CAPITULO 8
Charity oyó el golpe seco al llegar al descanso de la escalera con
una tazón de caldo para el paciente. Dejó el tazón sobre el aparador del corredor y corrió al cuarto. Su forastero estaba caído de espaldas en el piso , gimiendo e insultando floridamente.
Charity se detuvo y retrocedió un paso, asombrada con la expresión de rabia y dolor en la cara de él.
- Mierda! Mi trasero... Ohhh, Dios!
El se había caído de la cama y había aterrizado sobre la nalga herida! Charity corrió y se arrodilló a su lado.
- Por favor, no te muevas - murmuró, intentando darlo vuelta. - No debiste haber intentado salir de la cama... Está muy débil.
- Mi trasero! Me duele como el demonio ! - él exclamó entre dientes . Luego , registró la presencia humana. Estiró la mano y agarró un pedazo de tela. - Arañas?! - él jadeó.
- Hay arañas por todas partes!
Charity resistió el tirón , y su vestido se resbaló por los hombros, las costuras se soltando. Amenazaba con rasgarse. Se llevó las manos al pecho.
l Por favor, ... no estás bien ... de la cabeza! - ella gimió, asustada. Un segundo después, se vio agarrada por los hombros y apretada
l contra el pecho del herido. - Ohhh! - Los dedos del extraño la palpaban como probarse que ella era una figura real. Un calor le subió por los pechos y la cara.
Aún con las sensaciones nubladas por el dolor, el hombre absorvió la dulzura de esos ojos y la suavidad da piel que tenía bajo los dedos. la mirada recorrió a curva seductora de los labios y los montículos suaves que se asomaban por el escote.
- Dios Misericordioso! - La exclamación de lady Margaret rompió la magia del descubrimiento táctil entre ellos dos.
Charity recobró el juicio. Su abuela y el viejo Melwin la miraban con expresiones de horror y fascinación. Siguió sus miradas hasta su hombro desnudo y sus senos casi expuestos. Charity se puso roja como un pimentón y tiró el vestido para cubrirse.
- Oí cuando él se cayó de la cama y corrí para ver... - ella intentó explicarse. Se levantó rápidamente . - Debemos colocarlo de nuevo en la cama; creo que la herida se abrió.
Lady Margaret y Melwin se apresuraron a agarrar al hombre por los brazos y piernas para levantarlo.
- No! N???O!!! - él gruñó agitadamente .
Cuando el ángel encarnado se había alejado de la esfera limitada de su consciencia, dolor y confusión ocuparon su lugar. Douglas no tenía idea de donde se encontraba o de lo que había sucedido , sólo sabía que no volvería al nido das arañas. Detestaba las arañas! Forcejeó tanto que casi lo dejaron caer. Tuvieron que colocarlo de nuevo en el piso .
- Mierda! Hay arañas... están por todas partes!
- Arañas? - Charity corrió el cortinado. Los talismanes de su abuela estaban colgado sobre la cama. Se mordió el labio y reprimió una sonrisa de sorpresa. - Nosotros los llamamos sortilegios de curación . Mi abuela los hizo para ayudarte a mejorar.
Cuando Charity entró en foco, la visión lo trajo a una plena consciencia, borrando todo lo demás, incluso el dolor intenso. Y allí se quedó, rubia, linda... y una imagen tan familiar.
- Imagínense, un hombrote como este asustado por una araña... o dos! - comentó lady Margaret. - Vamos, agárrenlo.
Los tres dominaron su resistencia y lo acostaron de espaldas en la cama . Charity y Melwin lo mantuvieron inmovilizado mientras lady Margaret levantaba la camisa de dormir que le habían puesto e inspeccionaba la herida.
- Se abrió parcialmente - ella anunció, irritada, y se persignó .
- Dónde estoy ? - gritó él al retorcerse.
- En Standwell, nuestra casa - respondió Charity, con la garganta apretada. Tenía los ojos fijos en los músculos visibles por la transparencia de la camisa de dormir . Y la sensación de los hombros duros debajo sus palmas le causaba un frío en el estomago. - Y estás en buenas manos.
- En el infierno estoy ! Déjenme levantarme...
- No! Debes permanecer inmóvil! - Charity lo forzó hacia abajo y usó su propio peso contra la espalda del extraño para inmovilizarlo. - Tienes que dejar que mi abuela cuide de tu ... del punto donde fuiste baleado.
