CAPITULO 6
Golpes fuertes despertaron lentamente la casa y los criados de Standwell. cuando Melwin, el mayordomo, y Bernadette, su esposa, respondieron al llamado, lady Margaret bajaba las escaleras en camisón y con los ojos muy abiertos.
- No te atrevas a poner un dedo en esa puerta! - gritó y corrió hacia la entrada. - A esta hora de la noche, es el Mal queriendo entrar, estoy segura. La luna nueva, y día viernes . Dónde está mi sal?
Una buena gitana siempre está preparada para expulsar la mala suerte y atraer la buena. Y, en ese aspecto, lady Margaret Villiers era una gitana mejor que la mayoría de las hijas de los romanos que deambulaban en carruajes por los caminos de Inglaterra. Cuanto más avanzada en años, más gitana se hacía, y más numerosas y rebuscadas eran las precauciones que tomaba con respecto a la suerte de Standwell y de su nieta.
Lady Margaret, era la hija menor del duque de Clarendon, y había sido raptada por un grupo de gitanos cuando era niña. Había viajado y había vivido con ellos por diez años antes de ser devuelta, sana u salva, a sus padres, con la tierna edad de doce años. Rumores respecto a su aventura con los gitanos, y el negativo efecto liberal sobre ella, habían espantado a sus pretendientes. Parecía que nadie quería una nuera que se rehusaba a calzar zapatos veinticuatro horas al día , que sabía más sobre los presagios de la que de cocinar y comportarse como una dama. Pero eso le había permitido una influencia increíble sobre su propio futuro y , finalmente, se había casado por amor con Henri Villiers, hijo del conde francés de Villiers.
Veinte años más tarde, en ocasión de la muerte de Henri, ella había ido a vivir con su hija, Chanson, y su yerno, Upton Standing. Y cuando su amada hija había sucumbido a una fiebre, dejando un profundo y doloroso vacío en su corazón , lady Margaret había asumido el desafío de recomponer sus vidas. Y había resucitado su herencia gitana para luchar contra el sufrimiento humano ... y con el creciente "problema" de su nietita.
La misma noche del nacimiento de Charity, lady Margaret había sabido que la niña estaba de alguna forma destinada a ser diferente, especial. La luna nueva se mostraba extraña en el cielo, un fino aro que lanzaba un brillo inusitado contorneado por un arco iris. Sin embargo, había sido solamente después de la muerte prematura de la madre que la infrecuente propensión de Charity a desencadenar desastres había comenzado a revelarse. Desde aquella época en adelante, lady Margaret no había ahorrado esfuerzos para emplear los métodos más eficientes para atraer la buena suerte.
- Sal en el umbral - lady Margaret dijo al esparcir una fina línea de sal sobre la entrada - Guardarnos del mal y la desgracia...
- La semana pasada, la sal era para las brujas - el viejo Melwin murmuró entre dientes al desatrancar las puertas y abrir una de ellas.
L viejo Melwin retrocedió y abrió la puerta.
- Ba .. barón!
- Vaya a decirle a su patrona... - Pinnow entró con aire imperial y entonces se encontró con lady Margaret. - Mi querida lady Margaret! Le pido disculpas por esta desagradable intrusión a una hora tan inconveniente... - Su actitud había cambiado del agua al vino. - Pero el santo deber de la justicia no tiene en cuenta el reloj , madame, y debo estar donde el deber me llame. Vine a pedir su auxilio para un caballero gravemente herido que encontramos en el camino. Fue baleado y corre peligro de muerte. Me temo que , si no recibe los cuidados pronto...
- El Mal - lady Margaret murmuró, antes de abrirse camino con los codos entre el asombrado barón y sus hombres para llegar al patio. - Dónde está él ?
Miró el cuerpo del caballero que yacía en la litera improvisada y sintió
un temblor recorrer sus huesos. Lanzó una mirada al hombre . No le gustó nada de lo que vio. Respiró profundamente y se dio vuelta hacia los soldados.
