CAPITULO 30
La tormenta que se había anunciado durante toda la tarde se desató con furia. El viento soplaba rabioso y los rayoos cortaban las nubes. Los caballos de los carruajes relinchaban cuando Douglas empujó Charity en el patio, en busca de su carro . La metió adentro del carruaje y le ordenó al cochero:
- Vamos !
Charity se encogió en un rincón . Relámpagos iluminaban la cara perturbada do marido. Avanzaron por las calles y, con cada violento traqueteo del vehículo, la tensión entre los dos aumentaba. El estaba tan furioso... Cómo adivinar lo que podría hacer llegasen a la casa?
Las primeras gotas de lluvia cayeron cuando subían los escalones de entrada de la mansión. Douglas irrumpió en el hall de entrada y fue a la sala de cena, donde fue directamente a tomar loS frascos de sales sobre el aparador. Ante los ojos incrédulos de Charity, lo abrió y lo vació en el piso .
- No puedes hacer eso! - ella se agachó rápidamente y tomó un puñado de sal para lanzarlo por sobre su hombro, pero él se lo impidió.
- Qué mal podría hacer un puñado de sal? Charity, razona , por el amor de Dios. Lo peor que podría suceder sería que alguien se resbalase. Esa tonta superstición no es nada más que una forma sencilla de impedir que se desperdicie un elemento necesario en una casa!
- Es más que eso. Douglas, no puedes desafiar a la suerte!
- Ah, si que puedo! - El brillo en sus ojos prometía desafiar todas las ideas irracionales que limitaban y distorsionaban su vida con ella. - Lo que no puedo es seguir viviendo el resto da vida con la mitad de una esposa... mitad de un corazón... mitad de un amor! No pasaré mi vida anticipando el desastre. No puedo vivir así, Charity, y no creo que vos tampoco puedes . Puedes escoger no hacerlo. Puedes escoger la razón y la libertad por encima de la irracionalidad y la superstición . - Douglas se calló por un instante. Y su voz asumió un tono de ruego: - Y el amor. Puedes escoger vivir libre , mi ángel. Puedes escogerme.
Pánico y deseo la invadieron . Sería posible que fuese tan simple , solamente una cuestión de elección? Cómo podría eliminar la culpa por las catástrofes que sucedían a su alrededor , y llamarlas coincidencias o simplemente fingir que no habían sucedido? Charity retrocedió , visiblemente estupefacta.
- Dime que me amas, Charity - Douglas murmuró.
Ella desvió la vista .
- Entonces tendré que terminar con tu maldita mala suerte !
La agarró por el brazo y la arrastró hacia el estudio, donde tomó una escalera de madera y la colocó sobre su cabeza.
Con evidente insolencia, fue hacia la escalera principal, y caminó debajo de la escalera.
- Por favor, Douglas, basta ... No sabes lo que puede suceder. Por favor, vamos a conversar.
- Ya conversamos.
El subió al piso superior y a su cuarto con la escalera sobre su cabeza, con Charity a siguiendolo . Entonces se detuvo y miró a su alrededor, como si estuviese indeciso. Apoyó la escalera en el dosel de la cama y fue hacia la chimenea. Sacó los zapatos viejos que ella había escondido allí. Los llevó a la ventana, la abrió y arrojó los zapatos afuera, a la tormenta. El tacho con carbones de abajo de la cama y las ramos de muérdago tuvieron el mismo destino. Mientras el viento aullaba por las ventanas abiertas, Douglas limpió la sal de los bordes y fue a la chimenea para hacer lo mismo. Iba a borrar cada señal de superstición de sus vidas.
Charity lo vio arrancar los amuletos de protección uno por uno y sintió como sie él le estuviese rasgando su propia alma. Todos los pequeños rituales que eran parte de su vida diaria , cada evento sucedido en Standwell, surgieron en su mente . De repente, se vio envuelta en los sombríos recuerdos.
Retazos de historias sobre brujas, sobre hadas encantadas, cánticos , rimas, y predicciones. ..
sus sentidos se llenaron con el olor de hojas e hierbas poderosas escondidas en todos los rincones de la casa.
