domingo, 3 de enero de 2010

JETTATTORE - CAPITULO 9 - BETINA KRAHN

CAPITULO 9




Menos de una hora más tarde, las puertas de Standwell resonaron con un fuerte golpe . Cuando Melwin atendió, se encontró con el barón, jadeante, apoyado en el marco.
- Llame a su patrona. Ese sujeto, Stephenson... se quebró una pierna!
Melwin retrocedió espantado y , en seguida, obedeció rápidamente.
Lady Margaret vino corriendo y se detuvo al ver al criado azorado del igualmente azorado patrón.
- Están meados por dinosaurios ! - ella gritó ; sacó un amuleto de hueso del bolsillo de su vestido y lo pasó por el cuello del herido.
Charity, que venía un poco más atrás, tuvo una extraña sensación en el pecho . Problemas. De nuevo. Primero, su forastero... ahora, el criado... vio a abuela sacudir los amuletos y murmurar al cielo.
Cargaron al criado del vizconde escaleras arriba y lo acomodaron en un polvoriento cuarto en el ala de criados. Charity y lady Margaret pronto trajeron coñac con hierbas para aliviar su dolor, mientras el barón de Pinnow explicaba como el caballo había metido la para en un pozo y había derribado al infeliz jinete .
- Mis profundas disculpas, queridas damas, por el inconveniente de haber traído a dos inválidos a sus manos. Con este hombre incapacitado de llevarlo o incluso de dispensarle cuidados, me temo que no haya posibilidad de su señoría sea trasladado a Londres por el momento. - Pinnow concluyó, molesto, al acordarse de la fascinación de la señorita Charity por el atractivo vizconde. - El tendrá que contar con vuestras misericordia.
Charity se disculpó y , al llegar a la puerta, se mordía el labio. Se detuvo en el corredor y miró la puerta del cuarto de su noble herido. Su cara se iluminó .
Douglas Austen, de ojos grises, tendría que quedarse.
- Lady Margaret, no debería permitir que la señorita Charity cuide de su señoría tan... personalmente - murmuró Pinnow, molesto.
Lady Margaret pensaba lo mismo , pero por razones completamente diferentes.
- Voy a mandar a llamar a Gar y a Percy ahora mismo.


Al enterarse de la noticia, Douglas Austen reaccionó como era de esperar.
- Se quebró ... oh... no ... no puedo creerlo ! Me cago en el destino ! Yo ... no me voy a quedar sentado tranquilamente ... toda esta mierda de desgracia!
- Me parece que no podrá sentarse por algún tiempo todavía - lady Margaret retrucó irritada. - Y parece que ambos tendrán que quedarse con nosotros mientras tanto.
- Quedarme? Las pelotas de Satanás que voy a quedarme ! No puedo quedarme ni una noche más aquí ! - Miró de reojo al pie de la cama y sólo entonces vio a Charity. Ella, de nuevo.
- Por qué no puedes ? - Charity se adelantó con un aire pensativo. Hay algo... o alguien... en Londres que lo obliga a volver tan rápidamente ?
Por qué? Douglas se puso rígido. Acostado allí , prisionero, jamás se había sentido tan impotente o tan ridículo en toda su vida. Por qué? Por qué se sentía tan avergonzado y humillado. Por qué actuaba como un insensato boca sucia . Por qué no comprendía lo que pasaba dentro de él cada vez que la veía , como en ese exacto instante?.
Sus dedos recordaban exactamente lo que había sentido al tocarla, y sus labios anticipaban lo que sentirían al posarse... en todo el cuerpo de ella. Cada dolor y cada incomodidad en su cuerpo de cierta forma se desvanecían ante la simple presencia de ella .
- Eh ... debo a volver a Lo ...Londres... - Douglas balbuceó, horrorizado por la manera en que su mirada le seguía los pensamientos. Se posaba, ahora, en las curvas llenas lo pechos. Se desesperó por encontrar razones, cualquier razón que no fuese huir de ella. - Tengo negocios que atender. Y reuniones... encuentros importantes, y ... todavía quedan algunas semanas hasta el final de la temporada social , y debo ... tengo que volver a Londres para encontrar... - Mierda! Iba a decir para encontrar una esposa! - No puedo quedarme aquí ni una noche más !
- Si puedo ser franca , su señoría ... - la mirada de Charity se posó en él con dulzura -, no creo que tengas alternativa.
El sabía eso. La calamidad lo perseguía. Había perdido un cargamento valioso de coñac, una conquista largamente cultivada en el mercado de posibles novias, su carruaje carísimo había quedado destrozado , se había golpeado la cabeza y había perdido la consciencia un par de veces, y había sido baleado en el culo por dos dos imbéciles infradotados que jamás había tenido el disgusto de conocer. Y, ahora, estaba en un callejón sin salida en una casa en el culo del mundo , con una vieja loca que colgaba órganos de animales por todo su cuerpo... y con un ángel rubio y voluptuoso que le rompía las estructuras mentales y que tomaba posesión de sus sentidos cada vez que la veía. La grosería era su única defensa contra esa absoluta humillación.
Charity lo vio hundirse en las sábanas y tuvo la clara impresión que Douglas Austen, el vizconde de Oxley, no estaba acostumbrado a rendirse o someterse ... a nada y a nadie . Debía serle difícil yacer allí , herido, aislado e impotente . No era de extrañar que estuviese tan furioso e irritado.
Melwin apareció en la puerta para avisar que "ese sujeto, Stephenson" estaba gimiendo y debatiéndose con algo de furia. Lady Margaret frunció la frente , dudando si podría ponerlos juntos en el mismo cuarto. Luego , se apresuró a atender al otro paciente.
- Cómo está él ? - rezongó Douglas, negándose a mirar a Charity. Había algo en esa mujer...
- Una fractura simple . Tiene dolores ahora, pero estará bien .
Douglas cerró los ojos.
- Hay alguien a quien enviar un mensaje en Londres? Tus socios, tal vez?
- Yo no tengo socios.
- Entonces, alguien de tu familia...
- Yo no tengo familia- él murmuró. Qué diablos estaba haciendo, dejándola meterse en sus asuntos personales?
- Un recado para tu ... esposa?
Esposa. Douglas siempre se encogía cuando la palabra era pronunciada. Se dio vuelta y , al encontrar una mirada cálida e inquisitiva, una dulce confusión lo dominó.
- Yo no tengo esposa.
- Ah...
Había amargura en esa voz. Sin familia, sin socios, sin esposa...
- Entonces, tal vez tu prometida querría saber...
- No estoy comprometido. Sos bastante entrometida , querida, verdad? - él gruñó . - Mi mayordomo, Eversby. Puede escribirle a él. .. es un loco por las cartas.
- No pretendo ser entrometida - ella murmuró, muy ruborizada. - Sólo quiero ayudarte . Sé que estás sufriendo ahora, pero con reposo, alimento y cuidados adecuados, podrás levantarse y caminar en pocos días. Y, en algunas semanas, estarás como nuevo.
Douglas respiró profundamente , muerto de miedo por el modo en que se perdía en los seductores ojos miel . Por temor se refugió en la agresión otra vez.
- Semanas?
- Bien , dos por lo menos... tres o cuatro antes que puedas montar un caballo. Ciertamente, podrás soportar estar con nosotros por dos o tres semanas. - Los ojos de Charity se iluminaron con provocación. - Nosotros también tendremos que soportarte .

