Querido, ella está me ofendiendo?
- Fifi - él llamó, inclinándose más en las cuerdas -, es mejor no entres en una pelea con la señora Purdy. - Fifi no era tan veloz mentalmente , comparada con la viuda. - Siéntate . Y usted señora , también . Vamos a comenzar con la presentación.
- McCalley, espero que le rompan la cara - dijo Bonnie.
- Señora Purdy, parece que no se opone tanto a la violencia . - él le guiñó un ojos .
- Soy contraria a la violencia , pero puedo hacer una excepción en su caso.
- Ustedes van a continuar con esto toda la mañana o podemos comenzar? - preguntó el desafiante.
Los hombres se rieron y se aproximaron . Bonnie intentó permanecer indiferente, pero no lograba despegar los ojos de McCalley. Mientras él se movía en el ring, dando golpes en el aire, los músculos se tensionaban y se extendían por debajo de la piel bronceada. Se descubrió mirando el calzón negro. Si , él era muy viril.
Fitzsimmons también se movía en el ring; era más alto y más fuerte que Cash, pero éste parecía capaz de defenderse. Los periodistas estaban más cerca , con los lápices listos, esperando el inicio de la pelea.
- Francamente, Bonnie, esto es repulsivo. Creo que debemos irnos - dijo Herbert, sin parar de estornudar.
- Pero debemos quedarnos para esperar a los otros, no? - ella se dio cuenta que quería ver la pelea.
- Ellos deben haber tomado el camino equivocado en es el cruce - él supuso, sonándose al nariz.
Una campana sonó y Bonnie se inclinó, conteniendo el aliento, mientras los dos hombres se estudiaban, intercambiando golpes cautelosos. Cash era ágil como un bailarín y esquivaba las envestidas de su oponente, tal vez porque estuviese habituado a las peleas callejeras. Los boxeadores caminaron en círculos, lanzando un golpe aquí y allá. Los periodistas los incitaban. El sudor comenzó a brillar en los cuerpos musculosos. Dos hombres salvajes, Bonnie pensó y acabó gritando:
- Levanta la mano izquierda, Cash! ?l tiene una derecha bien fuerte! - exclamó sin pensar.
- Bonnie! Qué te pasa ? - acusó Herbert.
- Dios, qué estoy haciendo? - ella tragó en seco, avergonzada por haber dejado llevar por la emoción.
Nadie más pareció percibirla , pues todos gritaban, incentivando a los boxeadores.
- Derriba al irlandés , Cash! - gritó Fifi. - Acaba con él !
Cash se dio vuelta en dirección a ella, y Fitzsimmons aprovechó para asestarle un golpe de derecha, alcanzándolo de lleno. Cash se tambaleó hacia atrás, golpeó su cabeza en uno de los postes del ring y se desplomó. Sangre manaba por su nariz. Fifi gritaba mientras el juez empezaba a contar. Entonces ella subió y pasó por entre las cuerdas.
- Cash querido, estás bien ? - El estaba desmayado en medio del ring, mientras Fifi daba vueltas gritando: - Alguien llame a un médico!
Era obvio que Cash no estaba bien. Una vez más , Bonnie se vio en esa noche fatal en que Danny había intentado ganar el dinero suficiente para que ellos pudiesen dejar a ciudad.
- El está muerto! él está muerto! - continuó gritando Fifi.

No hay comentarios: