jueves, 14 de enero de 2010

JETTATTORE - CAPITULO 26 - BETINA KRAHN

CAPITULO 26


Lady Margaret caminaba impacientemente por el cuarto , con una vela en la mano, a la espera que la luna naciese. Era luna nueva, la luna del portento, y quería estar atenta cuando el primer arco ascendiese en el horizonte... o donde hubiese un horizonte al oeste de Londres.
Cuando juzgó que era la hora, subió las escaleras al final del corredor hasta el tercer piso , pasó por los cuartos de los criados y atravesó a puerta hacia un pasadizo que corría a lo largo del tejado. Se sujetó a un a baranda baja de madera, escudriñando el cielo de la luna del augurio. Finalmente localizó el fino arco y , luego , se concentró en él.
Pero por más que intentase focalizar los ojos, la tímida luna continuaba indistinguible , difusa en sus bordes y difícil de ver en detalle . Se frotó los ojos, los forzó y giró a cabeza en siete diferentes ángulos. Las manchas familiares de la luna , dónde estaban? Como quiera que la mirase, la luna nueva permanecía siendo una sonrisa luminosa que guardaba sus secretos misteriosos.
La vieja se rascó la frente ansiosamente . Su visión ya no era tan buena como antes. Pero no había imaginado que se le hubiese empeorado tan rápidamente . Dios, qué haría ? Necesitaba respuestas, tenía que encontrar un modo de ayudar Charity y a su marido cabezadura.
Apretó el chal contra su pecho, con una certeza. Había llegado el momento . Tenía que buscar ayuda, alguien que supiese tanto o más que ella sobre la luna.


El sol brillaba esplendorosamente a la mañana siguiente, y el cuarto y la cama tenían un calor reconfortante cuando Charity despertó. Se desperezó y salió de la cama. Le había prometido a Douglas que intentaría ser su esposa en todas los aspectos, y era eso lo que planeaba hacer.
Una criada de mediana edad apareció con una bandeja con chocolate y galletas. También le avisó que la costurera la esperaba. Charity parpadeó . Habría salido corriendo escaleras abajo si la criada no sugiriese que podría querer bañarse y después vestirse, antes de encontrarse con la modista.
Charity se ruborizó . Se daba cuenta que precisaba aprender a ser una viscondesa. Respiró profundamente y siguió a la criada a un cuarto contiguo, revestido de azulejos moriscos en las paredes y en el piso . Una enorme bañera de cobre llena de agua caliente reposaba como una invitación en el centro, en medio de toallas inmaculadas, exhalando un vapor perfumado. Era el cuarto de baño, la mujer explicó, desviando la vista cuando Charity entró en la tina.
La criada salió y volvió más tarde, para ayudarla a vestirse . Y se resbaló con la espuma que se había rebalsado de la tina. Aterrizó sobre su trasero y se quedó sentada completamente aturdida. Al levantarse , se llevó un susto todavía mayor ante una patrona que, pálida, le pedía mil disculpas por haber sido descuidada.
Después de vestida con el nuevo corset francés, las enaguas bordadas y el vestido que la criada le había traído , Charity fue ver a modista. Se Probó uno de los vestidos. Dos pedazos de una carísima seda italiana habían sido cortados de manera errada. La modista, furiosa, le gritó a asistente, quien retrocedió y golpeó una pila de cajas con sombreros, derribando todo. Sin querer le dio una codazo al muchacho de los recados, quien saltó hacia atrás y pisó un sombrero de terciopelo que había rodado por el piso.
Era una cadena de accidentes perfectamente explicable. Pero cuando la horrorizada sombrerera levantó su creación aplastada y comenzó a llorar, como eso había sucedido ya no era importante . Jettatore, Charity pensó. Qué más podría ser? Se acordó de la promesa hecha a Douglas y levantó el mentón. Había prometido vivir con él y ser su esposa, pero eso no quería decir que no iba a preocuparse por su seguridad y la de su hogar.