- Mira.. si fueses vos quien tuviese que quedarse aquí con tu ... con este montón de porquerías colgando de tu cuerpo! - Douglas agarró un puñado de amuletos que colgaban de su cuello y la miró irritado. Ella no usaba ni un solo colgante en su espléndido cuello. La vieja cargaba con una tonelada de amuletos , lo mismo que el infeliz del mayordomo . - Vos... vos no estás obligada a usarlos?
- No. - una sonrisa encantadora se curvó en sus labios. - Yo tengo
mucha suerte.
- Mucha suerte? - él se sentía derretir con esa sonrisa y , en pánico, desvió la mirada . - Qué absurdo. La suerte no existe.
- Oh, si la suerte existe . - Charity se dio cuenta que Douglas luchaba por mantener su arrogancia. Era la primera pista verdadera de que había un hombre diferente debajo de esa costra de grosería. - Mi padre siempre afirmó que existía. Y mi abuela solamente divergía en cuanto a la posibilidad de una persona pueda hacer algo para cambiarla o influenciarla. La abuela cree que varias cosas pueden cambiar la suerte, y papá... siempre la dejó intentarlo , con tal de que no eso no involucrase su comida o hacerlo usar algo muy ... raro.
- Tu padre ? Parece un tipo absolutamente racional. Me gustaría hablar con él. .. ahora mismo.
Charity no estaba preparada para la sensación de pérdida que la invadió de repente. Ella también quería conversar con su padre. Y enterrar su cara en su pecho. La angustia la sofocó. No pudo responder. Se quedó mirando el vacío, sintiéndose perdida. Finalmente, respiró profundamente y forzó la voz a pasar por el nudo de la garganta.
- Me temo que no sea posible. Mi padre murió ... hace pocos días.
El silencio se instaló entre los dos, y Douglas se dio cuenta que ella estaba pálida y con los ojos sombríos. Claro... el vestido negro. Ella estaba de luto. El padre había muerto. Sintió su cara arder de vergüenza.
- Señorita...
- Standing - ella dijo bajito, considerando que él no se acordaba . - Charity Standing.
Charity. Douglas no se había olvidado . De qué otro modo podía llamarse? Con su presencia dulce, su voz suave y la mirada reconfortante, ella era la caridad personificada. Y Douglas sintió que no podía hablar.
- Por la tarde, mandaremos a buscar tu equipaje al hospedaje. - ella enderezó los hombros, una vez más determinada a ser útil. - Te va a gustar tener tu propia navaja para afeitarte y tus propias cosas para usar.
Una joven debutante social de Londres apenas sabría de que se componía los elementos de aseo de un caballero, y mucho menos hablaría de eso. Pero Charity Standing parecía comprender que podrían proporcionar algún consuelo en un ambiente extraño. No era, sin duda alguna, una joven común y corriente . La constatación confundió nuevamente a Douglas .
- Sería bueno poder sacarme esta camisa de dormir ridícula ! - exclamó, irritado. - Me queda demasiado apretada.
- Me temo que sos más grande que mi papá.
Douglas la vio apartarse con la sensación de que había sido golpeado en el estomago. No podía ser más estúpido !
- Mierda!
Charity se detuvo en el corredor, pensativa. Su señoría no tenía familia ni esposa... ni siquiera una prometida. No parecía estar ligado a nadie . Por qué? Frunció la frente . La idea de que él tuviese un amor no correspondido le provocó un frío en el estomago.
Levantó el mentón. Era su deber, así lo creía, intentar enfrentar los problemas y amenizar el sufrimiento que veía a su alrededor. El semblante pensativo de Charity ganó una sonrisa radiante. El trasero herido de Douglas Austen no era la única cosa que iba a mejorar... el estado de ánimo de él también. Cualquiera que fuesen sus problemas, ella lo ayudaría!