El cuarto se iluminó con nuevos relámpagos. Entre los dos, la tensión crecía mientras una lluvia furiosa fustigaba la ventana y el piso temblaba con el estruendo de los truenos. La turbulencia de la naturaleza afuera parecía aumentar con el conflicto que le rasgaba el alma.
Eran solamente sal, zapatos viejos, hojas secas, como decía su padre? Qué influencia podrían tener semillas , dientes de ajo o patas de conejo en la vida humana? Podían proteger a alguien del dolor, la enfermedad o la muerte? No habían protegido su padre.
Douglas vio la palidez y el horror. La sintió sumergirse en lo más profundo de sus miedos, y, con desesperación, se sacó el zapato que todavía usaba y fue hasta el espejo que habían usado de forma tan memorable en una tarde de seducción. Cerró el puño y lo golpeó. El espejo estalló en mil pedazos.
- Nooooo! - Charity gritó y se apresuró a empujarlo lejos de los fragmentos de vidrio . - Son siete años de mala suerte ! Ahora, te va a suceder algo terrible !
- Nada me va a suceder! - la agarró por los hombros. - Charity, no hay ninguna magia escondida en los espejos , en las herraduras o en los amuletos hechos por el hombre! No hay poder místico, bueno o malo , en palabras o rituales de suerte... ni en la maldita luna. Vos sólo trajiste cosas buenas a mi vida, Charity. Llenaste mi casa , mi cama y mi corazón de un modo que nunca esperé , de maneras que jamás pensé que existiesen . Yo e te amo!
- También mi padre me amaba. .. y está muerto! Oh, por Dios, Douglas, no lo ves? Soy la responsable ! ?l perdió todo y tuvo que hacerse contrabandista. Fue mi mala suerte lo que causó el accidente en esa terrible tormenta, y fui yo ... yo que apagó las lámparas de guía que lo habrían traído seguro a la casa esa noche. No entiendes? Yo ... lo maté!
Las palabras y el tormento lo aturdieron por un momento. El dolor la había obligado a encontrar una explicación a un hecho terrible como la muerte por accidente ... y la superstición se había encargado de darle esa explicación .
- Charity, no sos responsable por la muerte de su padre. Fueron la tormenta , la costa rocosa , el viento, y el mar.
- No! - ella sacudió la cabeza nerviosamente. - Esa noche, yo encontré las lámparas ardiendo en la ventana del cuarto y las apagué . Ellas debían guiar el barco a la bahía. Pensé que Melwin las había dejado olvidado . Yo causé ese naufragio... .
Un terrible estruendo de un rayo seguido de truenos estalló en el cuarto , y Charity se estremeció . La tormenta... Era como la tormenta que se había llevado a su padre! Rayos, viento, lluvia y peligro. Douglas ya había corrido peligro dos veces esa noche. Ella abrió enormemente los ojos con pavor. Estaba sucediendo de nuevo! Si no se apartase de él, algo espantoso iba a ocurrir.
- Aléjate de mí ! - ella gritó, retrocediendo, su mente deslizándose mas allá de la razón. - La tormenta... El rayo podría...
En ese exacto momento, en instantes , la decisión estaba tomada. Douglas la alcanzó y la agarró. La empujó hacia la puerta, sin dar oídos a sus protestas. La arrastró por las escaleras al final del corredor... Un tramo de escalones , después un segundo, muy estrecho, escalones que llevaban a una gran terraza.
- Qué estás haciendo? Vuelve, por favor! - Charity imploró.
La Sentó en un escalón e se arrodilló a los sus pies para mirarla.
- Te amo, Charity. Y cuando yo vuelva adentro, no quiero nunca más oír la palabra "jettattore" de sus labios. - Douglas fue por el pasadizo hasta el balcón de madera .
- Cuando vuelvas ... mi Dios, no! Douglas! Basta , vuelve adentro! Por favor! Haré lo que ...