- No se queden ahí parados como estacas. Tráiganlo adentro!
Charity se sentó en la cama, asustada.
- Qué pasa, Wolfie?! - exclamó al enorme perro que caminaba impacientemente delante de la puerta. - Qué pasa, muchacho? Quieres salir? - Entonces, oyó voces en el corredor, en el silencio de la noche. Su corazón se aceleró . - Qué está sucediendo?
Arrojó las mantas y saltó de la cama, olvidando sus chinelas. Tomó la bata . Al abrir la puerta, el perro se lanzó afuera.
Por el corredor del ala oeste venía un grupo de soldados, delante de los estaba cuales la figura familiar de su abuela. Poco después estaba el barón Sullivan Pinnow apoyándose en su bastón .
El perro avanzó hacia el grupo, arrancando el bastón del barón y haciendo con que los soldados se chocasen contra la pared como . Lady Margaret intentó contenerlo agarrándolo por las orejas, a los gritos, mientras que el barón de Pinnow gritaba órdenes que nadie oía.
- Wolfram, basta ! Wolfram! - La voz de Charity hizo eco en el corredor. El perro obedeció de inmediato, aquietándose, y fue a olisquear el cuerpo inmóvil del caballero que yacía donde los hombres la habían dejado caer. Y retrocedió, tenso, para después sentarse a un lado . Lady Margaret fue la primera en recobrar el juicio.
- Ustedes - señaló a los soldados y una puerta abierta allí cerca -, Lleven a este desgraciado a la cama antes que se desangre en el corredor. - Le gritó a Charity: - Rápido , niña! El barón encontró a un hombre en el camino, baleado y sangrando mucho. Necesito tu ayuda. - Entró en el cuarto detrás de los soldados.
Charity se agachó y acarició al perro con un gesto tierno. Pasó por al lado del barón y entró en el cuarto de huéspedes.
- Qué sucedió ? - El desconcertado barón miraba al perro con aire aterrorizado.
- Sangre - Melwin respondió , en camino a las escaleras para hervir agua y buscar los ungüentos e hierbas de lady Margaret. - El perro no soporta el olor a sangre.
Charity se aproximó al borde de la cama.
- Dijiste que alguien fue baleado?
- Así parece. - Lady Margaret inspeccionaba las ropas ensangrentadas del hombre. - Necesitamos más luz. Hay sangre por todas partes.
Charity encendió más velas en el candelabro y lo trajo al lado de la cama. Sus ojos recayeron sobre el cuerpo que ocupaba más de la mitad de la cama... y contuvo la respiración.
La larga y musculosa contextura física le era familiar . Con el corazón a los saltos, revivió la escena, de verlo tirado en el camino , como lo había visto en las pesadillas esas tres últimas noches. Era el mismo hombre... tenía que ser! Y no estaba soñando o delirando.
- Abuela, es él ! ? El hombre del accidente. - La abuela se inclinó sobre el herido y aproximó la luz.
- Es el hombre que viste herido en el camino ? Pero ... ellos acaban de encontrarlo... - Los ojos de la vieja se abrieron enormemente . Corrió hacia la ventana, la abrió y se inclinó sobre el antepecho para buscar el arco de la luna deseando encontrar algún presagio.
Charity sintió una oleada de irritación sin precedentes. No era hora de hacer consultas a los astros!
- Abuela, él está herido. Debemos ayudarlo.
Lady Margaret se dio vuelta con los ojos muy abiertos hacia Charity y , en seguida, hacia el hombre en la cama. Luego , salió del cuarto rápidamente , dejando a su nieta estupefacta.
- Abuela?! Pero ...
Charity se volvió hacia el extraño que venía acechando sus noches y fue invadida por una oleada de sentimientos que sólo en parte se parecían a la compasión. Al mirarlo, se acordó de todo: de la fascinante sensación de los labios que se movían sobre los suyos... del sentimiento embriagador de sentirse rodeada por ese cuerpo firme y por el calor masculino...
