Capítulo 3
La vida es como budín.
Se necesitan ambos , la sal
y el azúcar
Para hacer uno bueno.
Viejo proverbio de New England
Había huecos en el tapizado . Georgina Bayard agarró un almohadón bordado que alguna vez había pertenecido a María Antonieta y lo lanzó sobre el del sofá para cubrir las partes mas desgastadas. " - Del otro lado del cuarto, un reloj de pie dio la hora. Ella se dio vuelta y se quedó mirando fijamente el reloj. Nueve horas . Arrebató un bollo de miel de la mesa del desayuno y lo comió mientras caminaba hacia las grandes puertas francesas que llevaban a los jardines .
Tragó el último mordisco y miró hacia afuera , al horizonte donde hoy el cielo encontraba un mar Atlántico sereno. Pero Georgina subía que el mar era tan cambiante como la suerte del hermano. Un día las aguas eran serenas y quietas , como si el océano
nunca pudiese rugir , escupir y chocarse contra el litoral rocoso de Maine .
Si había una cosa que Georgina Bayard sabía, era que la vida era inconstante y cambiante .
Sólo los tontos creían en el destino y la suerte. Su hermano había sido el tonto más grande de la Tierra , persiguiendo sus sueños de éxito sólo para terminar en absoluta bancarrota , dejándola con nada mas que una serie de malas inversiones, un negocio con un montón de deudas, una mansión en Boston, y una casa de verano que ella amaba, ambas con enormes hipotecas que ella no podría pagar.
Georgina comió tres bollitos más, mordiendo ansiosamente y masticando sin sabor nada . Asqueada, se desplomó pesadamente en una silla cercana y se quedó con la mirada fija en la ventana donde el paisaje se arruinaba con el feo conglomerado gris de
Una isla, un lugar donde - los habitantes locales afirmaban - vivían los fantasmas unos locos escoceses que habían perdido su verdaderos hogares.
Escoceses locos ... oh, si, seguro . Ella se rió. Como alguien podía creerse semejante ridiculez.
Pero mientras estaba sentada allí, Georgina se dio cuenta que tenía algo en común con esos "escoceses locos". Estaba a punto de perder su hogar.
Ella estiró el cuello para aliviar la tensión en su cuello. Su abuela
Siempre hacía eso , lanzar la cabeza hacia atrás por algunos segundos cuando estaba sentada
Esa silla, la misma silla desde la cual ella diría, " Georgina,
deberías haber sido varón . Ese hermano tuyo no es otra cosa que despilfarrador incurable . Tiene nubes en la cabeza en vez de un cerebro . Él va a terminar mal. Eso sucederá
Ya verás . Él es débil, pero vos sos la fuerte - terco, dura , y fría. Sos como tu abuelo y tu padre, una verdadera Bayard. Una sobreviviente ".
Tu abuela había tenido razón . Su hermano Albert nunca pensaba en las consecuencias de nada de lo que quería hacer. Él solamente lo hacía. Él sólo era un año mayor que ella, pero ante los ojos de sus padres que él era mucho mayor que ella; Él
era el importante porque era el hijo varón .
Una tarde de domingo cuando ella tenía seis años , todos ellos habían subido al carruaje familiar y fueron a un parque, donde habría un concierto, una confitería al aire libre , y teatro de marionetas para entretener a los niños. Pero muy pronto Albert la había arrastrado para pescar una rana del estanque, luego para alimentar a las palomas , que según él comerían de la palma de su mano. Lo siguiente que Georgina supo fue que estaban perdidos
En medio de una muchedumbre .
Había pasado lo que parecieron las horas antes que sus padres los encontrasen , sentados en un banco cerca del estanque de patos. Su madre fue corriendo a consolar a Albert, quien lloraba. Georgina simplemente siguió sentada allí con las manos cruzadas sobre su regazo para impedir que temblasen . Ella se había sentido tan asustada que no podía encontrar las lágrimas para llorar. Su padre y su abuela habían confundido ese miedo paralizante con fuerza titánica, y por primera vez su familia mencionó su nombre con aprobación y con orgullo; habían afirmado que ella era una Bayard fuerte.