Dos personas enfermas significaban un montón de trabajo a ser hecho en una casa no acostumbrada a recibir visitas. El equipo de criados consistía solamente del viejo Melwin, su esposa, Bernadette, y dos de sus nietos, que trabajaban en la huerta y en el establo. Cocinar, limpiar y servir era todo de lo que la anciana pareja podía hacerse cargo , y sus nietos ya estaban sobrecargados con la plantación de primavera y con los cuidados del establo, además del gallinero y del pequeño rebaño. Consecuentemente, le cabía a Charity y a lady Margaret ponerse delantales y agarrar escobas y plumeros para limpiar el cuarto donde Stephenson yacía en un sueño "reconfortante".
Lady Margaret vio el rosado en las mejillas de su nieta y se dio cuenta que tenía muy poco que ver con el ejercicio. Frunció el ceño .
- Mandé a llamar a Gar y a Percy para que cuiden a su señoría.
Charity se detuvo al correr la última cortina de terciopelo del dosel.
- Gar y Percy? Pero ... por qué? Yo soy perfectamente capaz de hacerlo .
Lady Margaret la miró con esa mirada de quien ve más allá de las apariencias.
- No es adecuado una joven cuide de un hombre herido en ... en el ...
- En el culo? - completó Charity.
Lady Margaret se enrojeció .
- Ves ! El ya te contagió con su boca sucia . - la abuela dijo - Simplemente no es correcto que una joven tenga contacto personal con un hombre!
- Pero , abuela... yo no tengo "contacto personal " con su señoría. Sólo lo estoy cuidando , ayudando...
Eso es lo que vos crees , pensó lady Margaret. Y dijo :
- Charity, no es así como él ve las cosas. Los hombres, sobre todo los nobles, evalúan de forma diferente a una mujer. A su modo de pensar, cuando una mujer se acerca y los toca, ya dejó en claro que no le importan cosas como la decencia y la moral, y mucho menos los sentimientos más elevados, como compasión y gentileza. Para un hombre como su señoría, un toque es una abierta invitación a "servicios nocturnos". - La abuela se calló y se puso rígida.
- Servicios nocturnos?
Lady Margaret tragó en seco. ya había pensado en tener esa conversación con Charity desde que su nieta había llegado a la pubertad.
- Mi niña, hay cosas que suceden entre un hombre y una mujer...
- Quieres decir... como lo que ocurre en la oscuridad entre maridos y esposas... en la cama bendecida por el casamiento? Eso son las "servicios nocturnos"?
- Cómo lo sabe...
- Papá me habló sobre eso hace tiempo. - Charity parpadeó ante la mirada de asombro de su abuela. - Me Contó del campo fértil de la mujer y del simiente del hombre y de la plantación que debe ser hecha. Yo le había preguntado por qué no podíamos conseguir un hermanito, porque yo revisaba los repollos todos los días y nunca aparecía... y entonces él me respondió que no era tan simple como buscarlo dentro de un repollo . Y me contó cómo se hacían los bebés e.
- Te contó ? Todo? - Lady Margaret estaba en estado de shock.
- Creo que si . Me habló del gallo sobre la gallina y del garañón con la yegua, y del marido con su esposa ...
- Oh , oh ! - Lady Margaret se ruborizó con pudor . - Realmente pareces conocer el tema a fondo.
- No puedo imaginar que su señoría piense en invitarme a esos "servicios nocturnos". Yo no soy su esposa.
Lady Margaret miró a su nieta. Aparentemente, Upton había omitido los aspectos principales. Como el deseo y el placer. Y su potencial para producir un descalabro en la vida de una persona . Su nieta no podía continuar en la ignorancia de tales cosas por mucho tiempo más... sobre todo ahora que comenzaba a experimentarlas.
- Me temo que eso no tenga mucho que ver con estar casada... o con hacer bebés - la abuela dijo bajito. - Tiene que ver con el placer e con la necesidad de estar con otro ser humano ... Los hombres sienten mucho placer al hacer eso... y , a veces , la imagen de una bella mujer los hace ansiar ese placer. Y no importa si están casados o no , si apenas conocen a la mujer ... o si de sus actos resultará un bebé o si con eso arruinarán la reputación de una mujer . Solamente persiguen esa excitación, ese placer , sin importar las consecuencias.
Charity escuchaba la explicación de su abuela con confusión . "Placer" era la palabra perfecta para describir lo que ella siempre sentía al mirar ese cuerpo masculino. Y excitación era el nombre exacto para definir la sensación cuando él la miraba a los ojos y ponía sus manos fuertes sobre las de ella o le rozaba la cara con los dedos.
- Y las mujeres - murmuró -, también sienten placer con los hombres?
La mirada de lady Margaret buscó en los archivos polvorientos de su memoria y respondió con candidez :
- Con el hombre apropiado, "el servicio nocturno " se convierte en "magia nocturna". Una magia capaz de hacer que los huesos se hagan líquidos y la carne se derrita y la sangre arda en las venas. Y te transporta a mundos distantes de sueños multicolores y delicias indescriptibles. Algunas veces te hace pensar que vas a explotar , de tan llena de placer que te sientes, y otras veces hace que te sumerjas en una quietud y una paz celestial... como si nada existiese. - la abuela suspiró con esos recuerdos tan personales.
- Los gitanos conocen la magia nocturna. La llevan en las manos. Y la usan para dar placer a sus mujeres en la oscuridad... con sus caricias suaves. - Alegría y tristeza se mezclaron en su cara arrugada. - El abuelo tenía esa magia nocturna en sus manos...
- El abuelo no era gitano. Era francés.
- Bien , creo que algunos hombres la tienen y otros no. Pero , si la tiene , ese hombre puede tocar a una mujer y hacerla sentir profundamente... - ella se dio cuenta de lo que estaba diciendo. Magia nocturna? Por los dioses del Olimpo ! Horrorizada, se dio vuelta hacia Charity.
- Mandé a llamar a Gar y a Percy y , cuando lleguen , se ocuparán de su señoría, y vos ya no precisarás ir al cuarto de él. - La mirada de intriga en la cara de Charity le advirtió que había hablado demasiado . En vez de enseñarle los peligros de los hombres y de las pasiones desbordadas , temía haberle abierto un nuevo reino de intrigantes posibilidades a su nieta.
Realmente lo había hecho . Pues Charity acariciaba el cortinado, recordando el extraño calor de las manos de Austen cuando la tocaba, imaginando...
- Abuela, crees que su señoría tiene algo de gitano?
- Ni una gota! - Lady Margaret se irritó . - Ni una gota de sangre gitano, de ningún modo , ! - Arrancó el cortinado de las manos de Charity. Lo acomodó y fue hacia la puerta.
- Pero es tan moreno. No podría ser...
- Lo más probable es que sea hijo de una negra pantera furiosa. -