Sintió confusión y verguenza ante esos pensamientos perturbadores y se determinó a ayudarlo. Su amado padre había sido privado de su vida sin aviso, y ella tenía la impresión de que el destino de cierta forma le daba una nueva oportunidad : una vida le había sido quitada, una vida le era entregada en sus manos. No podía perder tiempo!
- Sujeta esto firmemente ! - se dio vuelta y le entregó el candelabro al soldado más cercano. Comenzó a quitar la capa del herido, revelando la espalda y un horrible agujero en las nalgas.
El soldado que sujetaba la luz soltó un silbido.
- Qué culo! Fue baleado en el trasero!.
- Santo Dios! - Sullivan Pinnow se apresuró a dar a vuelta a la cama para ver por si mismo. - señorita Charity, no puede cuidar... personalmente ... de esta herida. No es... decente.
- Indecente es dejar a un hombre morir por causa de convenciones sociales ridículas. El trasero es una parte del cuerpo humano como cualquier otra . - ella se enderezó y encaró al pudoroso barón con aire crítico. - Si eso lo tranquiliza, barón, puede quedarse y ayudarme para estar seguro que no habrá ningún acto "impropio ".
Melwin llegó con las hierbas, vendajes y agua caliente , y Charity se volvió hacia el paciente. Pronto el caballero estaba desnudo y envuelto en una especie de pañal que cubría sus partes pudendas a excepción de la herida... y sus nalgas redondeadas, firmes y rígidas.
Charity comenzaba a quitar a bala cuando lady Margaret volvió . Tenía puesto un turbante y usaba todos los amuletos que poseía, algunos colgados en el pecho y otros, en la espalda .
Las dos limpiaron y cerraron la herida. La hemorragia se detuvo .
- Es joven y robusto. Estará fuerte como un toro en pocas semanas - la vieja predijo al llevar sus manos a la cintura y arquearse hacia atrás con una mueca.
- Esperemos que si! - exclamó el barón, estirando el cuello para dar una mirada al extraño. - Para aliviarla de más obligaciones, mandaré a uno de mis hombres a cuidarlo.
- Eso no será necesario, barón, gracias - Charity declaró con firmeza. - Yo misma cuidaré de él.
- Pe ...pero... clar que no. Lady Margaret, debo protestar...
- Protestar? Ah! - retrucó la vieja al notar la actitud determinada de su nieta. Nunca había visto antes esa expresión en la cara de Charity.
Se acordó de la luna. No resultaría nada bueno si intentaban separarlos. - Mi nieta es una joven decente y virtuosa, señor. Y tenemos criados para cuidar del caballero en los aspectos "más personales".
- Oh, claro , por supuesto. Yo solamente quería... - Pinnow forzó
una sonrisa. Daría un brazo por ser baleado en las nalgas, en vez de tener un esguince en el tobillo, para ser cuidado por esa encantadora joven por los próximos quince días. La mera idea le hizo tener una erección , y fue ese calor se mostró en su sonrisa al mirar los cabellos revueltos de Charity y la provocativa bata que lucía .
- No las abandonaré con este fardo. Vendré a visitarlas para interrogar a la víctima , de modo que este crimen no quede impune.
El barón depositó un beso húmedo en la mano de Charity y , en seguida, dejó el cuarto, apoyándose en su bastón. Charity cruzó los brazos sobre su pecho en un gesto defensivo.
- No me gusta ese hombre. No sé por qué.
Lady Margaret corrió hacia el umbral de la puerta para esparcir una línea de sal. Al terminar de hacer lo mismo en el borde de la ventana para impedir que la desgracia entrase en el cuarto , su nieta estaba inclinada sobre el extraño, y había fascinación estampada en su semblante.
Lady Margaret hizo una señal de protección sobre el extraño. Decoro y convenciones sociales eran la última cosa por lo que estaba preocupada. Con Charity cerca, estarían muy ocupadas... con sólo lograr mantener a ese hombre vivo!
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