Douglas se había levantado temprano y había sido a la oficina para resolver algunos problemas . Sabía que Charity estaría ocupada con las pruebas y , al volver para casa ,se retiró al estudio.
Le pidió a Eversby que llevase a Wolfram al almacén más cercano y le comprase una correa o algún bozal de algún tipo, para hacerlo más fácil de manejar. El mayordomo miró el cuerpo enorme de Wolfram y empalideció. Llamó al portero y a un muchacho para que trajesen cuerdas, y pronto el reticente criado era arrastrado por las puertas de la mansión por el exuberante perro de Charity.
Douglas había observado todo desde el zaguán con una sonrisa. Era un primer y prudente paso para colocar la casa y la vida familiar sobre su eje . Volvió al estudio y le pidió a Eversby que llamase a lady Margaret... su segundo paso.
- No hará ninguna mención del efecto jettatore de Charity , mientras esté bajo este techo - le dijo , con firmeza. - Va a volver a colocar cada objeto frágil que sacó de su lugar a su posición original y va a retirar todos esos amuletos inmundos de cada rincón y hendija de mi casa. Y si quiere continuar a viviendo con nosotros , usará ropas decentes y se librará de esos colgantes que tiene en el cuello.
La vieja se movió en la silla y , por un largo instante, ambos entablaron una batalla visual de voluntades.
- No me voy a sacar este! - ella levantó la luna creciente que tenía en el cuello. - Está conmigo hace años y no huele a nada . Ni esta piedra , ni el penique de la suerte. - Su mentón temblaba y en los ojos fatigados habían una expresión tan vulnerable cuanto la de Charity, al sentirse presionada.
- Mierda con usted y sus brujerías ! Puede quedarse con todo eso . Pero , de ahora en adelante, va a usarlos debajo de las ropas nuevas.
- Ropas nuevas? - Lady Margaret cruzó los brazos . - Yo no tengo ropas nuevas.
- Las tendrá, abuelita . Las tendrá.



En seguida Douglas mandó a llamar a lady Catherine, quien llegó en una nube de seda, malhumorada por verse impedida de salir para hacer sus visitas matinales. Douglas fue directo al punto.
- Ha habido mucho descontrol en esta casa últimamente - él comenzó. Los ojos de lady Catherine se estrecharon. - Demasiada conversación sobre mi casamiento y curiosidad morbosa acerca de mi esposa.
- Tu comportamiento irracional provoca esa censura. Vos causaste todo eso. - Ella levantó el mentón y apuntó su nariz imperial hacia Douglas. - Yo no tengo nada que ver con todo esto.
- Sos mi abuela, la vizcondesa de Oxley, y formas parte de mi familia, ahora que vive a mis expensas y bajo mi techo. - la miró con firmeza. - Creo que lo mejor es enfrentar todas las especulaciones y rumores . Quiero que seas la madrina de Charity para presentarla en sociedad. Ella debe aprender sobre la vida en Londres y los asuntos sociales para adaptarse de manera apropiada a su nueva vida. Y ayudaría a acallar los rumores , tenemos que ser vistos en público, tal vez en una cena o una fiesta... o incluso en el baile del duque de Sutherland. Vos podrías conseguir una invitación .
- Madrina de ella? Conseguir una invitación ? Eso fuera de cuestión! - Lady Catherine se levantó . - Vos fuiste a Devon, te enredaste en un casamiento poco claro . Y causaste un escándalo y todos los rumores al casarte con esa granjera, o sea , ahora arréglense ustedes solos ! No me involucraré en nada que se relacione con tu esposa. Ella está fuera de su ambiente y de su status social y vos sabes eso. .. Vos te hiciste la cama, ahora acuéstate . - Ella Giró sobre sus talones y estaba a medio camino de la puerta cuando se volvió para asestar la última estocada.
- Eres como tu abuelo , un animal libidinoso. Yo siempre tuve razón . No te mereces ser parte de una sociedad civilizada.
Douglas sintió que la rabia lo consumía .
- No me parezco tanto a mi abuelo. El tuvo la capacidad de librarse de vos.
Lady Catherine jadeó y se encogió con el golpe. Se dio vuelta y huyó del estudio, después de la casa, dominada por la ira. Ciega de indignación, no había visto Charity parada, parcialmente oculta por la puerta abierta del estudio.
Charity había bajado las escaleras para escapar de la tensión provocada por los contratiempos de la mañana. Había planeado mostrarle a Douglas el primero vestido listo y agradecerle . En vez de eso, lo había sorprendido en medio de una discusión con su abuela, una discusión respecto a ella.
Hasta entonces ella solamente se había preocupado por los problemas que ser jettatore podrían causarle a él. No se había dado cuenta de lo que el hecho de haberse casado también tenía un efecto calamitoso. Dios.... Douglas quería, necesitaba una presentación en sociedad para acallar los chismes sobre el casamiento con una provinciana sin dinero ni relaciones. Y lady Catherine no iba a amadrinarla , exactamente por esa misma razón: él se había casado demasiado rápidamente y de una forma impensada con una muchacha sin un centavo, sin modales y que era socialmente inferior a él .
Corrió hacia las escaleras.
- Charity? - Douglas la vio desde la puerta del estudio y salió para alcanzarla. - Charity, qué está haciendo aquí ? Creí que estarías ocupada con las pruebas durante toda la mañana. - Con una sonrisa amplia, la empujó para o estudio y cerró a puerta. Ella se quedó inmóvil por un instante, con las manos tomadas por él, mirando el confortable aposento con sus estantes llenos de libros y las poltronas de cuero, la mesa lustrada.
- Pensé que te gustaría ver como tu dinero está siendo gastado. - Charity se soltó y dio una vuelta exhibiendo la ropa . - Espero que lo apruebes. Me temo que es muy caro.
Los ojos de Douglas brillaron al recorrer las curvas femeninas y después se estrecharon al notar su aflicción .
- Sucedió algo , Charity?
- Sucedió ? No. - ellas se enrojeció y bajó la vista . - Quiero decir, es solamente cansancio. Muchas decisiones que tomar.
Ella escondía algo , Douglas pensó. Ansiedad ? Miedo? O el peso de su nuevo papel le resultaba desagradable ? Necesitaba conversar con su esposa, o tal vez transmitirle confianza con su toque "mágico". El sonrió.
- Déjame ver. Que tela mas suave y agradable. .. - Pasó la mano por la manga corta, por los volados del escote, después por los costados de los pechos hasta la cintura. . Vio que ella temblaba, y sonrió maliciosamente.