Charity sintió la resistencia de su forastero flaquear e interpretó el hecho como el triunfo de la razón.
- Lo siento mucho... - su respiración le rozó los cabellos de la nuca. - Pero mi abuela sabe lo que está haciendo; es mejor que cualquier médico... Fuiste baleado en ... en el ...
- En el culo ! - él completó furioso. - Baleado en el culo! Es increíble!
- Si - ella murmuró, ruborizándose. - Y el barón de Pinnow, nuestro magistrado de distrito , te encontró en el camino y te trajo hasta aquí. Puede decirnos tu nombre?
- Austen, Douglas Austen - él gruñó entre dientes . Imágenes del carruaje destrozada pasaron por su mente. Súbitamente , se acordó de todo: el motivo del viaje a Devon, el encuentro nocturno con los contrabandistas , el camino...
- Carajo! - maldijo al acordarse de los contrabandistas. - Esos hijos de sus madre me balearon! - En un segundo , Douglas estaba sentado debatiéndose . Charity retrocedió y encontró su mirada desvariada. - Con mil diablos, dónde estoy ... dónde está... -
- Vos... - La reconoció de alguna forma. Una rubia vestida de negro. Esa cara de ángel con labios opulentos y ojos increíblemente cálidos. Ella lo miraba como si él estuviese loco . - Quién diablos sos vos?
- Soy ... soy Charity Standing. Te he estado cuidando desde que fuiste traído a nuestra casa...
- Has estado ...
- ...cuidándote ... Cuidando tu ... tu ...
- Culo - él completó, sin pensar.
Por otro fugaz instante, todo lo de más se desvaneció. Solamente estaban los dos, sus cuerpos ardientemente pegados. Los corazones latiendo erráticamente, las caras enrojecidas.
El era una mezcla de masculinidad y una energía exacerbada.
Ella era así : adorablemente femenina y compasiva .
Austen describió un arco con la lengua rozando su labio superior. Charity entreabrió los de ella y se ruborizó . Ella se acordaba.
l Dónde te vi antes? - su voz se convirtió en un murmullo ronco, y sus ojos la estudiaban , deslumbrados con semejante belleza. Su manose levantó atrevidamente , y rozó la curva sedosa de la mejilla . Estaba fría y la piel era frágil como una fina porcelana.
Charity sintió el calor de esa caricia esparcirse por su cuerpo y abrir las puertas internas de su percepción y su consciencia. Contuvo el aliento.
- Intenté ayudarte ... después del accidente con el carruaje. - Ella se enrojeció y bajó las pestañas.
- Accidente con el carruaje? - su mano recorrió el contorno sedoso de su cuello.
- Dios ayúdame ! - lady Margaret murmuró estupefacta. Si no hacía algo pronto , eso iba a suceder delante de sus propios ojos! Carraspeó y exclamó: - Una nalga no es un lugar del todo conveniente para ser herido! Perdió bastante sangre, señor. Ahora, la herida se volvió a abrir con la caída. No tiene mucha suerte , verdad, muchacho?
Los dos se ruborizaron con pudor.
Austen giró el cuello y se encontró con una vieja de ropa con estampado muy chillón y un turbante , con una mirada acusadora que lo aturdió . Sentía los ojos de la joven y luchó contra el impulso de mirarla nuevamente. Ese ángel rubio lo había cuidado , Douglas se dio cuenta ; había cuidado de su... culo. Oh, Dios, qué humillación! Cuánto mas bajo podría caer?
- Dónde diablos queda Standwell? Y dónde está Stephenson?
- Stephenson? - La vieja se adelantó , y él notó que había varios objetos bizarros colgando en su cuello.
- Si , Stephenson. Mi ... criado. - Douglas respiró profundamente . El dolor latiendo en su cabeza y en su trasero ya era suficientemente insoportable ; y ahora tenía que agregar su orgullo herido también. - Si tuvieran la gentileza de enviar un recado al hospedaje Trayside, en Mortehoe... Estoy cerca de Mortehoe, verdad ? Stephenson, mi criado, tomará providencias para aliviarla de mis cuidados.
Las dos salieron del cuarto. Lady Margaret fue hacia las escaleras. Charity se quedó parada en el corredor, mirando la puerta del cuarto de huéspedes, mordiéndose el labio.
