lunes, 4 de enero de 2010

JETTATTORE - CAPITULO 10 - BETINA KRAHN

CAPITULO 10


Austen gemía y se rascaba rozándose sobre las sábanas cuando Melwin entró con una bandeja con té y caldo.
- Perdón , su señoría , pero no le parece que está un poco caluroso aquí?
- Caluroso ? No. Esto es un horno! Están planeando asarme y servirme en la cena!
Melwin se apresuró a abrir la ventana. Un aire fresco fluyó dentro del aposento, y él volvió para servir el té .
Douglas vio al viejo criado retirar la tapa sobre el tazón de sopa que exhalaba un aroma delicioso a carne. Con el ceño fruncido , Melwin tomó una cuchara, la llenó de sopa y la guió a la boca de Douglas.
- Qué diablos piensa que está haciendo? - Austen retrocedió , los ojos fusilaban al viejo .
- Dándole la comida , su señoría . Ordenes de la patrona. Debe abrir la boca, señor.
- Que venga Satanás en persona a pedirme eso ! - Douglas cerró los dientes. - No! Yo me alimentaré solo, mierda, deme la cuchara !
Unos ojos cansados lo miraron . Luego la cara de Melwin se arrugó como una almeja seca.
- Como quiera.
- Coloque la bandeja aquí. - Douglas sacó la almohada de la cabeza y la acomodó en su regazo.
El viejo mayordomo colocó la bandeja delante de Douglas y salió rezongando. Austen bufó con satisfacción .Por fin algo se hacía asu gusto.
Sopa de carne. Humm! Sacó la tapa de la tetera e inhaló el aroma. Té, fuerte y humeante. La boca se le hizo agua. Tomó la cuchara , la llenó , la llevó a su boca con gula y , luego tuvo que tragar rápidamente . Se había quemado la lengua. Carajo ! Por que la única cosa medianamente decente de ese lugar tenía que ser comida hirviendo ?