Un día caluroso de verano cuando era algunos años mayor , Albert la había atraído con engaños para ir a nadar a las aguas profundas de la bahía. Había sido Georgina quien había luchado contra la corriente y los había traído de regreso a la orilla . Mientras se había sentado en un médano para escupir fuera todo el agua que había tragado , su madre había agarrado histéricamente a Albert, sollozando que casi había perdido a su hijo.
Sus padres llevaron alzado a su hermano de regreso a la casa. Como Georgina era la fuerte, ella no los necesitaba tanto como Albert , por lo que fue caminando mas atrás. Más tarde, cuando su hermano ya estaba metido en una cama caliente y había sido alimentado con chocolate caliente , Georgina se había ganado una palmada en la cabeza por ser tan fuerte y sensata, luego se había quedado sola otra vez ir a la cama.
Cuando su hermano gritaba de noche porque le tenía miedo a la oscuridad, su madre iba corriendo a atenderlo . Pero Georgina, la fuerte, no gritaba a pesar de que pensaba que cosas horribles se escondían en su cuarto oscuro .
Con el tiempo, ella se había enseñado a si misma a ignorar las cosas que provenían de su imaginación: sueños , esperanzas y esa clase de emociones caprichosas. Esas emociones eran como los supuestos monstruos escondidos en la oscuridad, cosas que realmente no existían en la vida.
La vida no consistía en pensar sobre las cosas que fueron, o podrían haber sido, o por las cosas que podrían llegar a ser. La vida se iba formando de acuerdo a lo que todos pensaban que uno era.
La vida era vivir día tras día tratando de ser lo que no sos. Porque , qué le ocurriría si descubriese en su interior que no la persona fuerte que todos pensaban que era ?
Georgina había aprendido a una tierna edad a ser lo que los demás querían que fuese . Había aprendido a
Silenciar sus miedos detrás de una fachada de fuerte voluntad. Con los años y los acontecimientos , cuando el mundo
Parecía desmoronarse alrededor de ella, como cuando su madre se estaba muriendo y sólo había pedido despedirse de Albert, o cuando su padre había muerto y le había dejado toda la propiedad Bayard asu hermano , Georgina se fue fortaleciendo y peleando con la misma fuerza con que había luchado contra el mar para salvar a Albert .
Y ahora, por semanas ella había estado luchando en silencio nuevamente. Esta noche sabría si había ganado su última batalla. Georgina se puso de pie abruptamente, como si estar sentada por
esos pocos minutos hubiera hecho algo imperdonable como darse por vencida.
Se dio vuelta , luego hizo una pausa delante de las puertas de vidrio y observado un grupo de quince hombres trabajando en
el jardín.
Por enésima vez en el último día y medio , el camino de entrada de ladrillo resonó con las ruedas de un carruaje de entrega . Los carruajes habían traído langostas viva, carne rojas de excelente calidad , frutas dulces de invernadero, flores exóticas, caviar de la beluga, y champaña Veuve Clicquot. Georgina había gastado lo último de la fortuna Bayard para esa noche: la tradicional gala Bayard.
Cada verano, desde que cualquiera pudiera recordar, el evento de la gala Bayard cerraba la temporada de verano en Maine. Los hombres y las mujeres se ponían sus mejores ropas y joyas
para esa fiesta anual de despedida .
El nivel anticipación era altísimo entre los asistentes, pues era bien sabido que allí tradicionalmente se sellaban compromisos y uniones entre familias ricas . Esa noche la vida de - al menos diez personas - cambiaría para siempre.
En dos semanas todo la alta sociedad de Maine volvería a sus casas en Boston, Nueva York, Y Filadelfia.
Pero Georgina no volvería a su casa. El banco había tomado la Casa de la ciudad de los Bayard.
En tres meses también podría perder esta casa. De hecho, a menos que John Cabot le propusiese matrimonio esa noche, Georgina no tendría casa ni aquí ni en Boston. Una vez que todos volviesen a sus casas se enterarían de la confiscación de casa de la ciudad de los Bayard, de la hipoteca ejecutada , del negocio arruinado,
De los cheques rechazados , y de las pérdidas económicas . Se enterarían que ella era una estúpida y su hermano un frívolo despilfarrador . Sabrían que la fortuna Bayard ya no existía.