Quien quiera que fuese su forastero, el señor Austen ciertamente no era el caballero que había imaginado. Dormido, parecía guapo , educado y lleno de cualidades admirables. Despierto, era autoritario e intimidante , y con un carácter y lenguaje chocantes. Charity notó , con pudor, que esa disparidad era el resultado de sus propios devaneos románticos, y peor, que su imaginación se había acelerado por una propuesta de casamiento y el beso de un hombre que era evidentemente no estaba bien de la cabeza.
Suspiró al acordarse del torbellino de emociones que se había desencadenado dentro de ella cuando él la había sujetado y la había tocado. Estaba en medio de una loca confusión de nuevos y extraños sentimientos que las caricias y las miradas le habían provocado. En la maraña de emociones, reconocía trazos de compasión, placer, ansia, curiosidad... y hasta incluso una puntada de miedo. Jamás había sentido tantas cosas diferentes al mismo tiempo. Y se estremeció.
No fue preciso enviar un recado al hospedaje Trayside. Pronto en las primeras horas del a mañana, el barón de Pinnow estaba en el umbral del zaguán de Standwell con un sujeto robusto . Lo presentó a lady Margaret como Stephenson, el mismo hombre que Douglas Austen había mencionado.
Lady Margaret frunció la frente y los condujo por las escaleras para ver al paciente.
- Se despertó esta mañana de bastante mal humor y con una lengua bastante sucia.
- No son los modales habituales de su señoría, estoy seguro . El señor Stephenson me informó que su señoría tuvo un feo accidente con su carruaje hace pocos días. .. Tenía un herida en la cabeza, creo .
- Su señoría? Ese hombre malcriado es algún tipo de noble ?
- Vizconde de Oxley - Pinnow anunció satisfecho.
Un vizconde era el tipo de persona que era conveniente ayudar cuando se tenía la oportunidad.
-Su señoría ha estado bajo mucha tensión , y estoy seguro que se mostrará eternamente agradecido cuando recupere su buen talante habitual y su vigor físico.
Lady Margaret estrechó sus ojos y bufó. Continuó subiendo las escaleras y fue hacia el cuarto, donde "Su señoría" se debatía entre las sábanas arrugadas, agarrado algo que tenía colgado en el cuello.
- Estoy siendo estrangulado! Qué carajo es esta maldita cosa ?! - Tiró un puñado de colgantes extraños que llevaba debajo de la camisa de dormir .
- Mi lord ! - Stephenson corrió al lado de la cama. - Está bien , mi lord ?
- Que diablos es esta porquería? Es una brujería? - Austen gritó, arrugando la nariz por el olor que emanaba de una cosa que parecía ser un pedazo seco de carne. - No basta con que me hayan pegado un tiro en el culo y que casi me haya desangrado hasta la muerte?! Ahora están intentando estrangularme ? - Stephenson lo miraba de ojos muy abiertos. - A dónde estuviste ? No te quedes ahí parado como un imbécil ; ayúdame a sacarme esta porquería de brujería !
- No se atreva a tocar esos amuletos!
Douglas se dio vuelta para encontrarse con la vieja bizarra. A su lado estaba un caballero alto y pálido, apoyado en un bastón.
- Tiene poderes curativos y , mientras esté en esta casa, va a usarlos! - Ella se adelantó colocando los colgantes de los talismanes y amuletos en el cuello de Douglas.
- Poderes curativos? Esto es un montón de porquerías sacadas de vaya a saber de donde ...
Lady Margaret levantó el mentón, profundamente indignada.
- No es un montón de ... - Agarró un fragmento de hueso colgando de un cordón rojo en el cuello de él. - Esto es un pedazo de hueso de la pata fracturada de una vaca que se curó milagrosamente. Este otro - ella tomó otro talismán , más plano - es parte del omoplato de un lobo. Y esto - mostró una especie de piedra blanca colgando de una tira de cuero - es el diente de un gato que vivió veinte años!
- Diente ... - Austen se estremeció e intentó arrancar el cordón , pero ella se lo impidió. - Y esto qué demonios es ? - él ironizó, sujetando una cosa blanda y oscura entre los dedos.
- El hocico de un murciélago?