Douglas Austen pasó el resto de la mañana mirando las paredes y los viejos cortinados de la cama, pensando en sus negocios y compradores y en las posibilidades matrimoniales que se escapaban entre sus dedos mientras la herida en el culo se curaba. Eran reflexiones depresivas que intentaba mantener para evitar pensar en la extraña casa donde estaba hospedado y en esa gente tan ... particular.
En especial, no quería pensar en ella. Por Dios, qué piel extraordinaria, tan blanca, tan translúcida... como el más fino mármol florentino, solamente que más caliente... mucho más caliente.
El mismo tan moreno, no había nada más erótico que el contraste de la piel desnuda de una mujer pálida contra la suya. Era imposible no visualizar una imagen tan fuerte: luz y sombra, mármol y ébano . Se imaginó esos hombros sedosos cubiertos por una cortina sensual de cabellos rubios y vio sus manos oscuras liberar los senos blancos como la nieve del severo vestido de luto, las palmas envolviendo esos globos pálidos...
Tuvo una erección rígida como hacía tiempo que no tenía . Sintió su cuello colorearse y miró la a bizarra colección de colgantes en su cuello. Sacó un cordón y lo arrojó debajo de la cama.
La imagen de Charity volvió a su mente. Un ángel rubio de curvas insinuantes con genuina consideración por los demás, cuya simple presencia lo hacía olvidarse de que alguien le había perforado el trasero.
Y cómo sería tomarla? Abrió los ojos al darse cuenta del súbita circuito de sus pensamientos. No planeaba seducirla! No deseaba tocarla o abrazarla ni hablar con ella! Nada de nada ! Sólo quería continuar vivo para escapar de ese manicomio y volver a Londres y tener un poco de placer fácil, superficial, nada complicado .

Su amante, Fanny; no la veía hacia cuatro, cinco... no, seis semanas. Abstinencia sexual , dolor físico y tortura mental eran suficientes para explicar las reacciones extrañas ante esa jovencita . Charity Standing era una joven extraordinariamente atractiva y con una perturbadora combinación de sensualidad y candidez. Era comprensible, en su estado lamentable, que se sintiese excitado por el contacto físico con ella. Pensar en tales términos lógicos le sirvió para calmarse.
Respiró profundamente . Cuando volviese a Londres, le haría una visita a Fanny y hasta quizás invitase a otra mujer a unirse a su cama . Era un premio más que merecido después de tanto sufrimiento y humillación. Hasta entonces, tendría que encontrar un modo de mantener lejos a la perturbadora señorita Standing, con su piel inmaculada y sus instintos caritativos!

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