- Veo que estás adoptando la moda osada de Londres, mi ángel. No estás usando corset .
- La señora Carsten, la modista, dice que los corsets son una antigüedad.
- Ella debe saber. Aunque , debo confesar, como hombre casado, que eso me preocupa. Saber que estos bellos pechos y estas caderas sedosas están tan... accesibles. - Cerró las palmas en los pechos, palpándolos suavemente.
- Quiero amarte, mi ángel. - Y la llevó fuera del estudio , hacia las escaleras y hasta el cuarto.
- Douglas! Douglas, estamos en medio del día!
El se rió y se detuvo para traerla junto a su propio cuerpo.
- Todo funciona del mismo modo a la luz del día, mi ángel. Ya te olvidaste? - La besó , un beso lascivo. Cuando rodillas de Charity flaquearon y ella se tambaleó , la empujó adentro del cuarto y trancó la puerta .
- Quieres saber qué está de moda entre las damas más osadas de Londres? - Antes que ella pudiese hablar, sus dedos levantaban la muselina leve de la falda hasta la cintura. Soltaron los lazos de la enagua, que cayó amontonada en el piso . Las faldas volvieron a bajar hasta los pies. - Ellas no usan enaguas, para que los vestidos se muestren más reveladores alrededor de las piernas. - le acarició las nalgas por encima de la tela.
- Pero es tan... me siento tan...
- Desnuda - él murmuró, besándole a base del cuello.
- Creo que esa es la idea; sentirse y parecer tan desnuda como ser posible, aunque vestida. Quieres saber más, mi ángel?
Charity aceptó , hipnotizada por la sensación de esas manos que se deslizaban por sus nalgas y muslos, provocándole estremecimientos . Dejó que Douglas la empujase de espalda hasta detenerse contra el lavatorio, presa en un abrazo por la cintura. El levantó el jarro con agua y, antes que ella se diese de lo que pretendía hacer, le arqueó de espaldas y vertió en un lento hilo de líquido sobre los pechos , por la cintura y el vientre. Ella se encogió con el agua fría.
- Douglas! Qué estás haciendo? Me vas a arruinar el ... oh!
- La muselina no se estropea con agua - él murmuró, apretándola contra el pecho. - Confía en mí, mi ángel. Déjame mostrarte. - La besó con intensidad. La apartó y vertió agua nuevamente, sujetándola por la cintura. El riacho erótico ahora se escurría entre los pechos y tensaba los pezones y bajaba por el vientre para desaguar en su monte púbico .
- Las damas atrevidas de Londres mojan sus vestidos. - Dejó la jarra en el aparador y la tomó por las manos.
- Camina para que te vea, mi ángel.
Douglas tenía razón. La tela mojada era como una mano acariciante sobre el cuerpo, deslizándose, pegándose, moldeando los puntos más sensibles da piel en una exhibición absolutamente indecente.
Charity se sentía expuesta, desnuda de una manera que jamás había imaginado. Y su cuerpo comenzaba a responder con lascivia, con movimientos ondulantes y , mientras Douglas la observaba, con gestos provocativos, movimientos que Charity había hecho solamente durante el acto sexual . Y dejó que su cuerpo hablase, exhibiese su propia hambre, revelase sus formas más íntimas, y sus más locos deseos. Charity caminaba contoneando las caderas , aproximándose a él, excitándolo con su propia lujuria. Y se sintió poseyendo un nuevo poder.
Se paró delante de Douglas, mirándolo con una promesa lasciva en los ojos . Y se movió , rozándose contra el cuerpo de él, tocándolo y acariciándolo con los pechos , el vientre, los muslos, y el pubis.
Encontró el bulto inflamado del miembro de Douglas y se frotó sobre él.
El la encerró en sus brazos y bajó la boca sobre la de Charity con un gruñido primitivo . La devoró con besos ávidos mientras le quitaba el vestido de los hombros y los pechos.
De alguna forma lograron llegar hasta la cama, dejando las ropas por el camino . Vestida solamente con la ropa interior de encaje y medias, Charity se hundió en las almohadas y lo empujó sobre ella . Y Douglas comenzó a urdir la magia ... diurna .