- Es tejido de las pelotas de toro ! - la vieja proclamó furiosa.
- Es para restablecer el vigor físico. Y para ayudarlo a que se pueda sentar sobre su trasero! - El brillo en los ojos de lady Margaret decía que ella se estaba vengando . El terror en los de Austen decía que la mujer era una bruja.
Estaba usaba las pelotas de un toro para ayudarlo a sanarse ? Por Dios, eso no podía ser verdad ! Estaba demasiado aturdido como para resistirse cuando la vieja colocó los colgantes podridos en su cuello.
- Por favor, su señoría - el barón se adelantó , ansioso por calmar al noble herido. - Lady Margaret Villiers es una reconocida herborista y sanadora naturalista . Sus métodos pueden ser... poco ortodoxos... pero son muy eficientes.
- Y ... quién diablos es usted?
- El barón de Pinnow, magistrado del distrito de Mortehoe, a sus órdenes. - Pinnow se presentó . - Fui yo quien lo encontró en el camino esa noche y lo traje aquí. Sabía que recibiría los mejores cuidados.
- Mi eterna gratitud - Douglas murmuró entre dientes mientras un dolor agudo subía por su cuello. Los músculos de los hombros parecían quemar. Jamás se había sentido tan miserable en su vida.
El barón estaba visiblemente avergonzado.
- En verdad, vine a hacerle algunas preguntas sobre el incidente, si no le molesta . Tiene idea de quién lo baleó ?
- Ni la menor ideas.
- Entonces, alguien que pueda contarme lo que sucedió ... o que haya visto ... o escuchado ...
- Investigar es su trabajo, yo no tengo ni la mas mínima idea . Yo soy la víctima , fui baleado, se acuerda ? . Yo volvía al hospedaje... - Douglas se calló a tiempo e hizo una mueca de dolor para disimular. No podía revelar que había salido para encontrarse con los contrabandistas.
- El volvía después de comprar un lote de tela muselina. - Stephenson agregó . - Su señoría se dedica al comercio, sabe. Una compañía en Londres... y vino a inspeccionar... mercaderías de la región .
- Muselina... Entiendo, ese tipo de comercio me es familiar. Continúe, por favor.
- No hay nada más que decir. No recuerdo el incidente. Probablemente, fui atacado por salteadores del camino o ladrones.
- Ladrones... seguramente , ya que no tenía ningún documento o valores cuando lo encontramos. Sin duda, más tarde va a de acordarse de más detalles.
Las preguntas del barón desviaron la mente de Douglas Austen de la incomodidad del dolor a otras consideraciones más importantes. Si había algo que no precisaba en ese momento era un funcionario de la justicia haciendo preguntas y metiendo las narices en sus negocios. Necesitaba hallar un modo de salir de allí , volver a Londres ese mismo día, e inmediatamente . Tenía negocios que atender y clientes que calmar. Luego / , un pensamiento más terrible lo invadió. Mientras estaba allí con un agujero en el culo , la temporada social de Londres llegaba a su fin ! Se volvió hacia Stephenson, sus ojos brillando con aflicción .
- Alquila un carruaje inmediatamente. Volveré a Londres hoy mismo ... ahora mismo !
- Qué ? - Stephenson lo miró como si hubiese perdido el juicio.
- Tonterías ! - lady Margaret gritó . - Acabo de coserlo después que se cayó de la cama. Usted no va a ninguna parte .
- Oh, si , volveré a Londres en esta misma tarde. - Douglas se dio vuelta hacia la vieja con una expresión humillada. - Ya sé que le debo mucho, señora, y no la incomodaré más. Trae un carruaje, Stephenson, lo antes posible!
- Ridículo! Se va a volver a abrir el trasero!
- Está seguro, mi lord ?
- Por favor, señor vizconde, reconsidere la idea...
Todos se pusieron a hablar al mismo tiempo, en la tentativa de persuadirlo.
Charity se deslizó dentro del cuarto sin ser notada y se detuvo cerca de los cortinados de la cama, para observar a Douglas Austen. Qué clase de hombre era él ? Había sido testigo , en los últimos minutos, de su genio irascible y su naturaleza autoritaria. Se trataba de un hombre bastante directo y contundente. Y era obvio que el dolor lo estaba torturando . Los nudillos de sus dedos estaban blancos, aferrados a la sábana, y las manos, cerradas en puños. Los hombros anchos temblaban de furia.