Un instante después, un pajarito entró por la ventana abierta del cuarto. Douglas oyó el batido de las alas y estiró la cabeza para ver de donde venía. No se dio cuenta que su peso estaba inclinado en el colchón y que la bandeja se resbalaba. Cuando lo notó , ya era demasiado tarde . La sopa caliente y el té hirviendo caían en una ola de lava que se escurrió directamente a su pene .
- Aaaahhh!
Charity oyó el grito de agonía desde el salón y en un segundo corría al cuarto de huéspedes.
Encontró al vizconde a retorciéndose en la cama en medio de un mar de vajilla, sopa caliente y sábanas empapadas.
- Cielos! - ella rodeó la cama como un relámpago. Colocó rápidamente las tazas en la bandeja y la dejó en el piso . Al levantarse , él sacudía la ropa mojada y se abanica con la sabana .
- Fue ese pajarito del demonio ... Un maldito pajarito entró volando ...
Charity le levantó la camisa de dormir .
- Saca los brazos - ella ordenó.
El obedeció, solamente consciente de que se estaba librando de esa cosa caliente, mientras Charity le quitaba la camisa por la cabeza y después la dejaba caer al piso . En seguida, ella corrió al aparador, tomó una toalla y la humedeció en el fuentón con agua fría. Douglas maldecía :
- Ese maldito té de mierda ... Por qué estaba tan caliente ?
- Creo que el té se hace con agua caliente . - Charity volvió en una carrera con el paño húmedo y lo comprimió contra la piel enrojecida. Douglas levantó los brazos para facilitar el trabajo, y ella se sentó en el borde de la cama.
- Cielos, eso si que se siente bien ... - Douglas cerró los ojos y suspiró.
Aquellas palabras sugestivas salieron de la boca sin ser pensadas. Las manos de Charity se paralizaron y , un instante después, él abrió los ojos. Estaban allí , sentados, a centímetros de distancia, tocándose y mirándose a los ojos .
Austen acababa de permitir que ella lo desnudase y ahora estaba desnudo delante de la joven, con solamente una sábana colocada sobre su entrepierna , el pecho y el vientre a la vista. Ella acababa de sacarle la ropa a un hombre y estaba sentada en la cama, a centímetros de un cuerpo desnudo y bronceado, tocando la piel caliente con sus manos frías.
Sus manos no le obedecían. Retírense, Charity ordenaba . El era tan firme... tan diferente a cualquier otro hombre que ella había conocido. Maravilloso. Con músculos asombrosos, con un suave vello negro que bajaba hasta la cintura y ... continuaba bajando. Por voluntad propia, sus dedos soltaron el paño húmedo para deslizarse por esa fascinante expansión de carne, explorándola.
Douglas rozó levemente esa cara ruborizada. Ella era tan delicada , tan suave, tan perfecta . Mientras los dedos de Charity corrían por su pecho en llamas, los de él se deslizaron acariciando la tez sedosa, los labios húmedos, el cuello delgado, los hombros suaves, hasta los senos que asomaban por el borde de la pechera . Dejó que se demorasen en el erótico valle que los separaba.
Temía que en cualquier instante ella pudiese huir de la creciente intimidad de sus ojos y de sus caricias. Pero Charity continuaba allí , todavía tocándolo.
Y él deseaba ese toque, ansiaba más.
- Los pajaritos dentro de la casa traen mala suerte - Charity murmuró, de repente.
- No creo eso.
- Y en qué crees ? - ella sentía el cuerpo inflamarse bajo sus caricias.
- En el trabajo duro. En el dinero hecho con sangre y sudor . Y ... - casi agregó en "las pasiones ". Pero no era el momento adecuado . Se sentía consumido por un ansiedad de poseer de algo completamente diferente, algo nuevo, algo... tierno.
Charity no podía tragar, no podía respirar.
- Dios Misericordioso! - exclamó una voz estrangulada desde el vano de la puerta.
Lady Margaret se tambaleó , sus mejillas eran brasas, sus manos apretaban su garganta y su pecho. Charity y ese vizconde negro estaban en la cama, cara contra cara, él desnudo como Dios lo había traído al mundo, y ella acariciándolo!
En un segundo , Charity saltó hacia atrás , y Douglas se arrojó de espaldas sobre la cama, subiendo la sábana sobre su cuerpo. Ella se levantó, roja como un tomate, y él se ruborizó intensamente. Balbucearon explicaciones. El pajarito en el cuarto ... la bandeja torcida... el té caliente... ella que quería ayudar...
Lady Margaret apenas escuchó esa historia ridícula del pajarito . Bufó de indignación y ordenó que Charity bajase y la esperase en la sala.
Charity se apartó , avergonzada, evitando la mirada de Douglas. Y cuando su nieta salió, la vieja se dio vuelta hacia él.
- Acepte un consejo. su señoría . Si quiere vivir para usar su trasero perforado , manténgase a una distancia segura de mi nieta. No quiero su sangre pesando sobre la cabeza de ella. - Con esa amenaza enigmática, la vieja se dio vuelta y salió, golpeando la puerta detrás de sí.

- Discúlpame , abuela - murmuró Charity en el corredor. - El se quemó y ... yo solamente intenté ayudarlo. - A l decir eso, sabía que había más, mucho más . Pero , quién confesaría cosas como excitación, fascinación y placer?
- Fuiste criada con decencia, Charity Ann Standing. Y no permitiré que te olvides de tu moral y te expongas. Ese hombre estpa acostumbrado a los patrones de compartimento una ciudad como Londres y a las damas finas. Yo te dije lo que él iba a pensar. Pero vos continuaste con tu empecinamiento y ahora lo viste desnudo...
- No completamente, abuela - ella protestó, su rostro muy rojo.
- Gracias por el consuelo - la vieja murmuró, ruborizada también. - Mi niña... - Tomó las manos de Charity entre las suyas. - No resultará nada bueno de tocarlo , de observarlo o de pensar en él. Es un hombre de mucha mala suerte . Y no le conviene asociarse con vos. .
La abuela tiene razón, comprendió Charity. Su señoría mostraba una alarmante propensión a los accidentes y calamidades. La cabeza golpeada, la herida de bala, la caída de la cama... Y ahora una quemadura!
Un instante después, su cara se iluminó con la más radiante sonrisa que lady Margaret le había visto en años. El corazón de la vieja casi se detuvo cuando Charity la besó en la cara y exclamó, con un aire determinado:
- Entonces tendré que pasarle mi buena suerte a él !

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