La silueta de Douglas se recortaba como un fantasma contra el cielo negro. La lluvia lo fustigaba en oleadas sucesivas y el viento balanceaba su cuerpo. El se dio vuelta y su expresión era de desafío.
Charity sintió su corazón palpitar en doloro
sos espasmos al levantarse e ir hacia el pasaje, llamándolo , implorándole . Douglas desafiaba a la surte, el destino , la naturaleza y hasta la muerte...
Por un momento Charity se vio perdida, ahogada en el miedo, agarrada al marco de la puerta. Un rayo iba a alcanzarlo... El moriría... sin nunca oírla decir que lo amaba. En el balcón peligroso, Douglas esperaba su destino.
Si Douglas muriese , ella no querría vivir sin él. Tenía que estar con su marido en ese instante, compartir el peligro y el destino.
Avanzó por el pasadizo, agarrándose a la baranda , y fue en dirección a Douglas. La lluvia le castigaba la cara y el viento le volaba el vestido, pero ella no los sintió. Corrió los últimos metros y se arrojó dentro de los brazos do marido. Parpadeó para librarse de las lágrimas calientes, lo miró y dijo :
- Te amo!
Una onda de doloroso placer lo invadió.
- Más fuerte !
- Te amo! Te amo, te amo! siempre te amé.
Los brazos de Douglas se apretaron posesivamente alrededor de ella, abrigándola contra la furia de la naturaleza. Se quedaron allí parados y abrazados
Los vientos amainaron y la tormenta cedió a una lluvia rítmica.
- Charity?
- Qué ?
- Todavía estamos vivos.
- Estás seguro ? A mí me parece que estamos en el cielo .
- Oh, si , mi ángel, seguramente . - él se rió y le levantó el mentón para besarla. - Vamos a llegar a los cien años! - Un beso cálido selló la promesa. y luego , Douglas la tomó en sus brazos y la cargó por el pasadizo y la llevó adentro.
La colocó en el piso y, juntos, bajaron la escalera curva . Y cuando llegaron al tercero piso , él la levantó nuevamente y la cargó por el último tramo de escalones y por el corredor hasta el cuarto.
- Ellos están allá! Arriba! - Lady Margaret los vio al asomarse en el extremo del corredor. Corrió para encontrarlos y disminuyó los pasos al notar que ambos estaban empapados... y venían de las escaleras que levaban a la terraza . Habían salido a la tormenta... !
- Dios Misericordioso!
Lady Catherine llegó un instante después, jadeante.
- Nos dejaron muertas de preocupación!
- Si ? - Douglas esbozó una sonrisa traviesa .
- Muy considerado de tu parte, lady Catherine, preocuparte por nosotros .
- Esta vieja gitana - señaló a lady Margaret - me habló sobre destino, mala suerte y peligro... casi me enloqueció ! - Le dirigió una mirada furiosa para lady Margaret. - No es que le haya creído en una sólo palabra, , por supuesto. Pero , con esa tormenta... Por Dios, están empapados!
- Están bien ? - Lady Margaret los miraba afligida . Levantó la mano para hacer una señal cabalística, pero su nieta se lo impidió.
- No haremos nada más de eso en esta casa, abuela. - apretó la mano de la vieja y le sonrió. - No lo necesitamos. Haremos nuestra propia suerte de ahora en adelante.
Lady Margaret vio el amor que les iluminaba las caras y supo que, finalmente, algo había cambiado. Charity había elegido el camino de la razón , y no había nada que ella pudiese hacer al respecto.
- No querrás agarrarte una neumonía, verdad? Es mejor que se saquen esas ropas - la abuela murmuró al apartarse.
Douglas rió.
- Es exactamente lo que pretendo hacer.
Cargó a Charity hasta ek cuarto, y lady Catherine se apresuró a cerrar la puerta detrás de los dos. Al volverse, vio lágrimas rodando por las mejillas arrugadas de lady Margaret.
- Qué será de ellos ?
Lady Catherine tomó las manos de lady Margaret.
- Estarán bien, vieja gitana . Ven , le pediré a Eversby que nos sirva un poco de coñac.
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