Sintiéndose feliz y plena , Charity se anidó en sus brazos de Douglas, ahora absolutamente en paz, y deseó que pudiesen quedarse allí, aislados del resto del mundo. El le besó la frente.
- Cómo sabes tanto sobre las damas atrevidas de Londres, que no usan nada debajo de vestidos mojados? - ella preguntó.
- Es que... oí decir.
- Oh... canalla. - Charity se rió, golpeándole el hombro en un gesto inofensivo. - Fue más que oír...
Douglas levantó la cabeza e la miró con un brillo pícaro.
- Un canalla ... con necesidades.
- Apuesto a que . .. fuiste a ...
Los ojos de Douglas se estrecharon y ella lo codeó. El se rió del uso enfático del verbo en pasado y la abrazó.
- Es cierto, fui - concordó.
- Por qué tu abuela te detesta tanto? - ella preguntó, después de un silencio . - Por favor, cuéntame.
Douglas rodó de espalda y respiró profundamente . Y Charity se dio cuenta que él seleccionaba las palabras mentalmente, escogiendo lo que iba a decirle.
- Ella no me conoce tanto como para detestarme - él comenzó, a la defensiva -, pero eso no parece ser un impedimento . La única persona a quien mi abuela odia es a su marido, mi abuelo. Hace tiempo que está muerto, pero su odio por él ciertamente no lo está. Y cada vez que me ve mí, lo ve a él . Soy parecido a él. - Douglas apretó los dientes. - Mi abuelo la abandonó por otras mujeres. No por una mujer... sino por varias. Era un viejo extravagante y Don Juan . Después de escándalos y más escándalos, el rey "le pidió " que dejase Inglaterra. Y ahí es donde entra Barbados. mi padre le siguió los pasos, excepto que su locura fue por solo una mujer, que era duquesa e inmensamente rica... y casada. Barbados de nuevo. Mi madre murió cuando yo tenía seis años, y él me mandó buscar. Crecí en el exilio "no oficial" de mi padre, con la mancha de la desgracia de los Austen. Y con el sol y el salvajismo de Barbados marcando mis modales y mi piel. Sólo volví a Londres después de la muerte de mi padre. Barbados a veces era cruel . Pero la toda poderosa sociedad londinense es mucho más cruel.
Charity sintió su corazón doler. La infancia en Barbados y la apariencia exótica... El abuelo y el padre exilados por una lujuria sin freno ... Esposas traicionadas y amargadas. Aparentemente, los problemas de la familia de Douglas no habían comenzado con una jettatore.
- Entonces no soy yo ? - ella murmuró, incapaz de creer. - Tu abuela no te odia por mi causa?
- Eso fue lo que pensaste , mi ángel? Te culpaste por la rabia de mi abuela contra mí? - La culpa que Charity cargaba era tan fuerte que se consideraba responsable de todos los problemas a su alrededor . - Fui considerado inaceptable por mi abuela y su círculo de amistades antes de casarme con vos, antes de que llegase a Devon. - Douglas se rió con amargura. - Mucho antes que naciste, muy probablemente.
El alivio inundó a Charity. Y , con el alivio, también veno una fría constatación que la alcanzó como un rayo: se había estado culpando por problemas de familia que probablemente habían comenzado con el abuelo de Douglas, mucho antes que ella naciese.
- Charity - él continuó -, no puede sentirte responsable de todos los problemas que ocurren a tu alrededor; eso no es razonable. Tu padre sabía eso. Y es por eso que se rehusaba a dejar que tu abuela dijese algo respecto a la supuesta "jettatore".
- Tienes razón - ella admitió. Era verdad, pero no cambiaba el hecho que los accidentes ocurrían con una frecuencia muy llamativa.
Las palabras ofensivas de lady Catherine volvieron de repente a su mente, pero ahora sin el peso de la culpa. Charity sintió su cara arder por el orgullo herido. No era una granjera. Era la hija de un hidalgo de un antiguo y honorable linaje , y su abuela era hija de un duque... y la hermana de un duque!
Miró a Douglas y pensó en su ternura, en su generosidad para con ella, con la abuela y hasta con Wolfram. Su marido merecía más. Merecía lo mejor. Y se juró conseguir la famosa presentación social , la invitación que quería y precisaba para entrar a la todopoderosa sociedad. Iba a ayudarlo! Sus ojos brillaron ante esa perspectiva de ser útil de nuevo.
- Charity? Qué pasa?
- Estaba pensando... - ella dijo, con una sonrisa. - vas a derramar agua sobre mí cuando salgamos?
Douglas se ruborizó .
- Confieso que exageré un poco con el agua. Las damas atrevidas mojan sus vestidos, no se ahogan en ellos. Pero me entusiasmé ,y no pude parar.
- Eso es algo de vos que me gusta - ella ronroneó, enroscándose en él.
- Qué es ? - Douglas murmuró.
- Sos desbordado y excesivo.