Charity se mordió el labio y dio la vuelta a la cama.
En el instante en que ella surgió delante de su vista, se convirtió en el foco de los pensamientos confusos de Douglas. Y, esa vez , él la evaluó completamente.
Usaba ropa severa, un vestido negro de cintura alta desprovisto de adornos. Los cabellos rubios sujetos en lo alto de la cabeza. La sencillez del vestido y del peinado contrastaba con la perfección de su piel, el rojo vibrante de sus labios y el color miel de sus ojos . Al aproximarse , la tela suavemente moldeó un conjunto muy femenino de curvas, haciéndolo contener el aliento en la garganta.
- Sientes dolor , señor Austen? - Charity abruptamente fue hacia la colección de jarras y frascos sobre la mesa cerca de la ventana. No le importaba ese comportamiento ríspido. El estaba sufriendo y no quería admitirlo . Debía ayudarlo.
Sullivan Pinnow se calló y siguió la mirada intensa del vizconde. Se apresuró a ir hasta Charity.
- Señorita Charity, debemos convencer a su señoría, el vizconde, de quedarse. No puede viajar así.
- Su señoría? - Charity registraba finalmente el término enfático. El guapo e irascible señor Austen tenía un título, era un vizconde? Algo dentro de ella se encogió con decepción ante esa noticia.
Un noble. Debería haberlo adivinado. Levantó el mentón y llevó la mezcla grisácea hasta el borde de la cama. La voz de Charity se suavizó involuntariamente:
- Esto aliviará tu incomodidad... su señoría.
Douglas abrió los ojos, con pánico. Esa joven parecía apoderarse de sus sentidos. Era el dolor , con certeza , lo que le causaba esa reacción bizarra y febril cada vez que posaba sus ojos en ella. Extendió la mano, y sus dedos se curvaron sobre los de ella alrededor de la taza, empujándola, trayéndola para más cerca.
- Qué es ? - él preguntó bruscamente. - Garras de murciélago y patas de araña? - Vio esos ojos castaños dorados nublarse con ese comentario sarcástico.
- Corteza de algarrobo... y manzanilla... - Los dedos de él se cerraron, y ella tragó en seco. - Y secretos.
- Qué secretos? Los tuyos?
Charity se inclinó un poco más, incapaz de responder. Luego , sin conseguir resistir el impulso, lo miró a los ojos. Douglas se levantó lentamente hasta que sus mejillas casi se tocaban.
Los ojos de Austen eran de un gris turbulento, como las nubes de tormenta en torbellino, y lanzando peligrosos rayos. Los de ella eran de un sereno castaño color de miel, como la propia tierra, rica, paciente, abrigando profundos misterios.
Intensos, ella se maravilló.
Muy intensos, él reconoció.
Douglas se recobró abruptamente y se dio cuenta de que los demás los observaban boquiabiertos. Charity sintió casi como un dolor físico cuando la profunda conexión entre los dos se rompió. Soltó la taza y se enrojeció violentamente. Y Douglas tragó el remedio con visible pudor. Ninguno de los dos tenía la más leve idea de cuanto tiempo había durado ese intenso intercambio visual. Pero tanto el barón como la abuela de Charity juzgaron que había traspasado los límites de la decencia.
- Debemos respetar el deseo de su señoría de recuperarse a su propio ritmo... y bajo cuidados de sus médicos! - exclamó el barón, irritado.
- Voy a prepararle ahora mismo un poco de mi remedio para que lleve en el viaje. - Lady Margaret corrió a la puerta, y luego se detuvo. - Es mejor que vengas conmigo. - se volvió tomó a su nieta por el brazo.
Charity se ruborizó todavía más y lanzó una última mirada tumultuosa a su ex paciente. No había tenido la oportunidad de ayudarlo después de todo ; él se marchaba!
El barón pidió disculpas y salió, dejando solamente a Stephenson en el cuarto con Douglas. El criado miró a su patrón con una sonrisa de malicia. Había visto la manera en que él había mirado a esa joven voluptuosa.
- Supongo que no va a precisar el carruaje ahora...
Douglas lanzó una mirada feroz a su criado.
- Estás muy equivocado, maldición! Cuanto antes me marche de este manicomio, mejor.
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