Algunos minutos más tarde un reloj dio el gong y pronto los veinte relojes restantes sonaron los momentos diferentes, dando horas diferentes como si quisieran burlarse del caos en la vida de Georgina. Ella observó la pared donde la colección de relojes Bayard estaba exhibida.
El primer Bayard había sido un fabricante de relojes de Inglaterra , un hombre que había viajado a América y aquí había hecho su fortuna y su nombre. Irónicamente, eran los relojes Bayard eran famosos porque ellos nunca perdían ni un minuto del tiempo en un año entero. Elegantes, raros, y hasta un poco
caprichosos, los relojes siempre habían sido parte de esta casa, y parte de la herencia de Georgina . Y ahora, cuando su vida se derrumbaba , ninguno de los relojes del salón daban la misma hora. No importaba cuán frecuentemente ella les diese cuerda , los relojes sonaban en horas diferentes.
Georgina le dio al tirón a la campana de criados .Pero la cuerda de seda se cortó en dos . En su mano derecha sujetaba
el otro extremo roto . Tomó dos respiraciones profundas, luego gritó, "Señora Cartwright !"
Nada.
¡" Señoraaaaaaaa Cartwright !"
Una mujer mayor entró corriendo al cuarto, limpiándose las manos en el delantal. " Sí, señorita ?"
" Por favor haga que alguien arregle la cuerda de la campana y que revise las demás cuerda . Esta noche es muy importante. Quiero que todo esté perfecto ".
La mujer mayor inclinó la cabeza y tomó el cordón de la campana de la mano de Georgina.
Georgina cruzó la sala cuando un reloj de nácar dio la seis. ¿Qué hora es? Ella pensó, luego miró severamente ese reloj. " Y
Señora Cartwright. Vuelva a darle cuerda a todos los relojes. Todos tienen mal la hora ".
"Pero Señorita Bayard, ya lo hicimos. Los volvimos a arrancarlos esta mañana y siguen dando horas diferentes ".
" Son relojes Bayard. Un reloj Bayard nunca se equivoca. Eso lo sabe hasta el gato. Yo le ordeno ... que los vuelva a arrancar ". Georgina dejó la sala y fue hacia el vestíbulo, ladrando
órdenes a tres criadas antes de detenerse delante de un arreglo de flores frescas . Quitó una rosa, luego un lirio, uno crisantemo, y dos hojas de helecho, luego las acomodó en el arreglo . Ella
los estudió críticamente y murmuró, "Mucho mejor".
Un momento más tarde inspeccionaba los cuartos y salas , los veintiocho ambientes . n poco tiempo una fila de criada , con plumeros y escobas corrían de un lado al otro y como pájaros confundidos que habían sido encerradas en una jaula pequeña. Lustraron los pesados candeleros de plata que habían pertenecido a emperadores, limpiaron lugares imposibles de una de las quince arañas de cristal, fregaron cada manchita oscura de la alfombra francesa en el salón de fumar, y pulieron los pasamanos de la caoba, las escaleras, y toda las maderas de las molduras - nuevamente.
Habiendo ladrado su última orden, Georgina estaba en medio del vestíbulo, sus manos plantadas sobre sus caderas mientras observaba los tres pisos desde la galería . sabía una cosa con toda seguridad: tenía que salvar esa casa. Estaba en el momento más oscuro, con Albert muerto y con el descubrimiento que la fortuna se había disipado , y en ese momento estaba completamente sola y la ruina amenazaba con ahogarla. Y entonces la respuesta le había llegado como un rayo del cielo .
Esa casa, y todo lo que contenía , representaba todo lo que ella era. Todo lo que los Bayards eran y alguna vez había sido. Esa casa era el símbolo de los sobrevivientes. Con desesperación calculada haría lo que fuese para salvar esa casa, porque si la perdía , perdería a Georgina Bayard .
Todavía nadie sabía sobre sus circunstancias , y si John Cabot se declaraba , nadie iba a enterarse . Todo estaba listo. Y esa noche, si todo salía como estaba planeado , ella lo haría pronunciar una oferta de matrimonio. Su futuro , su casa y su apellido estarían seguros.
Georgina volvió a acomodar las flores por quinta vez esa mañana,
Mientras repetía una constante letanía : Esa Noche! , Esa noche! Esa noche !
Porque para Georgina, esa noche se salvaba... o se hundía para siempre.
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