Después de la cena, Charity apareció en el cuarto de lady Margaret con un brillo en los ojos y una misión en mente.
- Abuela, conoces alguien en Londres?
- No, creo que no - dijo a vieja, frunciendo la frente . - Oh, bien, a la glotona da Ellie Farquhar, mas no sé qué sucedió con los otros. Ah! Claro, Teddy. Dios! No lo veo hace años!
- Teddy?
- Tu tío Teddy, mi hermano menor .
- Yo no sabía de la existencia de ese tío Teddy. Por que nunca me hablaste de él ?
- Si , te hablé de él alguna vez . Es el duque de Clarendon.
Los ojos de Charity se abrieron enormemente con satisfacción .
- Tío Teddy. Oh, abuela, sería imperdonable de tu parte no visitarlo ahora que estamos en Londres! Oh, abuela... ?l le debes algún favor?


Dos días después, el mayordomo del duque de Clarendon anunciaba una visita:
- Su Gracia, lady Margaret Villiers.
El canoso duque de Clarendon sacó los ojos del periódico, lanzó una mirada intrigada a su esposa y después a la puerta donde estaba lady Margaret, elegantemente vestida. Las grandes argollas de oro en sus orejas lo hacían acordar a alguien. Arrojó el periódico a un lado y se levantó , mirando a la mujer arrugada parada en la puerta.
- Teddy? - Lady Margaret estrechó los ojos y examinó a su hermano y después a su cuñada, hallándolos mucho más viejos de lo que recordaba . - No te habría reconocido si no fuese por tu nariz de loro.
El duque casi atragantó. nadie lo llamaba de "Teddy" hacia décadas o se refería a su "nariz de loro ". Nadie jamás lo había hecho , a no ser...
- Margaret?
- Soy yo , Teddy. - ella se adelantó y se detuvo en medio de la elegante sala de estar, invadida por nostalgia y recuerdos. Un momento después, los ojos del duque se turbaron con emoción cuando sonrió y le extendió las manos.
- Maggie!

No hay comentarios: